El francés anotó el 1-1 de penalti y se retiró al banquillo entre aplausos. Asensio, también despedido con honores. El Athletic se adelantó, pero se queda fuera de Europa.
Entre el 20 de julio de 2009 y el 4 de junio de 2023 han pasado 5.067 días. Casi 14 años en los que Karim Benzema ha pasado de ser un niño de 21 años que acababa de llegar de un barrio de Lyon a leyenda absoluta del Real Madrid. En su último día en el Santiago Bernabéu, en su último saludo, su última foto y su último adiós, el francés anotó su último gol en el empate ante el Athletic Club.
Los alrededores de Chamartín se llenaron de camisetas con el apellido del galo, protagonista de una tarde de despedidas en la Castellana. Ahí estaban también los aplausos finales para Asensio, Mariano y Hazard, bajas que amplían el espacio salarial de la cartera madridista hacia un verano de mucho trabajo.
Benzema no cambió ni un ápice su rutina prepartido. Saltó al césped con sus compañeros para el calentamiento, saludó a la grada, se ejercitó y se retiró de los últimos al túnel de vestuarios, afinando la puntería junto a Vinicius y Rodrygo, sus dos grandes acompañantes en el ataque del Madrid estos dos años.
Ya en el césped, el partido le encontró algo fuera de forma, como las últimas semanas de la temporada. Sólo ha disputado 3 de los últimos 7 encuentros de Liga y lo notó. Le costó esprintar y moverse con la agilidad de antaño y emocionalmente le pesó su despedida, recibiendo la ovación del estadio cuando tocó su primer balón.
También le costó al Madrid, plano y sin chispa ante un Athletic Club que se jugaba plaza en puestos europeos. Los bilbaínos encontraron premio muy pronto, aunque no lo aprovecharon. En el minuto 6, Díaz de Mera castigó con penalti una mano de Toni Kroos, que abrió los brazos en un salto y vio cómo el balón le golpeaba por la espalda. Courtois, para fortuna madridista, detuvo el lanzamiento de Vesga.
La grada celebró la acción del belga, pero volvió a lo que importaba: “¡Karim, Karim, Karim Benzema!”. Ante la ausencia de grandes pancartas y homenajes (eso será el martes en un acto en Valdebebas), el Bernabéu le regaló a su capitán todos los cánticos que conocía.
Vinicius y Rüdiger pudieron adelantar al Madrid, pero se encontraron con Unai Simón en una primera parte sin ritmo ni ocasiones peligrosas. Los visitantes se apoyaron en la velocidad de los hermanos Williams, los más activos. En el Madrid, Rodrygo y Vinicius pusieron las mejores acciones, pero tampoco era su día.
Tras el descanso, una pérdida de Ceballos desembocó en el 0-1. Courtois detuvo la primera definición de Sancet, que se quedó solo en el área tras la pérdida del andaluz, pero no pudo con la segunda. El belga, enfurecido, comenzó con su retahíla de broncas a los compañeros. Evitó el 0-2 en dos ocasiones de Iñaki.
Según avanzó la segunda parte, el Bernabéu se agitó para celebrar la leyenda de Karim Benzema. En el 70, el francés anotó el penalti de Yuri sobre Militao, puso el 1-1 en el partido, marcó su gol número 354 con la camiseta del Madrid, el 19º en esta Liga, estiró los brazos, envió besos a la grada y miró al cielo. Ahí estaba su último esfuerzo vestido de blanco.
Al momento, Ancelotti le retiró del campo para que se llevara el homenaje que tanto merecía. Con paso calmado y mirando sin parar a la grada, el francés devolvió con aplausos la ovación de una afición que ya le tendrá siempre en la memoria. Ya en la banda, se abrazó durante unos segundos con Carlettoy abrazó uno a uno a todos los miembros del cuerpo técnico.
Sin Benzema, el partido quedó en los pies de Vinicius, que volvió a ser el mejor del Madrid. El brasileño se inventó una jugada espectacular en el tramo final desde la banda derecha hasta el área pequeña, pero Rodrygo definió alto.
Ancelotti, siempre elegante, se guardó un cambio para el final y retiró en el descuento a Marco Asensio, que había entrado en la segunda parte, para que el balear se despidiera del Bernabéu llevándose la segunda ovación de la tarde.
Tras el pitido final, los jugadores mantearon a Benzema, Asensio, Hazard y Mariano y dieron una vuelta de honor con el francés como centro de los cánticos: “¡Balón de Oro, Karim Balón de Oro!”. Y también hubo momento para Nacho y Ceballos, cuya continuidad no está del todo clara.
“Se ha ido como Balón de Oro”
“Hay que agradecerle todo lo que ha hecho. Se ha ido como Balón de Oro“, declaró Courtois, el único jugador que pasó por los micrófonos de la televisión o la radio. “Ha sido un placer jugar con él. Un jugador excelente. Uno de los mejores de la historia del Madrid. Nos da pena, pero lo entendemos. Es una leyenda y se merece elegir. Le deseo lo mejor”.
