La mítica gimnasta Simone Biles (27), ha respondido a través de una publicación en Instagram a su ex compañera MyKayla Skinner, después de que el equipo estadounidense de Estados Unidos ganase el oro en los Juegos Olímpicos de París 2024 este martes.
El guiño que ha publicado Biles, aparentemente, corresponde a una respuesta a las declaraciones que dio Skinner (27) a través de un vídeo de YouTube después de no ser seleccionada para viajar a París 2024.
En dichas declaraciones dijo lo siguiente: “Además de Simone, siento que el talento y la profundidad ya no son como antes. Muchas de esas chicas ya no trabajan duro, simplemente no tienen ética de trabajo”.
Como respuesta hacia tal desproporcionado comentario, la olímpica Biles, tras arrasar en su disciplina junto a su equipo estadounidense, ha publicado una fotografía junto a todo el equipo: Suni Lee, Jordan Chiles, Jade Carey y Hezly Rivera. En el post se puede ver a todas las mujeres celebrando haber ganado la medalla de oro en la final de gimnasia por equipos, pero lo que ha dejado a todos los internautas sin palabras ha sido el pie de foto: “Falta de talento, vagas, campeonas olímpicas”, escribió la americana en defensa de sus compañeras.
Los comentarios estaban asegurados, nadie ha dudado sobre la intencionalidad de dichas palabras. Una respuesta a modo de zasca dirigida a Skinner.
«Yo me siento más español que...», bromea Mohamed Attaoui (Beni Melai, Marruecos, 2001), rematando cada frase con media carcajada, entre la timidez y la ambición, una perla que llegó a Torrelavega con seis años y que ahora se pule en los cielos de los Alpes, en la coqueta St. Moritz (Suiza), donde pasa frío y aburrimiento dice, pero donde su rendimiento se empieza a disparar gracias a uno de esos «trenes que pasan una vez en la vida». «Al principio, me daba miedo. Cambiar de grupo de entrenamiento, otro idioma, otro entrenador. Pero me está yendo todo súper bien...», cuenta de su fichaje por el On Athletics Club Europe a finales de 2023.
Hasta entonces, Attaoui hacía lo que podía. Ochocentista con talento innato, fue subcampeón de Europa sub 23, pero se pagaba de su bolsillo concentraciones en Ifrane o Sierra Nevada. Ahora empiezan los frutos de la profesionalización, de sus «durísimas» sesiones con el gurú alemán Thomas Dreissigacker: «No hay ni un día de descanso». Hace unos días logró la mínima olímpica en Nerja (1:44.88) que rebajó después en Nancy (1:44.57), credenciales para el Europeo que arranca este viernes en Roma, para el próximo campeonato de España y, por qué no, para los Juegos Olímpicos, pese a la competencia nacional en la distancia sea durísima (Mariano García, Adrián Ben, Álvaro de Arriba, Saúl Ordoñez...).
«Nos hace mejor a todos, así nadie se duerme. No vale con el 100%. Y prefiero estar en esta época, con tantos que destacan, a ser el rey absoluto, que con 1:45 me valiera para todo y luego llegara al Mundial y no hacer nada. En España, el que vaya a los Juegos puede estar en la final perfectamente», razona y habla de algo que le hace especial, ese punch como lo define su propio entrenador, ese cambio de ritmo que en su mente es Pogacar atacando -«madre mía, pega un cambio endiablado. ¡Pero quien le va a seguir! Me encanta»-, su ídolo junto a Messi, pero también El Guerrouj, del que confiesa ver vídeos, «carreras míticas para aprender».
La vida de Moha es un viaje a los seis años, desde Beni Melai, donde recuerda a sus hermanos «llevando a las ovejas a pastar con 12 años», a Torrelavega. De la «dureza» de Marruecos al sueño de Cantabria, donde su padre había llegado dos años antes para trabajar en la construcción, ahorrar y traer a sus cuatro hijos y su mujer. «Fue un cambio de vida a mucho mejor. Aunque al principio, que no sabía hablar castellano, se me hizo bastante duro. Estaba solo en el cole, nadie quería estar conmigo», rememora.
El atletismo se cruzó en su camino de casualidad, en los cross escolares que ganaba sin entrenar, sólo «jugando y corriendo en el parque», después el club del pueblo y esas carreras de adolescencia en las que permanentemente quedaba segundo porque Marco Gómez siempre le ganaba. «Qué pesadilla. Ahora él me dice: 'Qué cabrón'». Tuvo dudas, fue y volvió, le visitó la desmotivación. «Falleció mi padre y ya los entrenamientos no eran juegos, pasabas a entrenar duro, series, rodajes. Y eso lo odiaba. Me puse a jugar al fútbol unos meses. Ya con 18 regreso y me empiezan a salir las marcas».
«Voy a sorprender», pronuncia ahora rotundo, ante el verano de su vida. Aún en el 800, aunque lo que a él le gusta es el 'milqui'. «Tienes más tiempo para maniobrar. En el '8', al mínimo error, estás fuera. Igual el año que viene...», augura.
Moha, si no fuera por el atletismo, ¿dónde estarías?
Trabajando. En Torrelavega, con mi hermano, montando parques infantiles. Siempre me decía que me fuera con él los veranos. Ahora, después del atletismo me gustaría ser profesor de educación física.
El entrenador del equipo olímpico de boxeo de Samoa, Lionel Elika Fatupaito, murió el viernes en la Villa Olímpica de París-2024 a los 60 años después de haber sufrido una parada cardíaca, confirmó el sábado la fiscalía de Bobigny (cerca de París).
La Federación Internacional de Boxeo (IBA) presentó "sus más sinceras condolencias a la familia, a los amigos y a los colegas", en un comunicado en su página web.
El entrenador se encontraba en su habitación con un deportista cuando sufrió el ataque cardíaco, hacia las 10:20 de la mañana de este sábado (hora de la Península y Baleares)
A pesar de que la intervención de los servicios de emergencia, se decretó su muerte "por causa natural", precisó la fiscalía, añadiendo que no se decidió imponer ningún obstáculo médico-legal para su inhumación. La investigación sobre esta muerte fue confiada a la policía judicial del departamento de Seine-Saint-Denis (región parisina).