Una temporada más entre la élite. Las selecciones españolas de rugby a siete han certificado este domingo su permanencia en las Series Mundiales, la competición más exigente de la modalidad olímpica, la que disputan cada año las grandes potencias del deporte oval. Lo han logrado en Madrid, muy arropadas por el público y con solvencia. Un resultado que consolida el creciente peso de España entre los países emergentes.
Aunque el hecho de que sólo sean doce los participantes en las Series Mundiales no da a las selecciones en desarrollo muchas posibilidades de ganar partidos, los Leones de seven han sido cada vez más competitivos a medida que avanzaba la temporada. No han podido colarse entre las ocho plazas que daban paso a la lucha por el título, pero este fin de semana han dejado claros sus méritos para la permanencia. Las victorias de viernes y sábado contra Chile, Kenia y Samoa ya generaron confianza y este domingo – en el partido a cara o cruz- contra Canadá la selección masculina ha mostrado seguridad.
El siete de Paco Hernández ha tomado con rapidez el mando y no ha tardado en abrir el marcador gracias al ensayo, el culebreo en un palmo, de Juan Ramos (0-5). El equipo español dominaba el territorio, movía el balón de lado a lado y ampliaba la ventaja (7-17 al descanso). Un ensayo canadiense y una inferioridad numérica han obligado a los Leones a defender. También en ese aspecto han exhibido solidez. Al final, 14-22, con cuatro ensayos españoles (Moreno, Manteca y dos de Ramos).
La primera buena noticia había sido la permanencia en las Series Mundiales de la selección femenina. El equipo mostró su mejor cara en el partido más complicado. Un duelo en el alambra contra Sudáfrica. Aseguraba la víspera la entrenadora española, María Ribera, que la clave iba a estar en la posesión. Y así fue. Arrancó algo dubitativa España, con una oportunidad perdida y un ataque desperdiciado por un mal pase. Pero el control del balón les dio partido. Dos ensayos por las bandas daban ventaja (10-0) al descanso. A partir de ahí, el ataque de las Leonas buscó el eje y los apoyos rápidos en el suelo para evitar las pérdidas. Los minutos afianzaron el triunfo, al final muy convincente (22-0), de las Leonas, con cuatro marcas de Stella, Requena (2) y Domínguez.
La permanencia recompensa una temporada muy complicada. Sufrieron derrotas abultadas ante los grandes del circuito y concluyeron las siete series acumulativas en la última posición. Incluso en esta serie en Madrid, con rivales de un nivel más acorde al suyo, se han mostrado muy irregulares. El primer partido contra China les dejó una derrota (7-12) y la lesión de una de las capitanas, Fernández de Corres. En el segundo, apabullaron a una débil Polonia (45-0) con una actuación coral. Y en el tercero se vieron dominadas por Japón, que en la segunda mitad se hizo con el balón, el dominio territorial, la victoria (14-26) y les dejó con gesto preocupado. Este domingo han encontrado, al fin, un buen motivo para la celebración.