El madrileño tuvo entre 10 y 12 ofertas para salir en verano. Una de ellas fue la del Feyenoord, pero el Atlético pidió demasiado
Verano de 2023. Pretemporada del Atlético de Madrid. Nadie está en venta, pero todo el mundo tiene etiqueta. Y eso que el club ya ha conseguido 75 millones tras las salidas de Matheus Cunha, Renan Lodi, Geoffrey Kondogbia y Sergio Camello al inicio del mercado. Morata está con un pie fuera y Lino y Riquelme son dos jugadores con posibilidades de salir por su buen rendimiento.
Al madrileño, encima, le llueven las ofertas tras su gran temporada en el Girona de Míchel. “Llegaron entre 10 y 12 propuestas”, dicen desde su entorno. Algunas, por cierto, se han mantenido para este mercado de invierno. Lo que resulta curioso es que una de ellas fue del equipo que hoy recibe el Atlético en la Champions.
Desde la zona noble pidieron entre 25 y 30 millones al Feyenoord por el extremo, pero los holandeses no podían llegar a tanto. Además, tanto cuerpo técnico como jugador tampoco querían esa salida. «Siempre ha tenido muy claro que su ilusión era triunfar aquí», mencionan fuentes próximas al centrocampista rojiblanco.
En la pretemporada había convencido a Simeone por su “energía” y en el último día de mercado se produjo la traumática salida de Carrasco, uno de los futbolistas que más gustaba al Cholo y al que le dolio su salida hacia el fútbol árabe.
Se abría así una posición en el once del argentino, la de carrilero izquierdo, que se disputarían Riquelme y Lino, aunque parece que en los últimos tiempos el brasileño está por delante gracias a sus facultades defensivas. «Sabe que es su punto de mejora y lo está trabajando», cuentan desde su entorno, pese a que ya con Míchel, un técnico muy exigente, había crecido en ese aspecto.
El futbolista, goleador ante Osasuna, publicó el otro día en redes sociales que «está viviendo lo que había soñado», pero quiere más y por eso escucha e intenta aprender al máximo lo que quiere Simeone.
De momento, ya acumula dos titularidades en Liga y ha conseguido tener unos minutos ante el Lazio en el primer partido de Champions con los que “está contento”, porque consiguió lo que le pedía el entrenador, que era permitir respirar al equipo. No obstante, lamentó que perdieran los tres puntos en el último minuto con aquel gol del portero rival. “Tiene mucha hambre, no es de los de si tengo el estómago lleno, no corro”, insisten fuentes próximas al jugador.
Sacrificio
El joven, de 23 años, piensa en el fútbol las 24 horas. Obediente y sacrificado, sigue las pautas del equipo de profesionales que le dirige tanto en el club como fuera. Nutrición, trabajo postpartido, hábitos alimenticios y de higiene… controla hasta la temperatura de la habitación en la que duerme para mejorar el descanso.
Simeone ha dicho de él y de Lino que son “esponjas” y que ambos tienen “habilidad, potencia, gol, velocidad y rompimiento por fuera”. No obstante, y pese a la competencia que hay no solo en el puesto del saliente Carrasco sino en toda la plantilla, donde el argentino dice contar con al menos dos nombres por posición, la buena energía se palpa dentro del vestuario. Y los jóvenes, a los que el Cholo les dice que serán importantes, tienen gran parte de la responsabilidad.
Familiar
Riquelme es uno de los que mejor relación tiene con todos en el vestuario rojiblanco. El madrileño está a gusto en su ciudad, cerca de sus amigos y de su familia, es sobrino del ex consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid Enrique Ruiz Escudero, y se le nota a la hora de entrenar con el equipo pese a no ser titular. La familia Riquelme está muy unida aunque su gran cómplice es su hermano, que es su mejor amigo. Es a quien acude primero a pedir consejo, no obstante, para cuestiones financieras la referencia es su padre, economista de profesión.
Es consciente de la dificultad de destacar en un buen equipo, pero mantiene los pies en el suelo gracias a su familia y a diferentes proyectos sociales que ha liderado para “devolver lo que el fútbol le ha dado”, como dice su entorno. Riquelme seguirá peleando por conseguir su sueño juegue o no esta tarde contra el equipo en el que pudo recalar. El madrileño quiere seguir viviendo este sueño que es de color rojiblanco.