Rahm salva un día de perros en The Open y no descarta la remontada

Rahm salva un día de perros en The Open y no descarta la remontada

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Es imposible no sentir empatía con el resiliente pueblo escocés, que desconoce el verdadero significado de la palabra verano. «Its a dreich day outside». Se trata de expresión local que viene a significar que ahí fuera hace un día miserable. Es la frase perfecta para la tercera jornada del Open Championship, un infierno bajo la lluvia donde Jon Rahm se mantuvo a flote como pudo. El día podría haber terminado de una forma muy diferente si el putt hubiera funcionado, pero el ganador de dos grandes deja para los últimos 18 hoyos una posible remontada de seis golpes que pueda cambiar el curso de la historia y darle al golf español una ansiada victoria en The Open, que llegaría 36 años después (el último, claro, fue Severiano Ballesteros en la edición de 1988).

Pasadas las dos y media de la tarde, el numeroso público español se concentró en torno al primer hoyo. Gritos de «vamos» o «aupas» acompañaron al de Barrika en su salida. El tropiezo llegó demasiado pronto. Fue en el hoyo dos, tras un golpe agresivo con el hierro nueve y tres putts, pero la recuperación fue instantánea con un zambombazo desde el tee del hoyo 3 de 360 yardas, que culminaba con su único birdie del día. A partir de entonces, se serenó el juego del español, pero no hubo remate. Fueron muchas las oportunidades de birdie, que se iban frustrando ante la desesperación del jugador del LIV Golf. «No he metido nada, ni un putt en toda la semana, es difícil ganar un torneo así, a ver si mañana toca», decía al final de la durísima jornada a los medios.

La lluvia iba en aumento, pero sin apenas viento. Royal Troon se convirtió en un molesto paseo con oportunidades de birdie, sobre todo en los nueve primeros hoyos. Los segundos nueve, directamente, fue como entrar en Mordor. El viento (en contra) y la lluvia fueron en aumento, y la segunda parte del recorrido se transformó en un test brutal.

Consistencia

Ante la ausencia de esos birdies, Rahmbo tuvo que tirar de consistencia, y un solo tropiezo en los segundos nueve hoyos, en el 12, acompañado de ocho pares, no deja un mal sabor de boca. El +1 en el día, dos sobre par en el acumulado, dejó al jugador español a seis golpes de la cabeza del torneo, en manos ahora del estadounidense Horschel, que con un -2 ayer se colocó líder.

Ante la pregunta de si tiene posibilidades de victoria hoy, en la última ronda, Rahm no dejó pasar ni un nanosegundo: «Sí, claro», afirmó con una contundencia llamativa, y el de Barrika apostilló: «Vamos a ver cómo terminan, hay que jugar bien y y tener algo de suerte, pero en un deporte como este no se puede descartar absolutamente nada, claro que no». No será fácil la gesta, pero tampoco es imposible, y más en este campo y estas condiciones meteorológicas, que pueden variar la suerte de cualquier jugador en cualquier momento. Jon Rahm tendrá que recuperar seis golpes y pasar por delante de 14 jugadores.

Nos espera un torneo loco donde sólo nueve jugadores terminaron bajo el par del campo. El sudafricano Thriston Lawrence y el norteamericano Sam Burns aprovecharon las mejores condiciones de la mañana para terminar con las mejores rondas de la semana, 65 golpes, que directamente les llevó a la tercera posición con -3, empatados con Russel Henley, Justin Rose y la revelación del torneo, el ingles numero 272 del mundo Daniel Brown, que llegó como líder al ultimo hoyo del día y termino con un doble bogey. Bajo par también concluyeron Xander Schauffele (-3), el número uno del mundo y firme candidato a la victoria hoy Scottie Scheffler (-2), y el líder tras los primeros 36 hoyos, Shane Lowry (-1) que con +6 sufrió mucho más de lo que estaba previsto. El norteamericano Billy Horschel es el inesperado líder en solitario con -4, después de terminar con 69 golpes.

kpd