Con 96 títulos globales, está a siete de Federer y a 13 de Connors. Ha conquistado siete veces Wimbledon, las mismas que el suizo, con quien también iguala en victorias en las ATP Finals, seis.
Lo primero que hizo Novak Djokovic tras ver morir en la red la última derecha de Daniil Medvedev y consumar en el Abierto de Estados Unidos su vigésimocuarto título del Grand Slam fue acudir a abrazar a su hija Tara, de seis años. Casado con Jelena y padres también de Stefan, tres años mayor, el hombre que inaugura su semana número 390ª como número 1 del mundo, desplazando de ese lugar a Carlos Alcaraz, confesó después que en los momentos más comprometidos del partido encontró inspiración pensando en la sonrisa inocente de su hija.
A los 36 años, con una fortuna que supera sólo en premios los 175 millones de dólares y una carrera que no admite parangón, es lógico preguntarse qué puede aún perseguir después de ampliar a dos grandes la ventaja sobre Rafael Nadal, dilatar su considerable distancia como el tenista que más semanas va a ostentar el número 1, sumar un total de 96 títulos, ser el único jugador que ha ganado todos los Masters 1000…
La lista de registros es extraordinaria. Después de lo visto en la final ante Medvedev, de la autoridad con la que ganó el primer set, del oficio con el que logró sostenerse para sacar adelante el segundo, cuando ofrecía muestras de vulnerabilidad y fatiga, de la amplia gama de recursos de la que volvió a hacer gala hasta completar un triunfo especialmente grato no sólo por su significado deportivo sino por el componente de redención personal tras el batacazo de 2021 ante el mismo adversario, cuando buscaba convertirse el tercer hombre en ganar los cuatro grandes en la misma temporada, Nole está más vigente que nunca.
Tara y Stefan
Mucho se escribió tras su derrota ante Alcaraz en la final de Wimbledon sobre el fin de una era. Lo cierto es que el serbio, que ha terminado siete cursos como número 1, logrará cerrar por cuarta vez una temporada con tres de los cuatro grandes en el bolsillo. Djokovic confiesa que quiere que sus hijos sean conscientes de lo que está sucediendo, como manifestaba Roger Federer cuando ganó en 2017 su séptimo Wimbledon.
Más allá de ese sentimiento lógico y comprensible y del puro placer de competir, de verse capaz de hacerlo ante jugadores mucho más jóvenes, el balcánico aún podría redondear su lustrosísimo palmarés. El próximo verano, en París, tiene la posibilidad de pelear por el oro olímpico individual, que volvió a resistírsele en los Juegos de Tokio, de donde salió malparado tras perder incluso el bronce frente a Pablo Carreño.
Habiéndole superado ya claramente en la conquista de títulos del Grand Slam, pues el suizo se quedó en 20, Djokovic todavía tiene números parejos con Federer en títulos de Wimbledon, siete, y de las ATP Finals, seis. Este próximo noviembre cuenta con la opción de superarle, tras volver a ganar el torneo siete años después en 2022. En 2023 regresará a la hierba del All England Club.
Más títulos globales
Más lejos le queda, y también es de rango inferior en sus pretensiones, terminar como el tenista con más títulos globales. Este Abierto de Estados Unidos ha sido el número 96. Tiene por delante a Federer, con 103 y a Jimmy Connors, con 109. Por detrás están Ivan Lendl, 94, y Rafa Nadal, 92. La selección del calendario que hacen los tenistas más cualificados, que ya incluso a veces relegan los Masters 1000, para centrarse en los torneos del Grand Slam, aleja la viabilidad de cumplir este desafío, aunque tratándose de quien se trata nunca se sabe.
Djokovic lidera también la lista de Masters 1000, con 39 títulos, tres más que Nadal, el único jugador aún en activo, a la espera de su reaparición la próxima temporada, que podría ahora mismo alcanzarle. Pero es de vuelta a los grandes donde cabe encontrar otro de los estímulos mayúsculos para seguir viéndole durante algunas temporadas más, mientras se sienta competitivo, como volvió a aclarar en la rueda de prensa posterior a la final del US Open.
De momento, con sólo un título más, rompería el empate Margaret Court y se quedaría solo como la única persona con 25 majors. Más aún. Después de quedarse a un paso de lograrlo, en aquella final perdida en Nueva York en 2021, a la que entró vencido por la ansiedad, como recordó también ante los medios en la madrugada española de este lunes, ¿puede aún optar a emular a Donald Budge y Rod Laver alineando los cuatro grandes en la misma temporada, algo que el australiano fue el último en certificar, al hacerlo por segunda vez en 1969?