La mala conciencia ocupa a los exploradores del alma desde mucho antes de que Nietzsche acuñara la expresión y atribuyera su creación a un «ser prisionero y desesperado». En opinión del padre del psicoanálisis, sin embargo, al hombre contemporáneo le preocupa más la mala reputación que la mala conciencia. El fútbol español sufre ambas. Señalado por mantener su circo y sus carruseles en un país arrasado por la DANA emocional que sucedió a la DANA,
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