La pregunta se repite en el vestuario y en cada zona mixta. Se la hacen sus compañeros, sus entrenadores y los periodistas que viajan con él a cada destino. “Toni, ¿qué vas a hacer?” El futuro de Kroos tiene en vilo a la directiva del Real Madrid, a cada trabajador del club, a la prensa y al aficionado. Ahora, quizás, más que nunca, mientras se observa “el mejor momento” del centrocampista alemán desde que es jugador del conjunto blanco. Palabras mayores que llegan desde la ciudad deportiva madridista, donde viven el día a día con él y donde a pesar de las cuatro Champions ganadas y los 10 años de carrera en Chamartín, nunca le han visto así.
Con “así” se refieren a la mezcla entre su nivel futbolístico y su liderazgo dentro y fuera del terreno de juego. Durante años, Kroos, capital en la década prodigiosa del Madrid, se mantuvo en un escalón mediático inferior a los Cristiano, Benzema o Modric. Los tres con al menos un Balón de Oro en sus manos. Los tres representantes de una época inigualable. Y mientras ellos ganaban, Kroos miraba. Acumulaba excelentes actuaciones, presencias en los equipos ideales de la Champions, la UEFA y la FIFA, pero siempre detrás de sus compañeros. Sólo hay que ver las nominaciones al Balón de Oro. Estuvo en la lista en 2014, 2015, 2016 y 2017, pero desde entonces no han considerado incluirle. Ni siquiera en 2018, con la Champions del Madrid, con el Balón de Oro a Modric, la segunda posición de Cristiano y con Varane, Courtois, Bale, Benzema, Ramos, Marcelo e Isco entre los 30 mejores del mundo. Todos menos él.
En 2018, tras la salida de Cristiano, se deslizó su nombre entre las posibles salidas para reconstruir el Madrid y se le unió para casi siempre a la edad de Modric, cuatro años mayor que él. Kroos tenía 28 en 2018, entraba en la mejor etapa de un futbolista. Y lo ha demostrado. Renunció a la selección por el Madrid y por su carrera y terminó negando su propia premonición: decía que se iba a retirar a los 32 y aquí sigue, hoy, con 34.
Los datos, a su favor
Esta temporada tiene el mejor porcentaje de pase de todos los centrocampistas de LaLiga y la Champions (95,3%, el mejor de su carrera), ha regresado a Alemania para liderarla en la Eurocopa de su casa y debe decidir qué hacer la próxima temporada. El Madrid quiere que siga, y más que eso, necesita que siga. “No hay nadie como él“, admiten los que trabajan con él cada día en Valdebebas.
Los datos acompañan la teoría. Además del porcentaje de pase, Kroos es el mediocentro con mejor rating (nota media contando diferentes estadísticas) de LaLiga para la plataforma ‘WhoScored’, por delante de Ilkay Gündogan y Fede Valverde. Es el mediocentro que más balones largos exitosos realiza por partido (8,4) y el tercero que más pases clave da por encuentro (2,1).
En el Allianz Arena, se inventó el gol de Vinicius. Literalmente. Con su brazo derecho le señaló al brasileño el destino de su desmarque y con el pie encontró el hueco para que el delantero anotara el 0-1. Tocó el balón más veces que nadie, 98, dio más pases que nadie, 79 (tres errores), ganó más duelos que nadie, siete, realizó más intercepciones que nadie, cuatro, y creó más ocasiones que nadie, tres.
Falta de herederos
Una exhibición que confirma, aunque no hacía falta, las reflexiones del club sobre él. La dirección técnica, que en los últimos años ha acumulado juventud y potencial en el centro del campo con Tchouaméni, Camavinga, Valverde y Bellingham, todavía no ha encontrado un perfil joven similar a Kroos o a Modric. “Hay una falta alarmante de ese perfil en el fútbol mundial”, cuentan desde dentro. Y un breve repaso lo confirma. Las estadísticas ponen a Kroos y Gündogan como los mejores mediocentros del curso junto a Rodri. Hay algunos que apuntan alto, como Vitinha (PSG), y otros, como Barella (Inter), que llevan un par de años siendo los mejores de los ‘humanos’, pero nadie invita a pensar en lo sobrenatural de Kroos.
Por eso el Madrid necesita y espera el “sí” de su renovación, al menos por una temporada más, mientras sigue viendo evolucionar a sus jóvenes y rastrea el mercado en busca de joyas ocultas. El miedo al “no” existe, pero la confianza en el “sí” gana porque ven al propio Kroos consciente de lo extraordinario de su nivel y de su importancia en el equipo.