Bellingham conecta con la historia europea del Madrid y derriba el muro del Unión Berlín en el 94

Bellingham conecta con la historia europea del Madrid y derriba el muro del Unión Berlín en el 94

Real Madrid – Unión Berlín (1-0)

Actualizado

El inglés marca en el tiempo extra y salva los tres puntos para los blancos, que fueron de menos a más en un partido soporífero (1-0).

Bellingham celebra su gol al Unión Berlín.Kiko HuescaEFE

El primer partido en la historia del Unión Berlín en Champions llegó en el Santiago Bernabéu, y la plaza que más veces ha tocado el cielo de la Copa de Europa le demostró al novato alemán lo que es el fútbol europeo: da igual lo que luches y lo alto que construyas tu propio muro que al final el Madrid, en una relación tan inexplicable como contundente, termina derribando tu corazón. El Unión entregó sus armas en el minuto 94, en otro tiempo extra de éxtasis en Chamartín para gloria de Jude Bellingham, conectado con la historia de su nuevo club en el rechace de un córner. Así de sencillo. [Narración y estadísticas (1-0)]

Eligió Ancelotti a Luka Modric, que sólo había sido titular en Liga el día del Getafe, para completar un rombo que ya es santo y seña de este nuevo Madrid. Un rombo colosal en el que el italiano va rotando la juventud con la experiencia, el físico con la elegancia. Y el croata, con 38 años recién cumplidos, fue el mejor de una soporífera primera parte. Así de simple es el fútbol a veces. A su lado, Tchouaméni, Camavinga, que han tenido mejores tardes.

Los blancos aterrizaron en la Liga de Campeones con con demasiado parsimonia, lejos del ritmo de juego necesario para ser “uno de los cuatro mejores” que se planteaba Carletto como objetivo en la previa del martes. El italiano rotó en defensa, sentando a Fran García, llevando a Alaba al lateral izquierdo y situando a Lucas en la banda derecha por la lesión de Carvajal. Sin los dos laterales titulares, los mejores junto a Bellingham en este inicio de curso, el conjunto madridista perdió profundidad, verticalidad y rapidez en sus posesiones en estático. Fue demasiado predecible ante un Unión Berlín cómodo en su esquema de cinco defensas y tres centrocampistas. Un autobús, vaya.

Errático entre líneas

Las mejores opciones del Madrid llegaron de los centros de Lucas Vázquez a la cabeza de Joselu, que tuvo un par de ocasiones al inicio pero no acertó a enviar el balón a la red. Poco más antes del descanso. Ancelotti se revolvía insistiendo a los cuatro centrocampistas y a Rodrygo en la necesidad de rotar sus posiciones y moverse alrededor de todo el frente de ataque, pero el juego blanco, lento y errático entre líneas, se tropezó una y otra vez contra el muro alemán.

Los pupilos de Urs Fischer, revelación de las últimas dos temporadas de la Bundesliga, se sintieron cómodos en el césped mientras su afición hacía suyo Chamartín en la grada. 5.000 almas que apretaron durante todo el partido y elevaron la moral de un equipo que puede dar muchas sorpresas en este grupo. No tuvieron ocasiones claras, pero acariciaron la portería de Kepa en un par de intentos y molestaron la circulación madridista. Suficiente.

Tras el descanso el Madrid despertó. Sin cambios, sin modificación del esquema ni grandes alardes. Elevó la velocidad de su juego y comenzó a encontrar hueco a la espalda de la defensa alemana. Si algo intenta siempre Ancelotti es generar superioridades en banda, especialmente en la derecha. Junta al lateral, al centrocampista y al delantero de ese lado y termina consiguiendo metros hacia la portería rival. Así llegaron sus mejores ocasiones.

En la derecha, una combinación entre Lucas, Modric y Rodrygo acabó en dos disparos del brasileño, primero al pecho de Ronnow y después contra el palo. El Bernabéu olía sangre y el duelo se inclinó hacia las redes germanas.

En la izquierda, Alaba apareció en la línea de fondo tras un pase de Bellingham y Joselu estuvo a punto de anotar el primero. El delantero, que no tuvo suerte, estrelló un cabezazo en el palo a centro de Rodrygo. Todo en apenas cinco minutos de asedio madridista sin éxito.

Mejor tras el descanso

Carletto decidió entonces mover el árbol, retirar a Camavinga y Tchouaméni y entregar su fútbol a los pies de Kroos y las carreras de Fede Valverde. Sonaba lógico. Tanto como el cambio de Fran García, que entró por Nacho para darle recorrido a la zona izquierda del ataque local. El Madrid necesitaba romper líneas con y sin balón para lograr los tres puntos.

El punto era oro para el Unión Berlín en su estreno en la competición y en la casa del rival más importante del grupo, pero el Madrid llamó a la historia y Bellingham acudió al rescate con un gol en el minuto 94 tras el rechace de un córner. El inglés, que produce goles como si llevara toda la vida ganando en el Bernabéu, es el nuevo héroe de una grada que sólo conoce una manera de ganar. Ésta.

kpd