La enmascarada Cata Coll detiene un penalti para mantener el sueño olímpico de España

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La selección de moda sintió el frío del fracaso cerca, muy cerca. La parada de la enmascarada Cata Coll, en el primer penalti de la tanda ante Colombia, la alivió como antes lo hicieron los goles agonísticos de Jenni Hermoso e Irene Paredes, al límite de la eliminación. Aitana Bonmatí, su Balón de Oro, marcó el definitivo. Antes, fue el tanto de la capitana el que la devolvió al partido y a la fábula que empezó en Sidney, hace un año, y que continúa camino del sueño olímpico. Un camino, por ahora, épico pero espinoso. España pasa por lo peor, frente a una dura Colombia, que la llevó a agotar la prórroga (2-2), pero descubre la prueba de vida para intentar reencontrarse con lo mejor de sí misma, camino de las medallas. Las semifinales, como a los hombres, les esperan.

En la prórroga, España ya no sintió el mismo sufrimiento que durante un partido en el que fue por detrás en el marcador, por dos veces, y en el juego hasta el tanto de Jenni Hermoso, a un cuarto de hora del final. Mayra Ramírez y Linda Caicedo habían adelantado a Colombia gracias a un contraataque mortal frente a una España atascada, impotente. Irene Paredes le dio otra oportunidad, pero la prórroga no cambió el decorado. La capitana Catalina Usme, en cambio, no pudo ofrecer lo mismo a su selección, al fallar el primer lanzamiento, detenido por Cata Coll. Mariona, Eva, Salma y Aitana no fallaron.

Sufrir al contraataque

Mayra Ramírez está varios pasos por delante de su propia selección. Es vertical y poderosa, mortal a campo abierto. Ángelo, seleccionador de Colombia, sabe que es lo hay que hacer cuando se maneja semejante materia prima. La tropa combate, bien organizada; Mayra aguarda con la mirada afilada, mirada de águila. La presión es constante, con anticipación para poder robar o provocar pérdidas de balón, y buscar a su mejor delantera. De esa forma sufrió España lo inesperado, un gol que empezó con una pelota perdida por Alexia Putellas y la incapacidad de Paredes para impedir que Mayra llegara al mano a mano con Cata Coll. La máscara de la portera española, a lo Mbappé, no atemorizó a la colombiana. El gol premió al técnico que había impuesto su guion. El rostro de Montsé Tomé, en cambio, era el de quien no encuentra la salida del laberinto.

El gol llegó tan pronto, a los 12 minutos, que el mayor problema no era la desventaja frente a una selección inferior, clasificada como tercera de su grupo. No. El problema era que España no conseguía encontrar la fluidez de su juego y en el choque o la segunda jugada era peor que Colombia. La portera Tapia apenas tuvo que emplearse en todo el primer tiempo y lo más comprometido que detuvo fue un tiro de Bonmatí. La Balón de Oro apareció menos de lo deseado en los espacios, y eso dice mucho de lo que le ocurría a la selección, dominadora, pero demasiadas separas las líneas y sin que Salma Paralluelo pudiera ofrecer la referencia necesaria. Los movimientos de Salma pretendían arrastras a las centrales colombianas, muy seguras, y crear espacios para las llegadas de Alexia y Aitana.

Segundo gol de Colombia

Colombia no era una muralla. Era un equipo que supo jugar desde su inferioridad, pero sin negar lo ofensivo. Al contrario, cada robo era una acción de contraataque que exigió mucho a la defensa española, algo a lo que no está tan habituada, debido a sus altos niveles de posesión. El segundo gol, al poco de iniciarse el segundo tiempo, llegó también en una acción lanzada por la banda derecha. Athenea del Castillo no pudo impedir el centro y en el área a las españolas les faltó aplomo. Linda Caicedo se movió a sus anchas para girar sobre sí misma y batir de nuevo a Cata Coll. Se repetía la historia del inicio, con una España que buscó el gol sin éxito, pero lo sufrió con demasiada facilidad, pese a perder Colombia a Pavi, su segunda atacante. Se fue del campo entre lágrimas.

Tomé buscó más gol a toda costa cuando ya no había tiempo de volver al principio para buscar el juego que no ha encontrado en estos Juegos. Salieron Jenni Hermoso, lo que llevó a Salma a situarse en la banda, y Alba Redondo. Aceleró el ritmo de balón la selección frente a un rival que acusaba físicamente el esfuerzo, pero firme e impulsado por el público colombiano en la grada del estadio de Lyón. El gol de Jenni, en una segunda jugada finalmente aprovechada, dio esperanzas a una España volcada y con tiempo suficiente por delante. El remate de Paredes, en el tiempo añadido, fue la forma de que se sintieran de nuevo campeonas. Como tales fueron a la muerte súbita. Como tales no empezaron, pero ganaron. Ese es el camino.

kpd