En una reunión con el Madrid en la primavera de 2022, cuando los blancos contaban con el “sí” de Mbappé, Haaland, que se veía de blanco, preguntó por su convivencia con Karim. «Es una institución».
La primavera del 2022 fue agitada en el Santiago Bernabéu. Sobre el césped, el Real Madrid caminó por el campo de minas de la Champions League hacia su Decimocuarta Copa de Europa, un logro tan extraordinariamente dramático como inesperado, remontando una y otra vez sobre PSG, Chelsea y Manchester City en su ruta a París mientras en los despachos dibujaba los bocetos de su futuro. En la mesa de negociaciones, la competición fue todavía más agresiva que en la hierba. Ahí, entre llamadas, indirectas y medias verdades, la directiva del conjunto blanco terminó observando cómo se le escapaban de las manos dos de las piezas más brillantes de la próxima década futbolística: Kylian Mbappé y Erling Haaland.
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Pero hubo un momento, por muy extraño que le pueda parece al aficionado, que el Madrid pudo cumplir el sueño de su propio videojuego teniendo a los dos. Mbappé quería, Haaland quería y la economía del Madrid lo permitía. Imaginen lo que hubiera sido. Casi doce meses después, el primero sigue en París, el segundo cambió Dortmund por Manchester y el Madrid, en su propia grandeza, ha sido campeón de Europa sin ninguno de los dos.
La historia del francés la conocen. No renovó con el PSG, en verano de 2021 pidió salir al Madrid, los blancos hicieron una oferta superior a los 200 millones, Al-Khelaifi la rechazó y todo parecía hecho para que Mbappé firmara como agente libre en el verano de 2022. Pero el delantero, también lo saben, se echó atrás y terminó ampliando su vinculación con el conjunto galo.
“Karim es una institución allí”
A finales del mes de marzo y comienzos de abril, antes de esa decisión de Kylian, cuando en el Bernabéu planeaban el futuro del equipo con el «sí» del francés sobre la mesa, la directiva del Madrid se reunió con Haaland y su entorno. Ahí estaba el padre del noruego y el tristemente fallecido Mino Raiola. Tenían decidido salir de la Bundesliga y el delantero nórdico se veía de blanco, pero sólo una circunstancia condicionó su firma: «¿Y qué pasaría con Benzema?». En esa charla, Haaland mostró sus dudas sobre su lugar en una alineación que debía contar también con Benzema.
El delantero francés ya había anotado un hattrick contra el PSG, era pichichi en la Liga que lideraba el Madrid y tenía su contrato renovado hasta junio de 2023, por lo que coincidiría sí o sí con Haaland durante al menos una temporada en una delantera que, en ese momento, también formarían Mbappé y Vinicius Júnior. Demasiadas piezas para un ataque que, según el esquema del Madrid, sólo cuenta con tres futbolistas. Haaland no necesitó una respuesta a su pregunta, ya la sabía. «Karim es una institución allí», le dijo a su círculo cercano, asumiendo los hipotéticos problemas de su convivencia futbolística con el francés. El noruego siempre ha admirado a Benzema, más todavía después de su última temporada, y supo en esa charla que el Madrid no podía prometerle el puesto de su capitán.
“Mira a Benzema en el Madrid”
«Nunca puedes dejar de buscar nuevas formas de mejorar. Mira a Benzema en el Madrid. Ahora tiene 35 años y de repente se ha convertido en un jugador aún mejor», dijo Haaland sobre el galo hace un par de meses. Benzema y el Madrid llegaron hacen semanas a un acuerdo para ampliar su contrato hasta 2024 y el nórdico va camino de batir todos los récords en su primera temporada en la Premier League. Lleva 27 goles y cuatro hat-tricks en 24 partidos, pero mientras hace todo eso no olvida la primavera de 2022 y se mantiene atento al final del ciclo de Benzema en Chamartín.
Las conversaciones con el Madrid terminaron en el momento que el noruego firmó con el City, pero desde Alemania se apresuraron a asegurar que tenía una cláusula de salida del conjunto inglés para verano de 2024. En el Bernabéu, ahora enamorado de Endrick, se desconocen esos detalles sobre el contrato entre Haaland y los ‘citizen’, pero el sueño de su videojuego sigue en la mesa.