Roland Garros
Se impuso por 6-2, 5-7 y 6-4 a Karolina Muchova para convertirse en la primera jugadora que repite triunfo desde que lo hiciera Justine Henin en 2007. Es su cuarto grande en otras tantas finales
Desde que presentó sus credenciales en 2020 tras eliminar a la gran favorita, Simona Halep, en octavos de final, Iga Swiatek, que ganó en aquella edición otoñal su primer Roland Garros, ha establecido un reinado que este sábado la convirtió en la tenista más joven desde Monica Seles en conquistar tres títulos consecutivos sobre la arcilla parisina. Nadie había logrado revalidar la copa desde que lo hizo Justine Henin, tetracampeona, en 2007. A sus 22 años, la polaca gobierna el circuito con una autoridad que sólo Aryna Sabalenka, campeona del último Abierto de Australia y eliminada en semifinales, parecía discutir, sobre todo después de derrotarla en la final del Masters de Madrid.
Frente a la volatilidad que caracteriza el tenis femenino, Swiatek ha establecido un dominio desconocido desde la segunda etapa hegemónica de Serena Williams. Además de los tres títulos en París, ganó el último Abierto de Estados Unidos y este lunes inicia su 63ª semana como número 1 del mundo. Tiene talento, sabe lo que quiere y pone los medios para intentar lograrlo, ajena a las turbulencias emocionales de jugadoras con proyección devoradas por la ansiedad.
Cuando encontró acomodo en la pista, Muchova logró mostrar la buena mano que posee. Nadie le había regalado nada para presentarse con el dorsal 42 en su primera final del Grand Slam. Venía de un 5-2 y 0-30 adverso en el tercer set en la semifinal contra Sabalenka, en la que escapó de una bola de partido, y había dejado a tres top ten en su camino. La checa tuvo pelota para rescatar el servicio tempranamente perdido y evitó una bola de 1-5, manteniéndose viva en el primer parcial, pero acabó yéndose a la silla con un 6-2. Fría, carente de constancia y de un mínimo de convicción, pasaba por la final de puntillas, como si con su presencia en el partido definitivo en la Philippe-Chatrier ya tuviera suficiente recompensa.
La reacción
Con la severidad que acostumbra, jugando como si tuviera prisa por llegar a una cita, Swiatek ensanchó pronto la ventaja en el segundo set: 3-0. No había final, pero obligada a dar un paso adelante, Muchova quebró en el quinto juego con una gran derecha paralela y le puso pimienta al partido, para gozo de un público, deseoso de una confrontación de mayor vuelo. Sintió la crecida la defensora del título, que perdió su saque en el noveno con doble falta. Lo recobró de inmediato, para volverlo a ceder a continuación. Desatada, demostrando su habilidad en la red, la checa rentabilizó su tercera pelota de set e igualó el partido.
Fue más allá la tenista residente en Praga en una reacción que no anduvo lejos de llegar a feliz término. Nerviosa, dominada por una rival que había elevado el rendimiento con su servicio, Swiatek entregó su saque en dos ocasiones consecutivas en el tercer parcial. Tuvo incluso Muchova, que salta al puesto 16ª, una pelota para situarse con 5-4 y servir para llevarse la copa. Más hecha a este tipo de partidos, la de Varsovia aguantó el tipo y vio cómo su oponente se desmoronaba y cerraba la final como una doble falta. Arrodillada sobre la arena, la tricampeona lloró antes de acudir a celebrar el título en la grada con su equipo. Es el decimocuarto título de su carrera, séptimo sobre arcilla y tercero del año, tras imponerse en Stuttgart y Doha.