La prioridad era evitar los muros y cimentar la confianza, esencial para la qualy del sábado. Aún queda mucho fin de semana por delante para que salgan los tiempos, así que el papel de Carlos Sainz y Fernando Alonso bien pudo darse por bueno en los primeros entrenamientos libres del GP de Mónaco. El piloto de Williams fue séptimo, a 57 centésimas del mejor crono, establecido por Charles Leclerc. Mientras, el asturiano acabó en décima posición, a 76 centésimas del último ganador en el Principado.
Leclerc (1:11.964) fue el único capaz de rodar por debajo de 1:12, aventajando en 16 centésimas a Max Verstappen y en 32 a Lando Norris. A esta velocidad hay que añadir el coraje con el que se repuso a su madrugador incidente con Lance Stroll. A la espera del veredicto de los comisarios, ese choque camino de la horquilla de Fairmont pareció responsabilidad del canadiense, poco pendiente de sus retrovisores.
“No sé dónde estamos. Tengo un tremendo subviraje en las curvas a derechas y mucho subreviraje en las que son a izquierdas”, admitió Leclerc, que aún deberá acercarse mucho más a los muros para repetir la hazaña de 2024. Su gafe en casa, casi una tradición, hubo que atribuirse esta vez a Stroll, que ya no pudo devolver el AMR25 a la pista. Los trabajos preliminares de Aston Martin en su suspensión trasera y su caja de cambio se realizaron bajo la atenta mirada de Adrian Newey.
Con su compañero fuera de circulación, Alonso fue ganando confianza hasta acabar décimo, a sólo 37 milésimas de Hamilton. Y sin los dolores en la espalda del heptacampeón, que casi sale volando, catapultado por el bordillo de la segunda chicane de la piscina. Todavía es temprano como para extraer conclusiones definitivas sobre el rendimiento del ovetense en el trazado más sinuoso del Mundial.
Algo más entonado se ve a Williams, que viene rozando las posiciones de podio en Imola y Miami. Otro paso en la misma línea podría poner en órbita a Sainz. Sin embargo, en una de las subidas a Santa Devota, el madrileño debió tomar la escapatoria para evitar males mayores, al igual que su amigo Norris.