Vuelta a España
Los tres ganadores de la grandes rondas (Evenepoel, Roglic y Vingegaard) y el español más cautivador (Juan Ayuso) pugnan en una ronda con descarado perfil montañoso
A Javier Guillén se le encienden los ojos cuando observa la selecta nómina de favoritos de la Vuelta a España. La ronda que arranca este sábado en Barcelona presenta un desafío a cuatro bandas entre los últimos ganadores de las tres grandes rondas y el ciclista español más cautivador. El belga Remco Evenepoel (Soudal Quick-Step) defiende cetro ante la ofensiva del danés Jonas Vingegaard (Jumbo), doble vencedor del Tour de Francia, el esloveno Primoz Roglic (Jumbo), ganador del Giro de Italia de la pasada primavera, y Juan Ayuso (UAE), que pretende seguir rompiendo récords y mejorar la tercera plaza de la edición anterior.
Un póquer de ases imbatible. Sólo falta el envite de Tadej Pogacar. El esloveno, tras su participación en el Mundial decidió prescindir de la carrera en la que comenzó a adornar su rico palmarés. «No hay posibilidades de ir a la Vuelta. Tenemos un gran equipo para luchar por el título y respeto mucho a Almeida y Ayuso. Ellos llevan mucho tiempo juntos y se entienden muy bien. Los alentaré desde el sofá», dijo el segundo clasificado en el último Tour de Francia tras acudir al Mundial de Glasgow.
En Barcelona, con el estreno de una contrarreloj grupal de 14 kilómetros, arranca una ronda repleta de alicientes. A la valiosa relación de aspirantes al podio de Madrid se suma una larga lista de notables corredores: Enric Mas (Movistar), Geraint Thomas (Ineos), Joao Almeida (UAE), Oier Lazkano (Movistar) y Richard Carapaz (EF).
Una edición especial para Roglic, que pugnará por igualar el récord de cuatro triunfos de Roberto Heras. El esloveno llega pletórico, con 12 victorias en la temporada, sólo una menos que su compañero Vingeggard. En este año no se ha bajado del podio, con exhibiciones en Giro de Italia, Tirreno-Adriárico y Volta a Catalunya. El Jumbo aparece como el grupo a batir. El desarrollo de la carrera dictará si los galones de mando los llevará Roglic o Vingegaard. «Los dos iremos como líderes. A ver si podemos hacer pleno», señala el danés.
La pareja del Jumbo acosará a Evenepoel, que se siente cómodo con el respaldo de su grupo. «Si miras el recorrido y la lista de salida, sabes que será una Vuelta dura, pero tuve una buena preparación y puedo disponer con un equipo fuerte», ha dicho el belga, que se concentró en Andorra después de ganar el Mundial de contrarreloj, y que tiene anotado el rojo la crono de 25,8 kilómetros de Valladolid (etapa 10ª).
Juan Ayuso, tras un hostil inicio de temporada por las lesiones, apunta que volver a subir al podio no es una quimera. «Será una Vuelta dura, con algunos grandes rivales, pero creo que estamos a la altura del desafío. Hemos estado trabajando mucho en los últimos meses», ha confesado el polivalente corredor del UAE.
Una participación de rango superior para un recorrido sin tregua, con siete etapas de alta montaña, seis de media montaña, dos llanas con final en alto, cuatro llanas, una crono por equipos y una contrarreloj individual. Una ronda con perfil montañoso. Las cumbres ya aparecen en la tercera etapa, con subidas a Ordino y final en Arinsal, en Andorra. En la sexta se visita el Observatorio a Javalambre. La octava termina en el Xorret de Catí. La etapa reina es un martirio para los ciclistas y un deleite para los espectadores: final en el Tourmalet (por primera vez la Vuelta visita la cima pirenaica) y previos ascensos a Portalet, Aubisque y Spandelles. La siguiente cita también está repleta de obstáculos, con final en el puerto de Larra Belagua. En la jornada 17ª se romperán récords de audiencia con el regreso de El Angliru. El colofón de la última semana, en la sierra de Madrid, es tremendo con una etapa similar a una clásica belga, con 10 ascensos a cotas de tercera categoría en un interminable recorrido de 208 kilómetros, la etapa maratón, antes del paseo triunfal por Madrid.
