Rodri, el imperial: “He estado horrible, pero Guardiola me lo ha dicho a la cara. Como líder, tenía que cambiar”

Rodri, el imperial: "He estado horrible, pero Guardiola me lo ha dicho a la cara. Como líder, tenía que cambiar"

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El mediocentro más en forma de Europa, imprescindible en el City y en la selección española, entra en la historia del club inglés como primer goleador en una final de Champions.

Rodri alza la Copa de Europa en Estambul.TOLGA BOZOGLUEFE

En los sollozos de Rodrigo Hernández con la cara escondida en el césped del Atatürk había lágrimas por los partidos en Majadahonda con el cadete del Atlético; por el día en que lo enviaron al tercer Juvenil siendo internacional sub-16 porque nadie creía que alcanzaría el 1,90 cm que luce hoy; por las charlas con Javi Calleja y Paco López en Miralcamp cuando el Villarreal lo rescató en 2013 para empezar a hacerlo el futbolista que es hoy. Después llegó la vuelta efímera al conjunto rojiblanco para acabar en las manos de Guardiola.

El técnico catalán lo ha moldeado hasta hacerlo un centrocampista que define como “imperial”. Hasta le sacudió las dudas durante el descanso en el vestuario después de 45 minutos con Brozovic amarrado a sus botas de una manera atosigante. “Estuve horrible en la primera parte, impropio de mí. Pero el míster me lo ha dicho a la cara. Me ha dicho que era un líder y que tenía que cambiar la mentalidad”, confesaba el jugador, que supo en 2021 lo que es perder una final, aquella vivida desde el banquillo.

Pep le pidió un cambio y lo dio. Se sacudió los malos pensamientos y hasta pudo dibujar cómo golpearía el pase atrás de Bernardo Silva. “Tenía en mente pegarle fuerte, pero he pensado: solo vas a tener una en todo el partido, así que colócala”.

“Nunca imaginé esto”

La fortaleza física que no vio el Atlético y el equilibrio que da al juego sí lo vio un experto cazatalentos como José Manuel Llaneza. “Es el futbolista más completo que he visto y va a ser de los mejores”, repetía el directivo del Villarreal a todo el que le preguntaba por las perlas groguetas. Entonces Rodri, que vivía en su piso de estudiantes en Castellón y compatibilizaba los entrenamientos con los estudios de Económicas. Ni soñaba con ser campeón de Europa y protagonista. “Mi sueño era jugar al más alto nivel, pero nunca imaginé jugar una Champions y mucho menos marcar en la final. Esto demuestra que, con trabajo, cualquier chico como yo lo puede lograr”.

Rodri fue el mejor jugador de la final, ha entrado en la historia del City por ser el primer goleador en una final y en la temporada en que marcó sus primeros tantos en Champions. Lo hizo en la ida de los cuartos de final ante el Bayern y en el partido más importante de los 143 años de historia del club de Manchester. Tan importante era que hasta el jeque propietario, Mansour bin Zayed, que sólo había visto un partido en directo, la victoria ante el Liverpool en 2010, estuvo en el campo de Estambul para ver culminar la obra de Guardiola. Es el Atatürk un campo fetiche para los equipos ingleses cuando tienen enfrente a italianos. Y es que allí fue donde el Liverpool de Rafa Benítez levantó la final al Milan de Ancelotti en 2005.

La final tuvo dos protagonistas más. Lo fueel guardameta Ederson, con dudas al inicio pero que sacó un cabezazo picado a Lukaku en el minuto 88 y volvió a salvar a su equipo en el 95. “Si hubieran empatado no sé que habría ocurrido, porque yo estaba muertísimo”, recordaba Rodri.

Desgracia y alivio para De Bruyne

El otro fue De Bruyne, Hay futbolistas que tienen idilios con una competición y otros que cargan con maldiciones. Al segundo grupo podría pertenecer el belga. Sólo puso aguantar 36 minutos del césped, y no es la primera vez que tiene que abandonar lesionado una final de Champions. Ante el Inter fue un problema muscular en la parte posterior del muslo derecho. Le vinieron a la mente imágenes de la final de 2021 en Oporto ante el Chelsea. Quiso continuar, trata de probarse, pero acabó pidiendo que le sustituyera Foden. Chocó las manos con Guardiola, con todo el banquillo, aunque no había consuelo.

Las finales se le niegan al talentoso centrocampista, que ya tuvo que abandonar la primera que disputó el City en el minuto 59. Unos minutos después de que marcara Havertz, cuando el equipo inglés más necesitaba reaccionar, un choque con Rüdiger dejó aturdido al belga y con el ojo izquierdo morado que le obligó a dejar de jugar. Sus lágrimas no tuvieron entonces consuelo. Esta vez Rodri hizo que fueran de alegría.

kpd