La reivindicación de Rodrygo tras el “no” a Guardiola y a Arabia: religión, “orden absoluto” y disciplina en el gimnasio

La reivindicación de Rodrygo tras el "no" a Guardiola y a Arabia: religión, "orden absoluto" y disciplina en el gimnasio

El verano pasado, el primer nombre en la lista de Pep Guardiola para reforzar el ataque del Manchester City era el de Rodrygo Goes (Sao Paulo, 2001). El brasileño venía de ganar la Liga y la Champions con el Real Madrid, había marcado en los dos partidos de la eliminatoria entre británicos y españoles y confirmaba una vez más que el City es uno de sus rivales preferidos: cuatro goles en los últimos seis enfrentamientos. Esta noche llegará el séptimo, con Guardiola todavía pendiente de él.

La sexta temporada de Rodrygo en el Santiago Bernabéu está siendo la de su confirmación definitiva justo en el momento en el que más dudas había sobre su posición en la rotación de Carlo Ancelotti. El italiano, enamorado del brasileño, le había dado todos los minutos posibles el año pasado, convirtiéndole en indiscutible tras la salida de Benzema. Los números de Rodrygo, sin embargo, se quedaron en 17 goles (10 en Champions, cinco en Liga y uno en la Supercopa y en la Copa) y ocho asistencias en total. Algo pobres para su lugar en el once. Se le exigía más, desde el banquillo y la grada.

“Sólo los tontos olvidan la ‘R'”

Este año, la llegada de Mbappé amenazaba su puesto en el equipo. Ancelotti, acostumbrado a jugar con cuatro centrocampistas en las dos Champions conquistadas, podría haber mantenido el esquema, dando entrada al francés por el brasileño, pero no. El italiano ha cambiado el plan, ha transformado el 4-4-2 de estos años en un claro 4-3-3 y ha dejado la banda derecha para Rodrygo, que recibió la confianza como un empujón anímico mientras el foco mediático se centraba en Mbappé, Vinicius y Bellingham.

«Sólo los tontos olvidan la ‘R‘», contestaban en el vestuario ante los juegos de palabras que hacían los medios con la nueva delantera del conjunto blanco. Rodrygo, que al principio no entraba en la imagen mediática, se molestó primero, pero guardó silencio después. Se centró en su físico y lleva diez goles y seis asistencias desde el mes de diciembre, 13 y 8 en total. Números que van camino de superar todo lo que ha conseguido en el conjunto blanco y que le hacen competir de tú a tú con las estadísticas de sus compañeros de ataque. Mbappé suma 27 acciones de gol (24 goles y 3 asistencias), Vinicius 28 (16 y 12) y Bellingham 21 (11 y 10), como Goes.

Todo bajo la atenta mirada de Guardiola, pero también la de Ancelotti, Juni Calafat, José Ángel Sánchez y Florentino Pérez, sus grandes valedores, cada uno a su manera, en Chamartín. Rodrygo es uno de los grandes favoritos del cuerpo técnico, valoran su capacidad en el juego entre líneas, su regate y su solidaridad en el trabajo defensivo y en el juego de ataque. «No es egoísta ni juega para él. Y eso se nota», admiten desde Valdebebas.

En la dirección general del Madrid, los elogios son similares. Calafat fue el artífice del fichaje, avalado por José Ángel Sánchez, y desde su llegada se convirtió en uno de los preferidos de Florentino. Por eso todos los rumores, mensajes e incluso llamadas que se han producido para tantear su fichaje han sido desestimados. Ni siquiera tras la llegada de Mbappé, cuando en el club se decidió apostar por los tres atacantes y Bellingham, dejando dos puestos en el medio para Valverde, Camavinga, Tchouaméni, Ceballos y Modric.

Cláusula antijeques

El interés de Manchester no fue el único. Desde Arabia Saudí, que tantea todo lo que se puede tantear, también se han mostrado interesados en la contratación del brasileño, una moneda al aire que, como otras muchos, de momento ha salido cruz. Rodrygo renovó su contrato con el Madrid en 2023 hasta 2028 con una cláusula de 1.000 millones, antijeques, y aunque la firma de Mbappé ha llevado a varios futbolistas a preguntar por su situación salarial, no se ve en otro sitio que no sea el Madrid.

De profundas creencias religiosas, los que mejor le conocen bromean con que está «bendecido contra el City», el equipo que precisamente más se ha interesado en él. Sus dos goles en el descuento de las semifinales de Champions de 2022 todavía están en el recuerdo del Bernabéu, haciendo que en el club su apodo sea «Míster Champions». El éxito futbolístico no le ha alejado de la iglesia evangélica, a la que acude muchos domingos por la mañana en Madrid, ni de su familia, clave en su día a día. Vive con sus padres, con su hermana y con un grupo de amigos muy pequeño y extremadamente cerrado. «Es una casa en la que hay un orden absoluto», explican los que le conocen.

Su día a día

En ese orden, hay una persona clave: Marcel Duarte. Este preparador brasileño es el entrenador personal de Rodrygo, el que le organiza las sesiones de gimnasio en casa por las tardes y quien coordina el calendario de cada día, desde el tipo de comida a los descansos necesarios en cada jornada, siempre en contacto con Antonio Pintus y los preparadores del Madrid. «Lo lleva todo al milímetro», cuentan.

La evolución muscular del delantero es evidente desde ese delgado adolescente que llegó a Madrid con 18 años y sirve ahora para empujar al jugador en su mejor momento.

kpd