LaLiga Santander
Ancelotti defiende a su futbolista y Nacho admite que “se está creando un ambiente que no favorece a nadie. “El público, sin saber, se mete con él”. Las palabras de Raíllo después del partido de ida y antes del de este domingo, gasolina.
Desde el «pégale, pégale» de Javier Aguirre en el partido de la primera vuelta disputado en el Bernabéu (4-1), el Mallorca – Real Madrid tenía un protagonista sobre todos los demás: Vinicius Júnior. El brasileño, que había guardado silencio durante las últimas semanas, fue pitado por todo el estadio de Son Moix desde el primer balón que tocó. El público fue fiel a las palabras de Raíllo, capitán balear, que tanto en la ida como esta semana había lanzado mensajes contra el delantero del conjunto blanco: «Vinicius que baile, pero que no falte. Luego cuando se le tilda de provocador usa el comodín del racismo», dijo el central después del duelo en Chamartín. «Si yo mañana tengo que poner un ejemplo a mis hijos, les pondré a Modric o a Benzema, pero nunca a Vinicius», insistió Raíllo esta semana.
Todas las declaraciones desembocaron en el césped de Palma. En el primer balón que tocó, Vinicius recibió un ‘recado’ de Dani Rodríguez, se revolvió y al momento ya se encontró con Maffeo y Raíllo, con quienes fraguó una guerra personal que duró hasta el minuto 90. Con el lateral derecho llegó el origen de la polémica, tras una durísima entrada a la altura de la rodilla en el Mallorca-Madrid del pasado mes de marzo. Desde entonces, cada duelo entre baleares y madridistas es un duelo personal entre ambos.
«Todo lo que ha pasado y pasa no es culpa de Vinicius. Él lo único que quiere hacer es jugar al fútbol y luego hay un ambiente que aprieta, unos rivales que le provocan y le hacen faltas… Hay que cambiar el foco y mirar lo que ha pasado con él en este partido», aseguró Ancelotti en rueda de prensa defendiendo a su futbolista, que recibió 10 de las 29 faltas que realizó el Mallorca y fue buscado en cada jugada a balón parado por Maffeo y Raíllo. Sin la dureza exhibida por Gabriel Paulista hace unos días en el Bernabéu, pero con la picardía y la intensidad que permitía Hernández Hernández.
El beso a los escudos
Durante la primera parte, Vinicius se desesperó por la cantidad de faltas sin castigo que había realizado el Mallorca, se enfrentó a sus rivales y al árbitro, acabó amonestado por pisar a Maffeo y terminó retirándose a vestuarios en el descanso señalándose el escudo de su camiseta. Raíllo lo vio y en la primera jugada a balón parado de la segunda parte, se acercó al brasileño e intentó que besara el escudo del conjunto balear.
«Creo que se está creando un ambiente con el tema de Vinicius que no favorece a nadie, ni a Vinicius, ni al fútbol, ni al público, que al final sin saber se mete con el chaval. Lo que tenemos que hacer entre todos es disfrutar del fútbol, que es un deporte muy bonito y dejar tonterías y polémicas a un lado», argumentó Nacho después del duelo.
Ancelotti, por su parte, criticó al árbitro por no castigar las interrupciones locales: «Lo de las faltas lo tengo que estudiar un poco. El árbitro se ha olvidado de las repeticiones de las faltas. Es tarjeta amarilla cuando la falta se repite, se repite, se repite y se repite otra vez, porque de la primera parte hemos salido con dos tarjetas y el Mallorca con cero», valoró el italiano, que eligió a Asensio para lanzar el penalti antes que a Rodrygo: «El primero es Benzema, después Modric y después puede ser otro: Kroos, Asensio, Rodrygo…». El técnico transalpino admitió que es una derrota «dura» pero que «volveremos a pelear la Liga hasta el final después de intentar ganar el Mundial de Clubes».