Entrevista
Fue el capitán del juvenil blanco de Raúl que ganó la Youth League, subió al Castilla, debutó con Zidane y ahora pelea en el Cádiz después de una larga lesión. “El Barça saca canteranos, pero los del Madrid son los mejores”, cuenta a EL MUNDO
En agosto de 2020, Víctor Chust (Valencia, 2000) levantó con sus manos la primera Liga de Campeones Juvenil en la historia del Real Madrid. El capitán lideró a una de las mejores generaciones que han pasado por Valdebebas, guiada desde el banquillo por Raúl González, y tres años después pelea en el Cádiz por encontrar su hueco en Primera División. Como él, la mayoría de aquel vestuario: Miguel Gutiérrez, Arribas, Marvin, Blanco, Dotor… Hoy, después de meses alejado del césped por una rotura en el recto femoral derecho, se enfrentará al conjunto blanco, con el que consiguió debutar de la mano de Zidane. Antes charla con EL MUNDO.
- En el último año sólo ha podido disputar 4 partidos de Liga por la lesión. El del Getafe, el día 6 de noviembre, fue el primero en 7 meses. ¿Cómo de complicada ha sido esta etapa?
- Mucho. Muy complicada desde que me rompí por primera vez (en noviembre de 2022). Pasaron 190 días desde mi último partido en abril hasta la vuelta ante el Getafe y la verdad es que fue duro. En mayo decidí pasar por el quirófano y creo que hice lo correcto, ahora he podido volver y creo que a buen nivel. Me falta forma física pero eso se gana con los partidos. Muy contento.
- Después de estar fuera cuatro meses, vuelves y te lesionas de nuevo. ¿En qué momento dice, ‘oye, no puedo más, tengo que parar’?
- Desde que llegó Sergio (enero del 2022) empecé a tener una pubalgia en el pubis que llegó por los problemas en el recto femoral. Al final cargaba más esa zona. En la primera rotura fui positivo, pero al segundo partido me volví a romper. Me dije: “No puedo seguir así”. Fui a Barcelona, visité al Dr. Cugat y decidimos que me iba a operar.
- ¿Cómo lo gestionó a nivel mental? Jugar con dolor, la presión de estar en Primera y necesitar minutos…
- Yo pensaba que el cuerpo iba a aguantarlo todo y que en verano ya podría recuperar. Venía del tema del pubis que no había podido estar al 100% y quería demostrarle a la gente el jugador que era, que el jugador por el que el Cádiz había pagado seguía ahí. Pero me di cuenta que el cuerpo me había dicho “basta” y que tenía que parar.
- ¿Ahora está limpio física y mentalmente, o tiene presión?
- Estoy limpio de esos fantasmas del pasado. Sí que es cierto que después de tanta lesión pesa un poco el querer volver a estar como antes de la operación, pero me voy encontrando mejor y el cuerpo técnico me está dando mucha confianza. Pero sí que es cierto que estoy con ese runrún en la cabeza de querer volver.
- ¿Qué se le pasaba por la cabeza cuando no podía jugar?
- Es muy duro. Ver a tus compañeros disfrutar y verte a ti encerrado en un gimnasio, pudiendo hacer pocas cosas, yendo a revisiones mientras el equipo juega, sufriendo… Se sufre más fuera que dentro y mentalmente eso te va comiendo. La gente de fuera se piensa que estar lesionado es sólo no hacer lo que te gusta, pero va mucho más allá de eso y mentalmente te va desgastando. Pero bueno, me quedo con que siempre he intentado ver la luz al final del túnel.
- ¿Ha trabajado la parte mental con profesionales?
- Me han propuesto alguna vez trabajar con un psicólogo y varios compañeros sé que van, pero a día de hoy creo que no he tenido la necesidad. Creo que un psicólogo siempre ayuda y si algún día noto que tengo esa necesidad lo haré, pero yo soy más de ponerme a currar. Soy más de mis problemas intentar resolverlos yo, siempre que no necesite más ayuda.
- ¿Qué sensación tuvo al volver?
- Pues al principio no iba a salir de titular, pero se lesionó Jorge Meré y me tocó. Tenía la adrenalina por las nubes. Estaba cansado del partido de Copa después de tanto tiempo sin competir, pero tenía ilusión y ganas de demostrar que sigo siendo el de antes. En los primeros minutos estaba que me faltaba el aire, pero con la ilusión de un niño.
- Hábleme de Cádiz, ¿nota más o menos presión?
- La gente es del Cádiz a muerte y siempre te lo ponen todo fácil. Siempre con mensajes positivos. Pero evidentemente la presión está en todos los lados, si tú o el equipo no estáis a vuestro nivel durante algunos partidos seguro que te lo recuerdan, pero con naturalidad. Hay que aguantarlo y saber escuchar.
- Pasó de ganar casi todos los partidos en las categorías inferiores del Madrid a un club sufridor. ¿Cómo vivió eso?
- Todos sabemos dónde estamos, que tenemos que remar en la misma dirección. Es cierto que venía de una etapa de mi vida en la que ganaba casi todo y te cambia la mentalidad, pero al final también en el Madrid te enseñan a poner los pies en el suelo, que ganar es muy difícil. Cuando llegué a Cádiz sabía a dónde iba y que iba a ser complicado.
- ¿Qué entrenador ha sido el más importante en su carrera?
- Pregunta difícil… Es que he tenido muchos y muy grandes. Raúl, Cervera, Sergio, Álvaro Benito, debuté con Zidane, tuve a Ancelotti… He tenido un máster y de todos he aprendido cosas que me han hecho estar donde estoy ahora.
- ¿Cómo recuerda los años con Raúl y esa Liga de Campeones Juvenil? Esa generación se va abriendo paso poco a poco en Primera en otros clubes lejos del Madrid.
- Un año muy bonito el de la Champions. Una generación increíble, que muchos están ya en Primera. Ganar esa Youth League fue la hostia. Raúl te mete el hambre y el sacrificio, porque el talento ya lo hay, hace que no te conformes. Y todo ese proceso se va viendo que llegamos a Primera poco a poco. Hay excepciones como Yamal, Gavi o Bellingham que son megacracks muy jóvenes, pero el proceso es otro y es como salen casi todos los jóvenes.
- Con el debut de varios canteranos del Barcelona se ha generado cierto debate. La cantera del Madrid es la que más jugadores aporta a las grandes ligas. ¿Qué falta para que uno tire la puerta del primer equipo abajo?
- Yo ojalá me hubiese quedado, claro, pero creo que al final el Madrid tiene que tener, por obligación, a los mejores jugadores. Es un mundo muy, muy competitivo y aunque hayas estado en la cantera durante diez años tienes que demostrar. El Barça saca a muy buenos canteranos, por ejemplo, pero el Madrid tiene a los mejores. Yo tuve la suerte de debutar, y otros compañeros también, pero son un cúmulo de circunstancias que hacen todo más complicado. Tienes que llegar en el momento idóneo, que necesiten a alguien en tu posición o de tus características… Es una competencia con los mejores del mundo.
- Los rumores sobre Raúl y el futuro del banquillo del Madrid no paran.
- Yo ahí poco puedo ayudar (risas). Sigo al Castilla porque tengo buena relación con todos y lo único que sé es que Raúl es un entrenador excepcional, que trabaja muchísimo y que ayuda a todos los futbolistas a crecer y a ser mejores jugadores y personas.
- He leído que su número favorito es el ‘5’.
- Sí. Nací un 5 de marzo y desde que soy pequeño siempre intento tener una camiseta con el ‘5’ o con combinaciones que sumen o resten ‘5’.
- ¿Cómo?
- (Risas). Sí, sí… Por ejemplo, ahora llevo el ’32’. 3+2. Intento siempre hacer alguna pirula para conseguirlo.
- ¿Es así de supersticioso sólo con el fútbol o también en la vida?
- Antes lo era más, ahora ya se me ha ido yendo un poco la tontería, pero sí que intento tener presente el ‘5’ de alguna forma en mi vida, ya sea con el número de mi camiseta, un tatuaje… El ‘5’ en mi familia tiene mucho peso porque mi hermano nació el 15. Y así vamos (risas).
- Cuente alguna anécdota con el ‘5’.
- De niño tenía 1.000 historias. Por ejemplo, el microondas. Cuando calentaba leche, siempre tenía que parar el contador cuando quedaban 5 segundos, yo me pensaba que al hacer eso me iba a ir todo bien, los partidos y todo.
- ¿Su ídolo también llevaba el ‘5’?
- No, no. Mi ídolo siempre ha sido Xabi Alonso, que siempre me ha gustado tanto dentro como fuera del campo. Y luego Sergio Ramos, que no llevaba el ‘5’, llevaba el ‘4’, pero tuve la suerte de compartir entrenamientos con él y es top. Siempre ha sido mi ídolo en la posición.
- Su hermano Mark juega en el juvenil del Valencia. ¿Qué consejos le da?
- Intento ver poco sus partidos porque es con la única persona que me pongo nervioso. Tengo el corazón en un puño cuando juega. Le diría que siga trabajando, que el mundo del fútbol es muy competitivo y que también estudie. Al final el fútbol es una moneda al aire que te puede salir bien o mal y hay que trabajar en los estudios también.
- Sobre el Valencia, se fue de su cantera a los 12 años y le he escuchado decir “me echaron”. Con el tiempo, ¿no le da pena? ¿Qué pasó?
- La situación fue como la conté. Por circunstancias que implicaban a más gente decidieron rescindir conmigo y tuve que buscar otra vía. El mundo no se acaba ahí. Me llamó el Madrid y decidí irme. Sí que es cierto que tengo esa pena porque al final mis amigos y mi familia son de allí, siempre he dicho que me gustaría volver algún día. No sé cuándo, porque el fútbol es caprichoso y no se sabe si tendré la oportunidad, pero me gustaría para cerrar ese ciclo.