El español destaca su “capacidad para sacar el buen juego y la valentía en los momentos clave”
Después de despachar a dos sacadores, dos tipos cercanos a los dos metros que no conceden demasiado ritmo, Carlos Alcaraz se encontró con un jugador bien distinto, un contemporáneo con otro dispensario de argumentos, que le complicó el primer parcial. Holger Rune, sexto cabeza de serie, es mucho más jugador que Nicolás Jarry y Matteo Berrettini, por mucho que sólo estuviera en su segunda participación en Wimbledon y el año pasado fuese liquidado por Marcos Giron en primera ronda.
“Ganar el primer set fue clave para cambiar mis emociones y sacarme los nervios, para empezar a disfrutar del momento y del partido. Necesitaba gritar como lo hice al final de ese parcial. El grito me ayudó en la lucha interna que mantenía conmigo mismo”, comentó el español en conferencia de prensa, tocado de nuevo con el habitual gorro que viene luciendo ante los medios a lo largo del torneo y que olvidó tras su anterior encuentro.
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“No es fácil jugar con un rival junto al que has crecido y al que te has enfrentado tantas veces. Quizás cuando me enfrento a gente de mi año o de mi generación, como Holger o como Sinner, siento más presión, pero estoy seguro de que también la habrá en la semifinal del viernes”, añadió.
Sobre su próximo rival, Daniil Medevedev, ante quien perdió hace dos años en la segunda ronda, en su debut en el torneo, y a quien apabulló la pasada primavera en la final del Masters 1000 de Indian Wells, dijo:”Es muy completo, alcanza todas las bolas, es un auténtico atleta y está jugando muy bien en hierba”. El ruso, tercer cabeza de serie, sumó 28 saques directos en la peleada victoria contra Christopher Eubanks por 6-4, 1-6, 4-6, 7-6 (4) y 6-1. Ganador del Abierto de Estados Unidos de 2021 y finalista del Abierto de Australia en 2022, se estrena también en las semifinales de Wimbledon.
Fiel a su estilo
Certero en los momentos cruciales, en los que se definen los partidos, el número 1 del mundo destacó la importancia de afinar en esos trances. “Siempre he dicho que ahí está la diferencia entre los buenos y los muy buenos. En esos momentos hay que sacar el buen juego y la valentía que uno tiene dentro, ser fiel a tu estilo e ir a por todas. Por eso doy un plus de nivel que quizás no den otros jugadores”, explicó. Con la experiencia muy cercana de su derrota en las semifinales de Roland Garros contra Novak Djokovic, en un partido en el que se vio condicionado por los calambres sufridos cuando el marcador señalaba igualada a un set, aseguró que tomó nota de lo acontecido. “Son experiencias que hay que vivir y de las que hay que aprender. Puedo mejorar lo que hice mal. Voy a hablar más con mi equipo y el viernes lo vamos a hacer mejor que en París”.
Con la franqueza que acostumbra, no eludió la pregunta sobre sus verdaderas posibilidades de hacerse con el que sería su segundo título del Grand Slam, tras ganar el último Abierto de Estados Unidos. “Sé que está Novak, pero sí, sinceramente, me veo capaz de ganar el torneo. Tengo la confianza y tengo el nivel”.
Rune arguyó que no se había encontrado bien desde que comenzó el día. “Pienso que al margen de las circunstancias, tengo que comprometerme plenamente con mi juego, y no creo que lo haya hecho al cien por cien. Le permití tomar ventaja en demasiados puntos, y cuando tiene esa posibilidad es asombroso. Tengo que aprovechar mejor mis oportunidades. Cuando se me presente alguna pelota franca, ir a por ella”. Preguntado por esa reacción, el español dijo:”Un Grand Slam son dos semanas. Nunca te vas a levantar perfecto y tienes que lidiar con ello para dar tu mejor versión”.