Venció por 6-0, 6-2 y 7-5, despejando dudas sobre su estado físico. Fue el último partido en la carrera del francés
En su debut en el torneo, hace dos años, necesitó cinco sets para desembarazarse de Yasutaka Uchiyama, antes de caer frente a Daniil Medvedev. En la pasada edición, precisó de otros cinco para terminar en primera ronda con la resistencia de Jan-Lennard Struff. De los siete partidos que ha disputado Carlos Alcaraz en sus tres pasos por Wimbledon, sólo la victoria en tercera ronda de 2022 frente a Oscar Otte (6-3, 6-1 y 6-2) se podía asemejar en los dígitos a la lograda este martes ante Jeremy Chardy, a quien se impuso por 6-0, 6-2 y 7-5, en una hora y 53 minutos.
Con siete dobles faltas en tres turnos de saque, a poco se puede aspirar en cualquier torneo, menos aún en Wimbledon. En su despedida del tenis, después de dos años de penurias físicas debido a una operación de rodilla, Chardy pasó un mal rato ante uno de los grandes favoritos para el título. Alcaraz encontró en el jugador francés de 36 años un trampolín perfecto para despegar en la pista 1 del All England Club. En 22 minutos, ya le había asestado un 6-0.
La distancia entre ambos resultó abismal. Uno que empieza, pese a lo mucho que ya ha conseguido, y otro que se va. Uno predestinado a señalar una época y otro que en su mejor y ya lejana etapa se aupó hasta el top 25. Chardy, 542º, no está para lo mucho que le exigió el reciente campeón en Queen’s, teniéndole en danza, imponiéndole una velocidad que ya no se encuentra a su alcance. Cuando logró su primer juego, Chardy recibió la recompensa de toda la grada. Sonrió, como lo hizo su pareja, presente en su box.
Salvando las escasas dificultades
Alcaraz jugó tal y como se esperaba de él. Mostró, además, un impecable estado físico, tras la inquietud generada por el vendaje en la pierna derecha con el que se venía entrenando. Bajo techo debido a la intensa lluvia, mantuvo el tono apuntado en Queen’s. Cierto que es que habrá que esperar rivales de mayor peso, pero no podía empezar mejor. Incluso las pocas dificultades a las que hubo de hacer frente merecen una interpretación positiva.
Chardy, campeón júnior en Wimbledon, adecentó levemente el marcador en el tercer parcial, donde en alguna ocasión logró abrirse para golpear la derecha invertida, uno de sus puntos fuertes cuando podía competir en plenitud. Alcaraz solventó con un ace la primera bola de rotura de su adversario. Se enganchó el español en el sexto juego del tercer parcial y logró quebrar Chardy en su cuarta tentativa, gracias a un resto ganador. La reacción de Alcaraz fue inmediata. Con el break en el undécimo, se colocó en disposición de rematar un partido que sólo tuvo historia en el último set.
“Jugué realmente bien al principio. En el tercer se él subió su nivel. Ambos jugamos a un gran nivel en ese parcial”, comentó el español a pie de pista. “Estoy feliz de tener a mucha gente apoyándome en todo el mundo. Soy un chico afortunado”.