Entre la niebla de la estación finlandesa de Levi, obtuvo Mikaela Shiffrin su victoria número 98 en la Copa del Mundo, la 61ª en eslalon y la octava en la misma Levi. Un triple récord que la coloca todavía más alto en la cumbre histórica del esquí mundial.
Ausente su gran rival, la eslovaca Petra Vlhová, que se recupera de una lesión en la rodilla, a la estadounidense, de 29 años, ya ganadora de la primera manga, le bastó con ser sexta en la segunda.
Sigue uniendo lo práctico con lo bello. Esquió con su habitual suavidad sedosa, sin brusquedad, sin tirones, sin movimientos correctores, sin despegar prácticamente nunca las tablas de la nieve. No hay en sus gestos la enérgica sensación de velocidad, en mayor o menor medida, de las demás esquiadoras. Se desliza con un imperceptible dinamismo que agradece el cronómetro. La nieve no parece ser para ella una resbaladiza enemiga a dominar, sino una aliada con quien compartir celebración.
Dominó a la austríaca Katharina Liensberger y a la alemana Lena Duerr. Las 100 victorias, una cifra “imposible”, están cada vez más cerca. Y también otro récord, el de nueve Globos de Cristal en eslalon. Superaría los ocho de Ingemar Stenmark en eslalon y gigante, y los mismos, en descenso, de Lidsay Vonn, que a los 40 años, ha anunciado su regreso a la competición.
En el rugby a siete pasan cosas. Muchas cosas. En muy poco tiempo. En segundos. "Es muy dinámico y cambiante", arranca el argentino Rodrigo Isgró, mejor jugador del mundo en la temporada pasada. "Espectacular, súper entretenido", acelera Pol Pla, 96 ensayos con la selección española masculina. "Una forma de vida", posa la definición Olivia Fresneda, 25 años, internacional española de rugby a quince y volcada ahora en la modalidad olímpica.
Siete contra siete en dos tiempos de siete minutos. En todo el campo. Carreras y placajes, balón en movimiento, a la caza de un hueco para escaparse. Las HSBC Sevens Series, la competición anual que reúne a las mejores selecciones del mundo (All Blacks, Australia, Argentina, etc.. y, entre ellas, España) se decide por primera vez en Madrid. A todo o nada. El equipo que gane el torneo que se disputa de viernes al domingo en el Cívitas Metropolitano se proclamará campeón de la temporada.
Si en el césped los partidos se suceden, la idea es que el espectador también esté activo. "El rugby va a ser lo más importante, pero queremos convertirlo en un festival, tenemos que dar un plus, de entretenimiento o gastronomía", asegura Paula Hernández, de World Rugby -la Federación Internacional-, directora de esta serie en Madrid.
Los palos de rugby, en el estadio Cívitas Metropolitano
Los partidos arrancan el viernes y el sábado a las doce del mediodía y el domingo, a las diez de la mañana. Como cada jornada dura al menos 10 horas, las entradas permiten salir a la fan zone y volver a entrar. Hasta este miércoles se habían vendido unas 40.000 repartidas entre los tres días, con precios a partir de 10 euros.
Si el seven puede perder en tempo, complejidad y épica respecto al quince, gana en continuidad y velocidad. La exigencia, en eso no varía, es máxima. Rodrigo Isgró debutó en 2020 y ahora ve cómo Argentina, tras quedar primera en la suma de los torneos previos, es una de las favoritas. "Dos minutos de desconcentración te pueden hacer perder un partido, hay muchos ensayos, puede pasar cualquier cosa hasta el último minuto". No queda margen para el fallo ni tiempo para rectificar. "Puedes estar mucho tiempo defendiendo, tienes un error y es un ensayo en contra", confirma Olivia Fresneda.
Aunque el juego es cada vez más físico, apunta Pol Pla, "en un campo tan grande siempre hay espacio para el jugador habilidoso o que tiene otras virtudes". Velocidad, fuerza y resistencia han convertido esta modalidad en un deporte para superatletas. "El jugador de seven dedica mucho tiempo a la parte física", corrobora Isgró. Y, subraya, no sólo a eso. "La mayoría de las veces es la cabeza la que le da señales al cuerpo para poder seguir". La española Olivia Fresneda destaca cómo, incluso en los viajes, el tiempo libre suele dedicarse a la recuperación. "Te exige estar las 24 horas del día", dice. Pol Pla se recuerda "reventado" tras su primer torneo y sin fuerzas para afrontar otro al siguiente fin de semana. Hoy es un referente en la selección masculina.
Pol Pla (primero por la izquierda) intenta alcanzar a Rodrigó Isgró (tercero por la izquierda)World Rugby
Pasan cosas en el campo y pasan cosas fuera. Como el rugby es, además, diversión, en el exterior del Cívitas Metropolitano se celebra el sábado un torneo de rugby playa y otro de cinta, el domingo, para niños. El sol lo pondrá Madrid, la arena ha llegado desde una cantera. Puestos de comida, un beach club con música, tumbonas, piscina y pantalla gigante. "La gente no sólo va a ver rugby, también va a ser parte del rugby", sugiere Paula Hernández. La directora de la organización explica que "el público objetivo es entre los 20 y los 30 años, pero pueden ir familias, intentamos tener ofertas para todos". Su objetivo, que esta cita - en la que participan la Federación Española, el Ayuntamiento de Madrid y el Atlético de Madrid- se asiente en la ciudad.
Los jugadores, sin embargos, no pueden permitirse distracciones. Las selecciones españolas, masculina y femenina, han quedado décima y duodécima en la suma de los torneos anteriores. Por eso su reto en Madrid es la permanencia en este club tan selecto que les fuerza a progresar o descender. Compiten contra otros siete equipos por cuatro plazas. Su destino se decide, al igual que el título, en las eliminatorias del domingo. A un partido. Presión absoluta.
Las dos escuadras muestran confianza. "Tenemos muchísimo corazón, muchísimo juego en equipo, muchísima garra, muchísimo espíritu de competición", asegura Olivia Fresneda sobre las Leonas. El conjunto masculino ha obtenido sus mejores resultados cuando ha controlado la posesión. "Jugar con el balón más que ser verticales, no ir a chocar, aunque a veces lo tenemos que hacer, nuestro juego es mucho más de mover el balón de una banda a otra, de jugar con las carreras", resume Pol Pla.
Frenazos, cambios de pie, aceleraciones. Ritmo habrá también en las gradas. El sábado, con el dj Luc Loren. El domingo, con actuaciones de Ptazetay Chanel. Paula Hernández apunta a nuevos públicos al convertir en "experiencia 360" esta competición deportiva de élite: "Apostamos por cosas rápidas, la gente joven no tiene paciencia, quiere que pasen cosas, no estar sentada".
Olivia Fresneda, en una serie anteriorMike LeeWorld Rugby
Dubai, Ciudad del Cabo, Los Ángeles, Hong Kong... Las Series Mundiales han brindado a los jugadores españoles la oportunidad de dar la vuelta al mundo. "Nos conocemos los aeropuertos de memoria, no vas a ver esos países, vas a competir, a entrenar y a jugar", asegura Olivia Fresneda. Pol Pla, asumiendo ese desgaste, agradece "viajar, conocer personas, distintos lugares, culturas diferentes".
Con la presencia del francés Antoine Dupont como uno de los principales reclamos, la final de las HSBC Seven Series en Madrid pone a España en el mapa del rugby internacional. Los Leones y las Leonas esperan, además, sentir el impulso de su afición. Para Olivia Fresneda será "espectacular"; para Pol Pla, "una motivación extra". Con los Pumas entre los favoritos al título absoluto, también lo reclama Rodrigo Isgró. "Espero que muchos argentinos puedan acercarse a alentarnos". Describe como "una familia" a su selección porque "para expresarte bien adentro de una cancha, primero tenés que sentirte cómodo afuera".
Los deportistas se exprimirán mientras el público se esfuerza en pasarlo bien. Es el espíritu festivo al que se vincula el rugby a siete internacional. Pol Pla expresa tres deseos. La permanencia, los Juegos de París y un tercero para después de retirarse. "Algún día tengo que ir de espectador, cuando ves a los aficionados disfrutar así, pues te apetece hacerlo".
La Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte acordó este miércoles proponer sanciones a 38 ciudadanos por los incidentes ocurridos durante las manifestaciones en las últimas cuatro etapas de la pasada Vuelta Ciclista a España que discurrieron en las comunidades de Castilla y León y Madrid.
Según indicó el Ministerio del Interior en una nota de prensa, las propuestas emitidas por la Oficina Nacional de Deportes (OND) de la Policía Nacional contemplan multas de 1.500 a 5.000 euros por los episodios registrados en esas cuatro últimas etapas de la competición ciclista, cuyo final en la capital fue suspendido.
Los expedientes en relación a estos hechos corresponden a infracciones calificadas como leves o graves y a ellos se añaden además prohibiciones de acceso a recintos deportivos por un periodo de hasta un año.
Por otra parte, la Comisión convino proponer para multa a dos asistentes a la 180ª Edición de las carreras de caballos de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Según los expedientes, uno de los ciudadanos se enfrentó a la seguridad cuando pretendía acceder a la zona de 'boxes' con un menor de edad y se solicita una multa de 5.000 euros y la prohibición de acceso a los recintos deportivos por un periodo de 12 meses, mientras que el otro implicado se encaró a los agentes presentando rasgos de embriaguez y se le propone una sanción de 3.001 euros y la prohibición de acceso a los recintos deportivos por un periodo de seis meses.
En lo que respecta al fútbol, se ha propuesto sancionar al Huesca con una multa de 3.001 euros "por desatender su obligación de impedir el acceso de bebidas alcohólicas a su estadio" durante el encuentro liguero ante el Málaga y a dos aficionados por los citados incidentes con esa misma cantidad y con 600 euros, respectivamente.
Además, se han declarado de alto riesgo el duelo de la Conference League entre el Rayo Vallecano y el Skhendija Tetovo de Macedonia del Norte de este jueves 2 de octubre a las 18:45 horas y los de Segunda División que enfrentarán el domingo 12 de octubre al Sporting de Gijón y al Racing de Santander en El Molinón (14:15 horas) y al Málaga y al Deportivo de La Coruña en La Rosaleda (21:00 horas).