El estreno de Dani Olmo con el Barça no pudo ser más feliz. Aunque tuvo que esperar hasta la segunda parte para tener sus primeros minutos con el primer equipo azulgrana, su aportación contribuyó a darle la vuelta al partido y marcó el gol que significó la tercera victoria para los barcelonistas en la Liga. Las cosas, eso sí, no habían empezado tan bien. El Rayo pudo con el conjunto de Flick en unos primeros 45 minutos en los que se adelantó en el marcador y frustró sus ataques pero, tras la igualada de Pedri, ya en el segundo tiempo, acabó por sucumbir por 1-2 ante un equipo al que no se le está dando nada mal tener que remontar para lograr el triunfo.
Vallecas no se le había dado bien a los azulgrana en las últimas temporadas. Y, a decir verdad, los primeros minutos rememoraron los motivos que explican esta circunstancia. Los locales saltaron al terreno de juego tremendamente intensos, peleando por cada balón. Justo, precisamente, lo que pide el técnico germano a sus equipos. Y, además, supieron aprovechar perfectamente uno de esos malentendidos defensivos que tan y tan caros le salieron al Barça de Xavi el curso pasado. Íñigo Martínez trató de tirar el fuera de juego, pero ni Koundé ni Cubarsí le siguieron y De Frutos, llegando prácticamente hasta la cocina por un flanco izquierdo barcelonista defendido por Gerard Martín en su primera titularidad en partido oficial, le sirvió el balón en bandeja a Unai López para propiciar que el 1-0 subiera al marcador antes de que se cumplieran los primeros 10 minutos de juego.
Espoleados por la urgencia, el Barça empezó a rondar con muchísima frecuencia el área rayista. Los locales, valorando su tanto como un tesoro incalculable, cerraron a ultranza sus líneas y provocaron que los intentos de los azulgrana se estrellaran una y otra vez contra su muro defensivo. Bien es cierto también que gran parte de ese peligro nacía en una banda derecha en la que Lamine Yamal y Koundé buscaban desbordar el entramado del Rayo a base de combinaciones. Sus mejores opciones, con todo, acabaron por morir una y otra vez en manos de un Cárdenas que, a decir verdad, no llegó a verse seriamente exigido en ningún momento a lo largo de unos primeros 45 minutos en los que el Rayo aún tendría alguna opción para echarle algo más de sal a la herida barcelonista. El marcador, con todo, no volvería a moverse antes de un descanso en el que Flick decidió propiciar al fin el estreno de Dani Olmo como recambio de un Ferran Torres que no tuvo precisamente el día en Vallecas.
El cambio del Barça
Con Olmo en la mediapunta y Raphinha situado en la banda izquierda, la imagen del Barça mejoró muchísimos enteros en el arranque del segundo tiempo. Y el acoso a la portería rival también se volvió mucho más peligroso en comparación con los primeros 45 minutos. Lewandowski, por ejemplo, no llegó por centímetros a un peligroso centro del brasileño, quien, a su vez, mandó un lejano disparo de falta muy cerca del marco rival. Y, no demasiado después, fue el propio Olmo quien mandó un tremendo zapatazo al larguero. La insistencia azulgrana no tardaría tampoco mucho en encontrar premio. Pedri, tras lanzar a Raphinha en carrera con un pase tan medido como peligroso, acabó por recoger el centro de su compañero y anotar el gol del empate para los barcelonistas.
El Rayo, a pesar del mazazo, se las arregló para serenarse y amenazar de nuevo al Barça. Pero, justo cuando más cerca parecían estar de lograr su objetivo, Lewandowski apareció otra vez. El tanto del polaco, que significaba el 1-2 acabó siendo anulado a instancias del VAR por un contacto de Koundé con Pep Chavarría. La anulación, cómo no, fue recibida prácticamente como un gol a favor por la grada. Sí acabaría por subir al marcador, en cambio, un remate de Dani Olmo a asistencia de Lamine Yamal con el que el de Terrassa le dio los tres puntos a su equipo y convirtió su debut como azulgrana en algo del todo inolvidable.