Loïc Meillard y Breezy Johnson reinan en el Mundial de Saalbach

Loïc Meillard y Breezy Johnson reinan en el Mundial de Saalbach

A tenor de la cosecha de medallas, la objetiva unidad de medida en cualquier Campeonato, el Mundial de Esquí Alpino de Saalbach coronó, rey y reina, a Loïc Meillard y Breezy Johnson. El suizo reunió tres medallas: dos de oro (eslalon y combinada por equipos) y una de bronce (eslalon gigante). La estadounidense se llevó un par de oros: descenso y combinada por equipos. Las mismas recompensas y en las mismas pruebas que el segundo gran suizo: Franjo von Allmen.

Las máximas figuras del esquí no arrollaron, pero tampoco salieron de vacío. Marc Odermatt aspiraba a más. Se hizo, sin embargo, con el oro en el supergigante. Mikaela Shiffrin, aún en insuficiente forma tras su reaparición, se quedó al borde de las recompensas en el eslalon, pero en la combinada por equipos, en unión de Breezy Johnson, conquistó su medalla número 15, y la octava de oro, en un Mundial.

No logró superar al menos por una a Christl Cranz, denominada “la esquiadora de Hitler”, que obtuvo 15 (12 de oro) entre 1934 y 1938. Claro, que entonces los Mundiales se celebraban cada año, no cada dos como ahora. También es cierto que la Guerra Mundial cortó la cadencia temporal.

A su vez, Federica Brignone, la tigresa italiana, atrapó con las garras el oro en el gigante y la plata en el descenso. Con 34 años, siete meses y 30 días, batió su propio récord de esquiadora más veterana ganadora de un Mundial, que, con 32 años, seis meses y 23 días, había establecido en la combinada de 2023.

No salió nada contenta Lara Gut-Behrami de Saalbach. Aunque irregular toda la temporada, aspiraba, como su compatriota Odermatt, a varios máximos laureles. No pasó de la plata en la combinada por equipos, junto a Wendy Holdener, también plata en el eslalon. Incluso así, unió su metal a otros de distinto valor, especialmente al oro de Camille Rast, la gran revelación de la campaña, en ese mismo eslalon, para colocar a Suiza en la cabeza del medallero, con 13 medallas (cinco oros, cinco platas y tres bronces). Suiza, que lleva toda la temporada plantando sus reales en la Copa del Mundo, incluso redondeó un triplete en la combinada por equipos con tres de sus cuatro formaciones en liza.

Austria, floja durante la temporada, temía un desastre en su propia casa. Podía caerse el techo encima de la cabeza o abrirse el suelo bajo sus pies. Salvó la papeleta con siete metales (dos, tres y dos). Especialmente con el oro y la plata de Raphael Haaser en, respectivamente, el gigante y el supergigante. También Stephanie Venier, oro en supergigante y bronce, junto a Katharina Truppe, en la combinada por equipos, puso su granito de arena.

España tuvo en el debutante Aleix Aubert a su mejor pieza. Oro en los Juegos Mundiales Universitarios, a sus 19 años (cumplirá 20 en abril), se convirtió en el esquiador español más joven en meterse en la segunda manga de una prueba del Mundial. Acabó en la 23ª posición en el gigante. Curiosamente la misma que Juan del Campo en el eslalon. Pero a Juan, excelente también, le situamos en el segundo puesto del escalafón nacional porque tiene 30 años. En este caso, la veteranía, que siempre es un grado, se inclina ante la juventud.

Terminados los Mundiales, regresa la Copa del Mundo, que se cerrará a finales de marzo en Sun Valley (Idaho, USA). Los hombres estarán el día 22 en Crans Montana, con un descenso. Las mujeres, en Sestriere, con un gigante. Todavía le quedan fechas a Shiffrin, es de pensar que progresivamente más segura en los planos físico y anímico, para alcanzar ya esta temporada las 100 victorias. Cumplirá 30 años el 13 de marzo. También una cifra redonda para la mejor esquiadora de todos los tiempos.

kpd