El esloveno del UAE ha confirmado su presencia en la Grande Partenza el 4 de mayo. “Andiamo!”
Pogacar celebra su victoria en Le Markstein Fellering, en el último Tour.Daniel ColeAP
En su búsqueda de lo inexplorado, el ansia competitiva de Tadej Pogacar no conoce límites. Pese a la frustración de haber cedido con Jonas Vingegaard en las dos últimas ediciones del Tour, el esloveno afrontará su revancha sin guardar balas. Si el año pasado una lesión tras brillar en las clásicas de primavera (caída en la Lieja y operación en la muñeca) le impidió estar realmente al 100% en la Grande Boucle, esta vez acudirá tras haber debutado semanas antes en el Giro de Italia, como así se anunció oficialmente este domingo. “Andiamo!”.
Será todo un desafío para el líder del UAE Team Emirates, que captará todos los focos en la Grande Partenza del próximo 4 de mayo en Venaria Reale (hasta el 26 en Roma). Buscará un doblete de otra era, que no se logra en el ciclismo desde 1998 (Marco Pantani). Tendrá para ello cuatro semanas y media de descanso entre las dos grandes.
Quizá influyó el recorrido, más suave de lo normal, del próximo Giro. Con sterrato, bastantes kilómetros de crono, menos desnivel acumulado y pocas cimas colosas. O simplemente la ambición de un corredor como Pogacar, que en 2023 conquistó el Tour de Flandes, la Amstel Gold Race y la Flecha Valona de carrerilla.
A falta de ir conociendo más posibles rivales para suceder en el palmarés a Primoz Roglic, en el Giro ha confirmado su presencia también Wout Van Aert al frente del Visma Lease a Bike. Pogacar ya disputó una Vuelta (2013, tercero) y ha completado cuatro Tours, con victorias en los de 2020 y 2021.
En la calurosa mañana de Morbegno, en el valle de Valtellina,Jonathan Castroviejo se dispone a atender a los medios en zona mixta. Pero, de súbito, algo escucha en su pinganillo y se pone alerta. Le reclaman justo antes del comienzo de la etapa. No hay nada en el Ineos Grenadiers que no pase por él, el gran kapo, esa figura única en el pelotón. Castro corre a la llamada. Hasta el último día al servicio de los demás. Le quedan cuatro días en su 20ª gran vuelta. Sólo una vez abandonó. Luego dirá adiós con la sensación del deber cumplido y se podrá entregar por fin a sus tres hijos.
Al de Getxo, 38 años, 18 de profesional desde que dio el salto con el Orbea -se formó en el club Punta Galea-, se le vienen los días plenos a la memoria. En su primera Vuelta, ya con el Movistar, llevó al equipo hasta la victoria en la crono inaugural de Pamplona. Ahí, contra el reloj, ha sido uno de los más grandes de la historia nacional. Sus 11 triunfos llegaron en la especialidad, seis campeonatos de España, uno europeo, un bronce en el Mundial de Doha, un prólogo en Romandía... Le queda la espina del triunfo en una etapa en ruta y eso que lo rozó, un segundo puesto de etapa en el Tour (2022), otro en el Giro (2020) y otro en la Vuelta (2016).
Pero es que Castro siempre estuvo para los demás. Todavía lo está, de hecho. Ahora la sombra de Egan Bernal. La ascendencia sobre las perlas del equipo británico, Tarling, Joshua Turner... que le admiran y le escuchan. Sus consejos sobre nutrición, sobre posicionamiento en carrera. Con el propio Bernal ganó un Tour, el de 2019. También el Giro del 21. Inseparables. "En la tercera semana de una grande es donde más puedo enseñar. Ellos aprenden mucho", explica.
Antes había conquistado la Grande Boucle en el Sky con Geraint Thomas (2018). «Fueron dos momentos especiales. Y la Vuelta a España que ganamos camino a Formigal con Nairo Quintana», recuerda con media sonrisa y su barba recortada.
Castroviejo, con el INEOS Grenadiers.INEOSMUNDO
Pero la vida ciclista no perdona. «Ya este año me ha costado mucho toda la preparación, la conciliación familiar...», protesta. Estos últimos días Castroviejo todavía deja algún alarde. Porque se encuentra pleno. «Ha ido a más en el Giro, al principio le faltaba chispa. Su terreno predilecto han terminado siendo las subidas largas. Ha enfilado el pelotón varias veces para los ataques de Egan», recuerdan desde su entorno. Y él bromea: «El físico va cambiando. Con los años uno es más diésel, el metabolismo es más lento. La gente joven tiene más chispa. Pero me llevo muy bien con todos». Lo volverá a hacer hoy y el sábado, con ese pedalear tan redondo, siempre buscando en la aerodinámica los vatios extra. «Por suerte el físico me está acompañando, no voy mal y puedo disfrutar de estos últimos días», pronuncia. No estará en el Tour ni en la Vuelta, salvo cambios de última hora en Ineos. Buscará lugares desde donde despedirse sin llamar mucho la atención, como siempre hizo en una carrera de admirar. "Me gustaría correr más tranquilo, intentar disfrutar. El calendario está por definir", asegura.
«El ciclismo me lo ha dado todo: enseñanzas, amistades, retos, y momentos que llevaré conmigo para siempre. Me voy con el corazón lleno de gratitud», se despidió hace unos días, cuando hizo oficial su retirada.
Tour de Francia
Etapa 10: Vulcania - Issoire
LUCAS SÁEZ-BRAVO
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Actualizado Martes,
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