Alcaraz: “¿Cómo se puede jugar tan mal al tenis?”

Alcaraz: "¿Cómo se puede jugar tan mal al tenis?"

Masters 1000 de Canadá

Actualizado

El español admite que ha de “mejorar bastantes cosas” y “adquirir más confianza” tras volver a caer ante Tommy Paul un año después, esta vez en cuartos. Se cuestionaba sobre su nivel tras ceder el primer parcial

Alcaraz abandona la pista tras caer ante Paul.VAUGHN RIDLEYGetty Images via AFP

En una temporada con seis títulos, el más reciente en Wimbledon, y después de una secuencia de 14 victorias consecutivas, cualquier tropiezo de Carlos Alcaraz genera el lógico sobresalto. El número 1 del mundo gana casi todo cuanto juega, como plasma su balance de 49 victorias y cinco derrotas en 2023, la más reciente en la madrugada española del sábado, en cuartos de final del Masters 1000 de Canadá, ante Tommy Paul, el mismo hombre que le detuvo en la pasada edición, entonces en segunda ronda, tras salvar una pelota de partido.

En su vuelta a la competición oficial tras el impresionante triunfo en el All England Club, el español ya había dado muestras de que no se encontraba particularmente fino. Necesitó un desempate en el debut para superar al joven Ben Shelton y dos para superar en tres parciales al polaco Hubert Hukacz, decimoquinto favorito y siempre peligroso en superficies rápidas.

Paul, decimosegundo cabeza de serie y semifinalista en el último Abierto de Australia, es un tenista de los que le hacen sentirse incómodo. Genuinamente americano, trata de jugar dentro de la pista, propone con su golpe de derecha y carece de pudor a la hora de aproximarse a la red, donde prosperó en 21 de sus 23 apariciones.

Si a ello le unimos que Alcaraz estuvo desacertado, que cometió 17 errores no forzados con su derecha y no exhibió la frescura a la que nos tiene acostumbrados, es más sencillo entender el 6-3, 4-6 y 6-3 favorable al estadounidense, que en la madrugada de este domingo se enfrentó a Jannik Sinner en busca de su primera final de un Masters 1000. «Es increíble, es increíble. ¿Cómo se puede jugar tan mal al tenis?», se interrogaba el español después de dejar caer su raqueta contra el piso a la conclusión del primer parcial.

La anterior derrota, en Roland Garros

Alcaraz no perdía desde las semifinales de Roland Garros, cuando, condicionado por los calambres, cayó ante Novak Djokovic. Campeón en Queen’s y con una feliz revancha ante el serbio en la final de Wimbledon, transitaba por el circuito con una autoridad incuestionable, tras ganar también en Buenos Aires, Indian Wells, Barcelona y Madrid en la primera parte de la temporada.

«He aprendido muchas lecciones aquí. Ahora debo mejorar bastantes cosas y adquirir más confianza en mi juego», manifestó en la conferencia de prensa posterior.

Cameron Norrie, que le derrotó en la final del ATP500 de Río, limitado también Alcaraz por una lesión en el cuádriceps derecho; Sinner, vencedor de una inolvidable semifinal en el Masters 1000 de Miami; y Fabian Marozsan, ante quien se quedó en Roma ya habiendo asegurado su vuelta al número 1 del mundo, fueron los otros tres tenistas capaces de doblegarle.

Próxima estación, Cincinnati, la semana que entra, con la reaparición de Djokovic, en la que será ya una lucha directa por el número 1 del mundo. Alcaraz ha ampiado hasta los 600 puntos la distancia que mantiene con el serbio, 9.395 frente a 8.795. Necesitará llegar a la final para no depender de Nole, quien, ausente en 2022 de toda la gira estadounidense por su negativa a vacunarse contra el covid, no defiende punto alguno ni en Ohio ni en el US Open.

Litigios jerárquicos al margen, pues está claro que ambos, en un orden u otro, serán los dos primeros cabezas de serie en el Abierto de Estados Unidos, del mismo modo que ya lo son en Cincinnati, y no podrán verse hasta una hipotética final, Flushing Meadows, que se inicia el día 28, late ya con intensidad. Tras una discreto paso por los dos Masters 1000 previos, Alcaraz consiguió hace poco menos de un año en Nueva York el primer gran éxito de su carrera, aupándose además como el número 1 del mundo más joven de siempre. Cincinnati, donde el español puede volver a cruzarse con Paul, a quien sí venció esta primavera en octavos de Miami, puede ser un prólogo de lujo, pero será el US Open, último grande de la temporada, el espacio reservado para tener todas las armas a punto.

kpd