El ex campeón del mundo se impuso en una etapa en la que los fugados Clarke y Di Marchi fueron neutralizados a falta de sólo 100 metros para la meta
Pedersen celebra el triunfo de la sexta etapa del Giro 2023.L. BettiniAFP
Recorrido sinuoso y de dientes de sierra inapropiado para curar las heridas. La excursión por las cercanías del Vesubio no resultó cómoda para Remco Evenepoel, aún dolorido por las caídas de la llegada de Salermo. Terreno comanche en la sexta entrega del este Giro, con salida y llegada en Nápoles, resulta de manera agónica y favorable para Mads Pedersen. Primera volata para el ex campeón del mundo en ruta en una cita sin cambios en la general. El noruego Leknessund comanda la prueba con 28 segundos de ventaja sobre Evenepoel.
El misil danés sumó su tercera victoria de la temporada y la 30 de su trayectoria profesional en una cita en la que siempre estará en deuda con sus escuderos del Trek, que controlaron el tempo e impusieron el ritmo adecuado para neutralizar la fuga de dos valientes Alessandro De Marchi (Jayco) y Simon Clarke (Israel), neutralizados a sólo 100 metros de la meta.
El tiránico pelotón no tuvo misericordia con dos expedicionarios que buscaron su día de gloria pasado el ecuador de la etapa. El día, sin lluvia, se animó con la escapada integrada por los mencionados De Marchi y Clarke y por Alexandre Delettre (Cofidis), Francesco Gavazzi (Eolo Kometa) y Charlie Quarterman (Corratec). Clarke y Di Marchi, por selección natural, se quedaron solos en cabeza a falta de 25 kilómetros, con el Trek apretando a las órdenes para de Pedersen, enorme el trabajo del eritreo Amanuel Geebreigzah y Mollema.
En plena maniobra de caza, los nervios se adueñaron del pelotón, con pinchazo de Primoz Roglic y caída sin consecuencias de Geraint Thomas en una rotonda traicionera. Los fugados mantenían una renta de 40 segundos a falta de cinco kilómetros, 14 segundos a falta de 1.000 metros. Parecía que Clarke y De Marchi iban a culminar la hazaña, pero el pelotón, impulsado por un acelerón de Gaviria, engulló a los aventureros cuando sólo faltaba un suspiro para la conclusión. Ahí apareció la figura de Pedersen para estrenar palmarés en el Giro.
Este viernes, el danés se apartará del centro del escenario para dejar hueco a los escaladores, con un nuevo contacto con la montaña, con salida de Capua y llegada a Campo Imperatore de Gran Sasso, de 218 kilómetros y 4.000 metros de desnivel acumulado. El tramo final de la jornada es complicado, con una ascensión constante de 40 kilómetros. El Gran Sasso es una cumbre de 20 kilómetros. Los últimos 3.000 metros tienen una pendiente media de 7,9% y tramos del 13%. El último ganador en esa cima fue Simon Yates, en la edición de 2018. Lo previsible es un cambio de líder en la general.
El confesor de Tadej Pogacar es el Kapo del pelotón. El ciclista más deslumbrante del siglo pone su destino en las manos prodigiosas de un vasco. Joseba Elguegazal es un masajista vizcaíno de 42 años que lleva unido al esloveno desde hace un lustro. Ambos coincidieron en la Vuelta a España y desde entonces son inseparables. En un año, entre carreras y concentraciones, coinciden durante más de 200 días. Kapo, que trabajó en la granja de su padre y fue portero de discoteca, estudió fisioterapia y pronto se abrió paso en el ciclismo. Empezó en el Caja Rural y en 2019 le contrató el UAE. Nadie conoce mejor los músculos del genial esloveno.
Joseba es uno de los capitanes del ejército español de Pogacar. El bicampeón del Tour, en su reto de reconquistar la Grande Boucle, se ha rodeado de 24 hispanos que sobresalen por su altas prestaciones. Al frente de todos ellos se encuentra Josean Fernández'Matxin', un vasco de 53 años, el máximo responsable técnico de la escuadra patrocinada por Emiratos Árabes Unidos, con sede en Magnago (Italia). Él descubrió a Pogacar. Es el padre, tutor y guía del fenómeno. El preparador de Basauri comparte la gestión del UAE con los italianos Mauro Gianetti y Andrea Agostini.
El UAE teams, cuyo presidente es Matar Suhail al Yabhuni Al Dhaheri, que cuenta con la absoluta confianza del príncipe heredero de Abu Dabi, funciona como una empresa, en la que trabajan cerca de 80 profesionales y 40 corredores. Los ciclistas españoles son Juan Ayuso, 21 años, estandarte de una nueva generación, que este sábado se estrena en el Tour de Francia; Marc Soler (30), que también estará en la salida de Florencia y que es uno de los gregarios preferidos de Tadej Pogacar; Igor Arrieta, un navarro de 23 años, hijo de un ex ciclista y preparador deportivo del Movistar, que no va al Tour, y Pablo Torres, un madrileño de 18 años, integrante del equipo nodriza.
El ángel de la guarda
UAE desplaza al Tour a ocho corredores y a alrededor de 30 especialistas y técnicos. Entre ellos destaca la figura de Alejandro Torralbo, considerado el mejor mecánico del mundo. Este cordobés de 61 años lleva en el ciclismo más de 40, ha trabajado con Indurain, Olano, Ullrich, Chava Jiménez, Sastre, Valverde. Él es el más veterano de los cuatro mecánicos desplazados y se ocupará de la puesta a punto de la bicicleta de Pogacar y de sus siete compañeros. El esloveno, además de Ayuso y Soler, contará con la ayuda del portugués Joao Almeida, el franco-ruso Pavel Sivakov, el belga Tim Wellens, el británico Adam Yates y el germano Nils Politt.
Torralbo compartirá tertulias y sobremesas con su amigo Paco Luna, un masajista valenciano de 55 años que ya cuidó a Marco Pantani y que ahora es el ángel de la guarda de Ayuso. En el Tour cada corredor cuenta con un masajista. En este departamento también están integrados Lucio Domínguez, un manchego que trabajó en el Kometa de Alberto Contador; Cristian Batanete, un ovetense de 40 años, y José Teixeira, un vasco de 67, que es otra institución en el World Tour, con larga trayectoria en formaciones de primer nivel. Ellos colaborarán esporádicamente en el Tour ejerciendo labores de intendencia, en varias ocasiones se les verá en los arcenes de la carretera entregando bidones a los corredores.
El UAE también cuenta con la colaboración de Daniel Ortega, un fisio experto en deportes de resistencia (atletismo, natación y triatlón) y Víctor Moreno, recuperador y profesor en la Universidad Miguel Hernández de Elche. Este alicantino es un apasionado del deporte, ha recibido el Premio Nacional de Investigación por un trabajo sobre las lesiones de los futbolistas.
Espaguetis con queso y pimienta
La evolución de Pogacar está controlada desde larga distancia por Íñigo San Millán, un vitoriano de 52 años. Es profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, donde realiza trabajos clínicos y de investigación en metabolismo celular, especialmente en diabetes, enfermedades cardiometabólicas y cáncer. Compatibiliza su labor de Alto Rendimiento en el UAE con la preparación de la primera plantilla de fútbol del Athletic de Bilbao.
Pogacar mantiene una sintonía especial con Esteve Ramírez, porque nadie prepara mejor su plato preferido: espaguetis con queso y pimienta. Este cocinero de 34 años, que a los 22 se marchó de Barcelona a Francia para aprender el oficio, se unió al equipo en 2019. También estará en el Tour y cuenta con dos estrechos colaboradores: Luis Fernando Olalla e Israel Ruiz.
Pogacar y sus gregarios, en Florencia.AFP
Esteve Ramírez adereza los platos siguiendo las instrucciones de Gorka Prieto, un navarro de 34, reputado nutricionista. El diseña los menús y vigila la dieta. A Pogacar le insiste en que debe ser prioritaria la ingesta de hidratos de carbono, con el consumo de arroz, pasta, quinoa, boniatos, cereales y patata. También le advierte de que debe tomar las mínimas cantidades de grasas y huir de los risottos, aceite y postres con mantequilla.
En la sección de entrenadores figura Didac Navarro, un valenciano de 48 años que fue contratado por Matxin en 2022. Fue seleccionador español de ciclismo en pista en los Juegos Olímpicos de Pekín. También destaca Javier Sola, un sevillano de 37 años, que llegó en 2023 y que es profesor de Ciencias del Deporte en la Universidad de Loyola. Cumple su segunda temporada junto a Pogacar.
La nómina del ejército español se completa con el biomecánico David Herrero, un bilbaíno de 44 años, ex ciclista del Euskaltel, experto en la preparación de pruebas de contrarreloj, y con el abogado Íñigo Landa, licenciado por la Universidad de Deusto, experto en el asesoramiento a deportistas y a entidades deportivas. Un ejército multidisciplinar para la reconquista del Tour.