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Las Palmas- Atlético de Madrid (2-1)
Los canarios nunca habían ganado a los rojiblancos en Liga desde que está Simeone en el banquillo colchonero
El liderato da vértigo. Mucho. Y el Atlético se asomó a los acantilados del Roque Nublo en busca del primer puesto, aunque fuera momentáneamente, y se quedó cegado. Las Palmas, en cambio, hizo de su isla un fortín y, en un ejercicio coral, consiguió llevarse la victoria. [Narración y Estadísticas]
Era un duelo de primos hermanos. De equipos cuya historia está unida desde hace casi un siglo. Éste no es el Atlético Aviación que ganó sus primeras ligas en los 40 con un bloque de jugadores canarios, ni tampoco el Atlético Canario, el equipo que hizo lo propio en los 50. Apenas queda un resquicio canario, Vitolo, más fuera que dentro de los planes rojiblancos.
Si de primos hablamos, el conjunto de Simeone sobre el papel era el de Zumosol. Solo sobre el papel. Los rojiblancos, equipo más goleador de la temporada (25) se enfrentaban al que menos tantos llevaba (8). Morata y Griezman debían ser titanes frente a Munir y al joven Moleiro. En Gran Canaria tienen grandes esperanzas puestas en el jugador tinerfeño. Otra perla de la cantera de la Unión Deportiva.
Justificó la expectación en el minuto 7 con un slalom en la frontal que terminó con un tiro desviado que provocó el primer olé de la grada. El segundo llegó tres minutos después con una ruleta sobre De Paul. El chaval tiene el duende ese de los Pedri, Valerón y del ausente por motivos personales, Jonathan Viera.
La Unión Deportiva Las Palmas empezó mandona, tocando el balón rápido y con filo. Los rojiblancos se mantenían en un bloque medio esperando a la contra. Tiempos pretéritos de este nuevo Atlético de Simeone con más gusto por el balón que sus antiguas versiones.
Sin embargo, el primer tiro del partido fue para Barrios, tras una gran arrancada de Riquelme por su banda. Precisamente, el canterano, tras un pase escandaloso de Griezmann que le dejó solo ante Vallés, pudo meter el primero, pero no consiguió encontrar la red más por mérito del portero sevillano que por demérito suyo.
En el último tercio de la primera parte, el Atlético se sacudió el dominio amarillo agarrado al buen hacer de Griezmann, que lo hace todo bien, y la vuelta de Barrios al once, que también agradeció el equipo. Pero el duelo se mantuvo en zonas intrascendentes del campo. De esas donde se pueden ver florituras, pero no goles.
En la segunda parte todo cambió, Las Palmas se vistió con la efectividad rojiblanca y tras una gran jugada por el costado izquierdo, en la que el balón no salió por milímetros, hizo el primero. Kirian Rodríguez remató una gran dejada de Javi Muñoz desde fuera del área. Otro partido en el que el Atlético empezaba perdiendo, y lo peor es que esta vez había menos tiempo para remontar.
Tocaba remar con el viento en contra y pudo Riquelme sofocar algo la tempestad. Tras otra gran llegada tuvo el empate apenas tres minutos después del gol amarillo, pero se vio un milagro en Gran Canaria. El carrilero tiró al palo del portero, un disparo duro y seco, el balón golpeó en la madera y después en la cabeza de Vallés y volvió al palo. Ver para creer.
Locura
Comenzó entonces un intercambio de golpes que debería beneficiar al equipo con más gol. Sin embargo, Simeone decidió quitar a Griezmann, quizás con la mente en la Champions. Daba vueltas el Cholo por su área técnica, pero no daba con la tecla.
Las mismas vueltas que dio la defensa rojiblanca con el balón en una zona intrascendente hasta que Hermoso comprometió un balón a Barrios. Recuperó Las Palmas y Benito la puso en la base del palo donde debería estar Oblak.
Quiso Morata demostrar que el Atlético seguía teniendo pólvora y aprovechó un centro desde la derecha de Riquelme, el mejor del partido, para recortar distancias. Casi lo empata cinco minutos después, pero lo impidió el larguero. Poco tiempo y mucho vértigo para Las Palmas. Nunca había ganado en Liga al Atlético de Simeone. Finalmente, lo consiguió.