El padre de la judoca croata Barbara Matic ha sido detenido en París por besar en la boca a una voluntaria de los Juegos Olímpicos sin su consentimiento, tras la victoria de su hija en los cuartos de final de la categoría de -70 kilos, ante la española Ai Tsunoda.
El hombre se encontraba en una zona no autorizada de la ArenaCampo de Marte de la capital francesa, cuando, fruto de la emoción, se abalanzó sobre la voluntaria para, posteriormente, marcharse corriendo, según recoge Le Parisien. Esta, tras lo ocurrido, decidió personarse en dependencias policiales para denunciar los hechos, lo que provocó la detención inmediata del padre de Matic.
La fiscalía de París confirmó a la AFP que el miércoles recibió una “denuncia de una voluntaria de los Juegos Olímpicos” por un “beso no consentido” por parte del padre de la campeona olímpica de judo, un hecho que fue confirmado por alguno de los asistentes.
Barbara Matic, por su parte, realizó un torneo impecable, derrotando en la final a la alemana Miriam Butkereit y logrando la segunda medalla de oro para su país en la cita olímpica.
Abel Caballero (Puenteareas, Pontevedra 1946) profundiza con detalle acerca de la manipulación que ha dejado al estadio de Balaídos fuera del Mundial 2030, reclamando que su ciudad sea reincorporada a la lista de 11 de la que fue descabalgada al retocarse in extremis una clasificación que había sido acordada como definitiva.
Con todas las pruebas que tiene sobre su mesa que acreditan que Vigo fue eliminada de manera irregular, ¿va a llevar el caso a los tribunales?
El miércoles encargué a la Asesoría Jurídica que estudie qué vías legales tenemos, porque es una situación atípica. Lo están estudiando y una vez que me lo digan, tomaré la decisión política. Pero voy a defender esta ciudad con uñas y dientes porque creo que nos quitaron ilegítimamente de esa lista. Voy a defender a Vigo con todas las armas democráticas que estén a mi alcance.
Usted lleva pidiendo explicaciones a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) desde que supo en julio del año pasado que quedaban eliminados y la respuesta ha sido que las puntuaciones son confidenciales. ¿Siguen sin facilitárselas?
Una vez que ya está tomada la decisión, ¿qué confidencialidad hay? Ninguna. Al revés, es obligadamente público. Cuando alguien niega la información sin que haya causas objetivas, las sospechas se levantan. Esto no es serio. Nosotros mandamos una carta al día siguiente pidiendo explicaciones y nos contestaron simplemente que Vigo había tenido la puntuación más baja en cuanto a la estructura financiera. Nosotros tenemos ahorrados 150 millones, pagamos a los proveedores a tres días y medio, y las obras del estadio nos costarían 60 millones, somos un cañón en términos financieros. Somos casi la única ciudad de la lista que tenemos una deuda cero. El interventor me ha dicho: «Alcalde, podemos hacer frente a esto con comodidad absoluta». Y dicen que somos los peores...
¿Ha mantenido usted alguna conversación con los responsables de la Federación?
Ninguna. Pero es que, además, con la RFEF quiero luz y taquígrafos porque no me fío nada. Que lo cuelguen en la página web.
¿El Gobierno, que está integrado en el Comité del Mundial 2030, le ha dado alguna explicación?
Desde que esto salió, no he vuelto a hablar con José Manuel Rodríguez Uribes, presidente del Consejo Superior de Deportes. Él ya estuvo en Vigo el 5 de marzo y dijo que esta ciudad tiene que estar en el Mundial. Pero las explicaciones no me las tiene que dar él, me las tiene que dar el presidente de la RFEF, Rafael Louzán. Yo estaba esperando que diera una rueda de prensa pero no la dio.
Abel Caballero, en el estadio de Balaídos, durante la entrevista.Alberto Di LolliMUNDO
La ya ex jefa del Mundial, María Tato, reportaba a Louzán por correo el estado de la situación de Vigo. Entonces era vicepresidente de la Federación y no tenía un cargo en la organización del torneo. ¿Cree que tenía un interés especial en su candidatura?
Lo que sé es que María Tato le mandó el listado de sedes a Louzán con Vigo dentro y 24 horas después se cambia. Lo que sé es que una vez que le llega el listado a Louzán, Vigo se cae al que tenía.
Usted dirige una administración pública como es el Ayuntamiento de Vigo desde hace casi dos décadas. ¿Qué le parece el modus operandi empleado por la RFEF para elegir las sedes del torneo?
Quiero el acta de esa reunión que dice la señora Tato que se celebró en una cafetería y que los otros dos (miembros del Comité del Mundial, Fernando Sanz y Jorge Mowinckel) niegan. Quiero ese acta porque es tremendo. Cualquier ciudadano de este país dice que eso es inadmisible. Las reuniones se tienen que hacer levantando acta y justificándolo todo. Y esto es una cuestión de mucha envergadura. Quiero ese acta y las de todas las reuniones que mantuvieron. Toda España está escandalizada porque el fútbol es muy importante.
¿Ha calculado cuánto dinero supone para Vigo no estar en el Mundial?
En Vigo, cualquier cosa en comparación con la Navidad, que tiene un retorno de cientos de millones, es pequeña. Pero tiene una incidencia económica muy significativa: más de 100 millones de euros. Pero valoro más que Vigo tenga un espacio en el mundo y la Navidad ya puso a la ciudad en el mundo.
Cuando escucha a la jefa del Mundial decir en la reunión de evaluación «vamos a meter valores hasta que cuadre con el resultado», ¿a qué conclusiones llega?
Todo el mundo que lo oyó sabe lo que eso significa. Es una frase inadmisible y la gente está estupefacta. Los juristas la calificarían muy bien.
El Gobierno ya dijo que quiere que Vigo esté en el Mundial por la vía de ampliar de 11 a 13 las sedes y la RFEF también asegura ahora que quiere lo mismo. ¿Hay alguna posibilidad?
No estoy muy seguro de que la RFEF quisiera que Vigo estuviera. Si le llega a Louzán un listado con Vigo y a las 24 horas no está, eso señala en una dirección. Pero el hecho de que fuera Louzán quien dijera que Vigo no iba a ser la sede del Mundial es muy importante. Fue a Riazor a decir el 5 de julio de 2024 que Vigo no sería sede, 14 días antes de hacerse oficial la decisión.
Abel Caballero, en Balaídos.Alberto Di LolliMUNDO
¿Por qué cree que adelantó esa decisión?
Cualquier ciudadano puede responder a esa pregunta. Queremos explicaciones.
Usted siempre insiste una y otra vez en la figura de Louzán, ¿qué motivación puede tener para perjudicar a Vigo?
Yo tengo una opinión clara al respecto, pero no quiero quitar el foco de lo objetivo. Y lo objetivo es que una vez que le llega un listado a Louzán, Vigo se cae. Me gustaría conocer los Whatsapps que se intercambió con los miembros del Comité del Mundial. También es cierto que Louzán perdió la Diputación de Pontevedra, fue derrocado políticamente por los resultados de Vigo. Hay un derrocamiento de Louzán que se produce desde Vigo con las reglas de la democracia. Hay otra cuestión: yo le he pedido al presidente gallego Alfonso Rueda publicidad en este proceso y me contestó un consejero suyo diciendo que lamentaba la falta de influencia de Vigo, que es una frase tremenda. Y después de salir esto siguen diciendo que Vigo tiene carencias, que el estadio es pequeño. Lo hacen para defender a Louzán, que cuando quita a Vigo tiene apoyos. Nosotros vamos a tener el campo en un año y pico acabado pero eso no importa. ¿Y los que tienen que hacer el campo nuevo? Está todo lleno de inexactitudes y siempre es Louzán, que es el que más hablaba de esto en el mundo. Hasta ahora. Ahora ya no habla, ¡vaya, hombre! Ahora está callado, qué curioso. Y cuando está callado, ¿qué teme? ¿Tiene temor de algo?
¿Se han planteado recurrir también a la FIFA?
Lo tengo que ver con los técnicos y voy a meter a más gente a estudiarlo.
¿El Gobierno puede hacer, en su opinión, algo más en este asunto?
Ellos no participaron en la decisión, en los cuadritos que tenemos aquí [dice señalando las dos clasificaciones reveladas por EL MUNDO con y sin Vigo en un margen de 48 horas]. Eso es muy importante.
Tato reportó a Louzán por correo electrónico que el Gobierno quería introducir el criterio de la vecindad, que iba a «garantizar» que Vigo tuviera una plaza. ¿Le han explicado por qué la RFEF no lo aplicó?
Si usted le hace esa pregunta a toda España le van a decir que porque no quieren que esté Vigo. Pero es que a mí ese criterio me parece muy importante porque en un Mundial en el que están tres países la vecindad es relevante. Aquí tenemos en los festivos decenas de miles de coches de Portugal y tenemos planes de tráfico especiales para eso. Te puedo citar alcaldes del norte de Portugal que eran socios del Celta, porque están aquí al lado. La relación con Vigo es de 20 minutos, es de ir de una punta de la ciudad a otra. El fútbol es un punto de unión. Pero claro, si en el mail se dice que eso favorece a Vigo, están advirtiendo a alguien. Vamos, digo yo.
España también celebra éxitos que se crearon en otros lugares, especialmente en Cuba, como el oro de Jordan Díaz en los últimos Juegos Olímpicos o el bronce de Lester Lescay en el último Europeo en pista cubierta, pero mientras asciende una generación tan propia como las precedentes, formada en sus escuelas, enseñada por sus entrenadores. Si en los primeros casos se entiende el debate, en los segundos carece de argumentos. En el Mundial indoor de Nanjing que acabó este domingo, la selección de atletismo acabó con tres medallas, un número que no alcanzaba desde hace 15 años, gracias a Ana Peleteiro, Fátima Diamé y Josué Canales, tres atletas que maduraron en los tartanes del país. Si acaso la diferencia con los medallistas de Doha 2010, el proscrito Sergio Sánchez, Natalia Rodríguez y Ruth Beitia, está en la piel.
Después del éxito de Peleteiro el sábado, los bronces de este domingo de Diamé en la longitud y Canales en los 800 metros confirmaron la ascensión de un grupo que en este ciclo olímpico debería confirmarse como histórico. Junto a ellos, estos años, otros como Mohamed Attaoui o Paul McGrath, de apellido foráneo, hechos en casa.
La emoción de Canales
«He venido para quedarme y quiero seguir dando alegrías al atletismo español», proclamaba Canales, el descubrimiento del campeonato. Nacido en Honduras y criado desde los tres años en el barrio de Santa Eugenia, en Girona, al lado de Salt, esperó una eternidad para poder correr como español y, en cuanto lo hizo, se colocó entre los mejores del mundo. Nadie como él ejemplifica el valor del conjunto. Hijo de padres adolescentes, víctima de un mal divorcio, acabó corriendo de casualidad, pero en el club GEiEG le enseñaron a disfrutar del deporte y en el CAR de Sant Cugat, a disfrutar de la vida. Por eso antes de cada carrera señala su número de habitación en el centro, el 313; un agradecimiento. El otro, este domingo, fue para su abuela, Ruth Liliana, Nana, que voló de Tegucigalpa a Girona cuando él era adolescente para construirle un hogar, un lugar donde vivir en paz.
Dar YasinAP
«La dedicatoria de esta medalla tiene nombre y apellido, mi abuela Ruth Liliana. Yo no sería nada de esto si no hubiera sido por ella. Le debo el cielo a esa señora, la amo con todo mi corazón», se emocionó Canales que también agradeció a su entrenador, el ex maratoniano Carles Castillejo. En pruebas anteriores, Canales lo había perdido todo por no creérselo, «el síndrome del impostor», como reconoció, pero esta vez nada de eso. En la final, donde dominó el estadounidense Josh Hoey, se pegó a la espalda del belga Eliott Crestan y con él se fue hasta el podio.
El salto que espera a Diamé
Queda por ver a Canales -amigo íntimo de Attaoui- brillando en una competición al aire libre, pero a sus 23 años tiene mucho tiempo por delante para hacerlo. Como Diamé pese a sus 28 años. Horas antes que el mediofondista, la saltadora de longitud también acabó en tercera posición, la misma que hace un año en el Mundial de pista cubierta de Glasgow. De padres extranjeros como Canales, en su caso de padre senegalés y madre portuguesa, Diamé nació en Valencia y vivió tan cerca de sus pistas de atletismo del cauce del Turia que acabó apuntándose casi sin querer. Todos los días, a todas horas, veía gente corriendo, saltando, lanzando, ¿Qué hacer si no?
Desde hace unos años entrena en Guadalajara a las órdenes de Iván Pedroso y su progresión es innegable, pero continúa en busca de su gran salto. Este domingo, de hecho, acabó entre la alegría y la decepción por no haberlo conseguido. «Pensaba que podía llegar a 6,85 metros, pero es una medalla, no me voy a quejar», comentó después de quedarse con los 6,72 metros de su primer intento, superada por la estadounidense Claire Bryant (6,96 metros) y la suiza Annik Kalin (6,83 metros). Con molestias en la pierna derecha, su pierna de batida, durante todo el invierno, el bronce ya era mucho.