Dispuesto a cumplir su año si quiere Florentino, se pronuncia sobre la entrada de Boehly en el vestuario del Chelsea. Cree que necesitan un partido completo pese a la ventaja de 2-0
Frank Lampard se siente como un meritorio donde Carlo Ancelotti está en su elemento, como entrenador en el sentido personal y como entrenador del Madrid, el rey de la Champions, como horas antes dijo Kepa, portero español del Chelsea. Estuvo en su sitio para decir que él y sus jugadores son únicamente una «pequeña parte de la historia de este club que tiene 14 Copas de Europa», y optó por una posición meridianamente clara cuando dijo que «un propietario tiene el derecho de conocer las decisiones de su entrenador». No lo dijo por Florentino Pérez, que es presidente, no dueño, sino por Todd Boehly, el nuevo jerarca del Chelsea, tras su iniciativa de entrar en el vestuario de su equipo tras perder en el Bernabéu.
A continuación, y con media sonrisa, el italiano dijo: «Puede que Camavinga juegue en la izquierda, sí…». Por si a alguien no le gusta. Conocer las decisiones no es decidirlas, aunque no es la primera vez que Ancelotti es condescendiente con el poder. La aristocracia conoce sus deberes. Ha cohabitado con todos los grandes jerarcas, desde los Agnelli y Silvio Berlusconi hasta FP o Roman Abramovich, precisamente en el Chelsea al que, por segundo año consecutivo, puede echar de la Champions, camino de las semifinales. No quiere que sea con poner únicamente a salvo el 2-0 de la ida. El mensaje del entrenador y el de sus jugadores, expresado por Militao, es el de, hoy, «salir a ganar».
EL MISMO ONCE
Todo indica que Ancelotti repetirá el once de la ida, aunque fue claro al señalar que «hablar sólo de un once es faltar al respeto al resto». «No sólo por Nacho -insistió-, también por Asensio o todos los demás».
Su situación es muy diferente a la de Lampard por la posición en el club, el historial como entrenador o la desventaja en el marcador. También por la bajas. Sin Chilwell, expulsado en el Bernabéu, y Koulibaly, lesionado, Lampard se ve obligado a recomponer su defensa, en la que podría entrar Cucurella. Todo indica que, debido a las necesidades, pasará a utilizar una línea de cuatro en lugar de los cinco defensas que alineó en el Bernabéu. El posible paso a un 4-3-3, ya con Havertz en el once y, quizás, con Mudryk en lugar de Sterling entre los titulares, aumentará las exigencias defensivas del Madrid, especialmente en el arranque del partido, siempre bajo la eléctrica atmósfera de la bombonera de Stamford Bridge, incrustada en pleno barrio de Chelsea.
EL VALOR DE MILITAO
Ese hecho pone en valor a Militao, convertido en el pilar del Madrid desde la marcha de Sergio Ramos. «Antes tenía más errores, pero creo que desde entonces en lo que más he progresado es en la concentración, que es lo que necesitas en este puesto y es lo que me pide el equipo», afirmó el brasileño, asediado acerca de si se consideraba ya el mejor central del mundo: «Es una opinión, no lo sé, pero creo que estoy en el buen camino».