El central moldeado por Raúl, remedio de urgencia de Carlo Ancelotti. El italiano, asolado por una aguda plaga de lesiones, encuentra en La Fábrica un inesperado escudo. El canario Raúl Asencio (21 años) irrumpe como revulsivo (¿temporal?) en una peligrosa crisis. El chaval, que no entraba en los planes iniciales del entrenador, impresionó por su aplomo en la solución de emergencia para tapar el socavón dejado por la lesión de Militao.
«Ha estado muy bien, con personalidad. Ha dado la asistencia del segundo gol, ha sido una sorpresa bonita y hay que agradecer la labor que han hecho con él en la cantera, particularmente Raúl, que ha trabajado muy bien con un jugador que necesitamos en este momento», declaró Ancelotti al término del partido contra Osasuna. Mientras el club estudia fichar en el mercado de invierno, el káiser de Raúl ya está incorporado al primer equipo. El canterano, Rüdiger y Vallejo (con el que apenas cuenta Ancelotti) son los únicos centrales sanos. Mendy podría ser un recurso en un caso desesperado.
Las lesiones de Tchouaméni (regresará para jugar como central tras el parón por las selecciones) y Lucas Vázquez (un mes de ausencia) merman hasta el extremo a una defensa muy castigada. La enfermería, saturada ante un calendario apretadísimo. En las próximas cinco semanas, previas al descanso por Navidad, el Madrid afrontará nueve partidos, uno cada cuatro días. Tras el parón por las selecciones llegará la visita al Leganés, el 27 acudirá al feudo del Liverpool, el 1 de diciembre recibirá al Getafe, el 4 se medirá al Athletic en la liga, el 7 viajará al estadio del Girona, el 10 se enfrentará al Atalanta en el Bernabéu, el 14 se trasladará a Vallecas, el 18 disputará la final de la Intercontinental y el 22 recibirá al Sevilla.
Fijo en el Castilla
Ancelotti, que apenas ha otorgado oportunidades a los canteranos, se muestra ahora ilusionado con Asencio, por quién el pasado verano se interesó el Manchester City para cederlo al Girona. En esta temporada es un fijo en el Castilla, disputando todos los minutos en los 11 encuentros en los que ha participado. Con el filial ha jugado 45 de los últimos 49 partidos. Asencio, nacido en 2003 en Las Palmas de Gran Canaria, se incorporó al Real Madrid en la temporada 2017-2018, en el Cadete B. Antes jugó en la cantera del UD Las Palmas y en el Veteranos del Pilar.
En el Real Madrid destacan su solidez y buen manejo del balón. Ancelotti le tenía en su nómina de alternativas, pero por delante del canario figuraban Jacobo Ramón (19 años) y Joan Martínez (17), pero ambos se encuentran lesionados.
La convocatoria del sábado fue la segunda de Asencio con el Real Madrid, la primera fue en diciembre de 2023, pero se cayó de la lista porque estaba implicado en la difusión de un vídeo sexual. Él no participó en los hechos, pero supuestamente difundió las imágenes. A la espera de la resolución judicial, él no esconde su entusiasmo por su nueva etapa. Para quien no le haya visto, él mismo se define: «Soy un jugador al que le gusta defender, que se siente cómodo en faceta defensiva, que muestra mucho carácter dentro y fuera del campo. Serio y contundente, que siempre mira por sus compañeros y por el equipo».
La locomotora de Verbania encandila a los tifosi en las lujosas orillas de Lago Garda. Filippo Ganna, el mejor contrarrelojista italiano de la última década, venció en el postrero test cronometrado de este Giro que enfila su semana definitiva. El elegante rodador del Ineos se anotó su primera victoria en esta Corsa Rosa, comandada con indiscutible autoridad por Tadej Pogacar. El ídolo local superó en 29 segundos al insaciable esloveno.
Fiesta italiana en el lujoso destino turístico que recoge las aguas de las montañas y valles de la antesala de los Alpes. Mansiones majestuosas sólo para los más afortunados. Allí donde Ganna se sintió poderoso.
La cita entre Castiglione delle Stiviera y Desenzano del Garda, con un recorrido de 31 kilómetros, supuso un excelente ejercicio para el lucimiento de especialistas en las contrarrelojes y para rodadores puros. Un perfil carente de dificultades montañosas, que atravesó zonas urbanas con suaves pendientes descendentes. Los últimos kilómetros apenas presentaron curvas, con la meta situada en una recta de 200 metros. Un escenario ideal para que Filippo Ganna exhibiera esa potencia que le caracteriza. El italiano afrontó la prueba perfectamente acoplado a su máquina, limando tiempo en cada curva. Un test de clase, elegancia y aerodinámica rubricado con un tiempo de 35.02.
Sólo Pogacar pudo acercarse al registro de espigado italiano. El esloveno arrancó pletórico para luego mostrar un rendimiento descendente. En el primer tramo cronometrado aventajaba al Ganna en cuatro segundos, en el segundo ya perdía 10 segundos y en el definitivo se distanció hasta los 29. Pogacar se quedó sin victoria pero incrementó la ventaja sobre sus inmediatos seguidores.
En tierras de Lombardía, Pogacar se distanció de unos enemigos resignados a pelear por las migajas. Superó a Geraint Thomas en 45 segundos y a Daniel Martínez en más de un minuto. Si antes del comienzo de la contrarreloj aventajaba a Daniel Martínez en 2.40 minutos y a Thomas en 2.56, ahora la renta respecto al colombiano se queda en 3.56 y con el galés en 3.41.
Primera etapa para Ganna en este Giro y la sexta en sus cuatro participaciones en la Corsa Rosa, las anteriores fueron en las ediciones de 2020 (cuatro) y 2023 (una). Primera vez que sube a los más alto del podio en este curso. En la crono de la la Tirreno-Adriático quedó segundo, superado por Juan Ayuso.
Una jornada muy rentable para Ganna, pero también para el doble ganador del Tour de Francia, que este domingo puede volver a aumentar su distancia, con una etapa de 222 kilómetros de alta montaña, con cuatro puertos, entre ellos el mítico Mortirolo (por la vertiente más suave) y con final en el alto de Livigno.
''Esta carrera es una mierda, pero volveré para ganarla''. Bernard Hinault definió como nadie las sensaciones de frustración, masoquismo y venganza que genera la prueba más tremenda. El infierno adoquinado de la París-Roubaix cautiva por la exigencia de esfuerzos supremos en una interminable lucha por la supervivencia. Una agonía superlativa que encumbra a superdotados como Mathieu van der Poel (VDP), el fenómeno neerlandés, que este domingo reeditó triunfo en el emblemático velódromo que corona la clásica del martirizante pavés.
VDP voló en una superficie que castiga los brazos y las piernas con un traqueteo constante y que nubla la mente por un suplicio interminable. ''Cuando acaba esta clásica parece que te ha arrollado un camión. No puedes moverte durante una semana'', aseguran algunos de sus supervivientes de esta carrera de 259 kilómetros de recorrido, que incluye 55,7 kilómetros adoquinados, repartidos en 29 segmentos.
En un territorio tan hostil, en esta ocasión sin lluvia, Van der Poel derrotó a sus enemigos con sólo dos ataques. Su superioridad es mayúscula, como ya demostró en el Tour de Flandes, con otra ofensiva de larga distancia. El primer órdago de este domingo lo lanzó en el Bosque de Arenberg, una zona simbólica del ciclismo más extremo, que ayer estrenó una polémica chicane para ralentizar la entrada en la zona empedrada. Allí, a falta de 94 kilómetros para la meta del velódromo de Roubaix, aceleró para castigar a Mads Pedersen y seleccionar la carrera. En el reducido pelotón de los mejores estaban, entre otros, Stefan Küng (Groupama), Nils Politt (UAE), Vermeersch (Alpecin), Wellens (UAE). El grupo viajaba estirado, buscando las escapatorias de hierba en los sectores de pavés.
El segundo desafío del líder del Alpecin llegó a falta de 59 kilómetros, en Orchies, una zona de piedra catalogada con cuatro estrellas. Con las manos firmes sobre manillar, con la vista clavada en el horizonte, inició otra cabalgada fantástica. Los enemigos de La Bestia intentaron la neutralización, pero pronto desistieron en su objetivo. En cinco kilómetros, la distancia ascendió al minuto. La renta subió a tres minutos en el Carrefour de l'Arbre. El público ovacionaba entusiasmado al héroe. Por detrás peleaban Jasper Philipsen, Pedersen y Politt por dos plazas en el podio. El insaciable nieto de Poulidor sólo dejó las migajas. Philipsen, compañero en el Alpecin, fue segundo, y Pedersen, tercero. Las mismas dos primeras plazas de 2023. Doble fiesta para el Alpecin.
Van der Poel, que defendió con autoridad insultante el título de la edición de 2023, sigue adornando su palmarés como uno de los clasicómanos más laureados de las últimas décadas. A sus 29 años ya suma seis triunfos en Monumentos, a las dos victorias en la París-Roubaix hay que unir las tres del Tour de Flandes (2020, 2022 y 2024) y una Milán-San Remo (2023). Los últimos que encadenaron Tour de Flandes y París-Roubaix en la misma temporada fueron el belga Tom Boonen y el suizo Fabian Cancellara, algo que nunca consiguió Eddy Merckx.
VDP se impuso en el Infierno del Norte portando el maillot del arco iris, como ya hizo, en 1981, Bernard Hinault, el francés que odiaba el masoquismo de Roubaix.
Guion repetido de una historia inalterable. Tadej Pogacar hace spoiler y todos se divierten. Esa capacidad para cautivar siempre, aun conociendo el desenlace, no tiene precio. Bendito genio. Sus ataques ya forman parte de la antología del ciclismo. Da igual que se escape a falta de 100, 50 o 20 kilómetros. Se marcha y no hay nada que hacer, sus rivales se rinden y sólo pelean por las migajas.
El ciclista esloveno ha firmado la mejor temporada de un ciclista en la historia, según el calibre de los triunfos. Ha igualado el récord de 25 que atesoraba el sprinter italiano Alessandro Petacchi en 2005, pero sus victorias tienen más peso: Mundial, Giro de Italia (más seis etapas), Tour de Francia (más seis etapas), Lieja-Bastoña-Lieja, Strade Bianche, Volta a Catalunya (más cuatro etapas), Gran Premio de Montreal, Giro de Emilia y Giro de Lombardía. Se ha impuesto en nueve de las 11 carreras en las que ha participado. Sus peores resultados: tercer puesto en la Milán-San Remo y séptimo en el G. P. de Quebec. A sus 26 años ya suma 88 triunfos. Es el más brillante del siglo XXI, el heredero más cualificado de Eddy Merckx. Incluso se ha abierto un debate sobre si podría será el mejor de siempre.
Su superioridad abruma y corredores en activo, retirados y técnicos intentan encontrar el secreto. Uno que conoce bien a Pogacar es Mikel Landa, que le vio debutar en 2019 y que, en ese mismo año, coincidió con él en la Vuelta al País Vasco y en la Lieja-Bastoña-Lieja. En este 2024 pletórico, ha sido testigo directo de sus exhibiciones en el Mundial de ruta de Zúrich, en el Tour de Francia y en la Volta a Catalunya. «Pogacar es el mejor corredor que he visto en mi vida. Muchos ya le comparan con Eddy Merckx y dicen que está por encima de Bernard Hinault. Yo a ellos no les vi, pero lo que he podido comprobar, y por los resultados conseguidos, no hay nadie como el esloveno. Logra resultados de otra época, ganando en clásicas y en grandes vueltas desde principio a final de temporada. No sé cómo lo hace, si es por genética o porque entrena mejor que nadie. Es increíble», afirma.
El esloveno posee un físico portentoso. El jefe de rendimiento del UAE, Iñigo San Millán, destaca su asombrosa facilidad para recuperarse de esfuerzos extremos y apela a una fisiología privilegiada. Pogacar, en descanso, tiene 37 pulsaciones por minuto (similar a Miguel Indurain) y cuando está muy cansado, también en reposo, alcanza las 50. A máximo rendimiento, se le han llegado a medir 213 pulsaciones. Eso explica cómo exhibe esas arrancadas en subida tan explosivas y la capacidad de mantener un ritmo elevado durante un tiempo muy superior al resto. Cuando se fuga, sus rivales no le aguantan ni 100 metros.
SATURADO DE VENCER
Landa, que en este curso ha ejercido de lugarteniente de Remco Evenepoel en el Soudal, dice que pugnar con el jefe de filas del UAE es prácticamente inútil. «Tiene un talento innato y una ambición que le permite ser siempre competitivo. Todos le califican como un tipo extrovertido y señalan que siempre está alegre. ¡Cómo no va estar contento con todo lo que gana! Algunos dicen que este ritmo no lo podrá mantener durante mucho tiempo, que se retirará más pronto de lo habitual porque estará saturado. Si él estará saturado de ganar, el resto está saturado de sufrir. Nadie puede saber hasta dónde podrá llegar».
El vasco cree que Pogacar es insuperable en duelos individuales, que sólo se le podría combatir con un ataque grupal, algo que ahora se antoja inviable: «Se le podría ganar actuando todos contra él, pero esa alianza es imposible, porque cada uno defendemos nuestros intereses».
De izquierda a derecha, Ben O'Connor, Tadej Pogacar y Mathieu van der Poel, el podio del último Mundial en Zúrich.MICHAEL BUHOLZEREFE
Pogacar es el fenómeno del siglo XXI y expertos de primer nivel ya le sientan en la misma mesa que Merckx e Hinault. El debate es inevitable, y en este apartado, pocas opiniones más valiosas que la del ex seleccionador Javier Mínguez, que ha visto competir a Merckx, Hinault y Pogacar. «Las comparaciones son difíciles porque las épocas son distintas. Pero lo cierto es que Pogacar es el Merckx del momento. Es un muy completo, ganador en grandes vueltas, en clásicas, al sprint, en contrarreloj, en montaña. Nadie se puede medir con él», recalca el ex director técnico.
«Pogacar es el número uno indiscutible y este año ha ganado con demasiada ventaja. Es buenísimo y ha barrido a sus rivales. La clave ha residido en que Jonas Vingegaard no ha podido competir con él en plenitud de condiciones, y eso le ha beneficiado. El danés ya le ganó en dos Tour de Francia y la duda que queda es si podría volver a derrotarle. Vingegaard es el rival, ya veremos qué pasa el próximo año. Otros, como Remco Evenepoel, son buenos, pero les falta la regularidad necesaria para ganar un Tour», incide Mínguez.
Para el ex director, la superioridad del esloveno no genera rutina: «Pogacar es alegre, valiente. Duele que sus rivales no tengan la misma potencia, pero eso no es problema de él. En el Mundial se dieron todas las condiciones para ganarlo porque, tras escaparse, sus adversarios no se pusieron de acuerdo en la caza, cada uno jugó sus propias cartas. ¿Hasta cuánto seguirá en la cima? Todo depende de su cabeza, de si tiene ganas de entrenarse, de seguir ganando. Algunos se alegrarán de que pronto se canse. Para el público es un espectáculo, por eso no podemos aburrirnos de verle ganar».
El actual seleccionador español, Pascual Momparler, apunta un detalle novedoso sobre la histórica campaña del campeón del mundo: «Pogacar ha arrasado porque ha sabido asesorarse y ha ordenado su calendario. Antes corría un poco a lo loco, intentando ganar todo. Este año lo ha hecho con más inteligencia, dejando apartadas algunas pruebas, como los Juegos Olímpicos. Ha entendido que no podía ir a ganar en París y luego hacer lo mismo en Zúrich».
Sobre el debate del mejor de la historia, el técnico lo tiene claro: «Siempre se alega que los tiempos son incomparables, pero a mí me gustaría que Pogacar fuera mejor que Merckx, porque al belga sólo le he visto en vídeos. Me gustaría llegar a los 80 años y decir que pude ver en directo a Pogacar, el mejor de la historia».
COMO UN PENALTI SIN PORTERO
El actual seleccionador español también que espera que Pogacar prolongue su trayectoria durante mucho tiempo, pero que para ello se necesita una gran fortaleza mental: «Para seguir arriba se precisan motivaciones extras. Este año persiguió el Mundial y en su fuero interno lucha por superar a Merckx. Algunos lamentan que no tenga rivales más fuertes, pero seguro saldrán. Recuerdo que no hace mucho tiempo se decía que Egan Bernal iba a dominar una época. Aparecerá, sin duda, gente nueva».
Momparler también señala que una de las claves del éxito de Pogacar radica en su pareja, Urska Zigart, que le ayuda en la preparación nutricional. «La novia de Pogacar también es ciclista, pero de nivel inferior. Tadej comprueba los grandes esfuerzos que hace ella para estar en el peso y en las condiciones adecuadas. Sus sacrificios le motivan», señala. Efectivamente, Pogacar repite luego la dieta que permite la mejor recuperación de su pareja.
Pogacartras ganar el Giro dell'Emilia.Dario BelingheriMUNDO
Pogacar está en un escalón superior y el danés Michael Rassmussen, como otros muchos ex corredores, se rinde a la evidencia y apela al humor para explicar la desproporción con el resto: «El Giro de Lombardía con Tadej Pogacar fue un poco como ver un penalti sin portero, como esperar a ver a qué escuadra lanza Messi».
«En un deporte como el ciclismo, en el que sólo se ven mejoras marginales, Pogacar ha dado tal salto que es casi intocable, ha llegado un punto en el que su liderazgo es inexpugnable», ha declarado el ex ciclista (sancionado por dopaje en 2007) al diario danés Ekstra Bladet. Sin embargo, confía en que su compatriota Vingegaard se atreva a asaltar el trono del esloveno. Un reto mayúsculo.