Se impuso por 6-1 y 6-2, en la réplica de la final del pasado año. Suma 18 victorias consecutivas en España
La réplica de la final de 2022 se quedó en un sucedáneo bastante similar al de entonces. Alexander Zverev, que en aquella ocasión sólo pudo hacer cuatro juegos ante el aspirante al título, tampoco esta vez complicó la existencia al ahora defensor de la copa, quien después de los sofocos del debut ante Emill Ruusuvuori, camina con la autoridad que viene haciéndolo desde su reaparición sobre la arcilla de Buenos Aires. Carlos Alcaraz venció por 6-1 y 6-2, en una hora y 22 minutos, y buscará las semifinales del torneo ante el ruso Karen Khachanov, decimoquinto cabeza de serie.
Superado en todos los frentes, al alemán no le quedó otra que capitular ante el ídolo local, jaleado de nuevo por una afición que ha encontrado una alternativa inmediata a la fascinación generada durante años por Rafael Nadal. Ni un reproche al juego del número dos del mundo, al ejercicio esta vez más sobrio de su buen gobierno. Ni siquiera con su servicio, de donde parte el flujo de todo su juego, consiguió Zverev, sujetara un rival que le ganaba prácticamente todos los intercambios. Lo perdió en dos ocasiones en el primer set, quedando a merced del joven jugador español. Volvió a cederlo en el sexto juego del segundo parcial, inclinado ya hacia el cadalso, sin provocar siquiera una sola amenaza cuando le tocó restar.
Larga ausencia
Zverev trata de estabilizarse en el circuito después del largo período ausente debido a la rotura de siete ligamentos del tobillo en Roland Garros, cuando plantaba cara a Nadal en semifinales. El camino de vuelta no está siendo sencillo. Perdió sus dos partidos de la United Cup, cayó en primera ronda de Múnich y Miami, en segunda del Abierto de Australia y en octavos de Rotterdam, Indian Wells, Doha y Montecarlo, siendo las semifinales de Dubai su recorrido más extenso.
En Madrid, donde es bicampeón, lo pasó mal de entrada ante Roberto Carballés, pero remató su victoria con un 6-0 y despachó a Hugo Grenier por 6-1 y 6-0 para pedir audiencia con el jugador del momento, con el hombre que le arrolló el pasado año en la final antes de que pudiera tomarse revancha casi inmediata en los cuartos de Roland Garros.
Todo sucede muy deprisa cuando hablamos de Alcaraz, que este viernes cumple 20 años. Aquel resultado en París, incluso la última final del Mutua, forman parte de un muy lejano pretérito, en el que el chaval aún mostraba signos de vulnerabilidad, alguna tibia señal de acné. Caso distinto es del de Zverev, quien, a los 26 años, incluso con sus 19 títulos, entre ellos las ATP Finals, y con la final del US Open de 2020, se parece demasiado al tenista frágil de los inicios, incapaz de rentabilizar su destacado potencial físico.
Campeón, además de sobre la arcilla argentina, en Indian Wells y Barcelona, con una secuencia de 18 victorias consecutivas en España desde que ganó por primer vez el Godó, Alcaraz transita sin freno hacia una nueva victoria en la Caja Mágica. No se atisba nadie capaz de detenerle.
