Olga Carmona: de los tacones flamencos a las botas del fútbol, los goles extraordinarios y el beso al tatuaje que olvidó

Olga Carmona: de los tacones flamencos a las botas del fútbol, los goles extraordinarios y el beso al tatuaje que olvidó

Mundial de Fútbol Femenino

Actualizado

La sevillana se sacó la espina de haberse perdido el Mundial Sub-20 por la pandemia el mismo año que fichó por el Real Madrid. Ha ganado fuerza y mantiene la belleza de sus zurdazos, su “tiro favorito” desde los 17 años. A su madre le ha hecho una promesa

Olga Carmona celebra su gol ante Suecia abrazada por Teresa Abelleira.EFE

«Si no sueñas es imposible que ocurra». Olga Carmona (Sevilla, 2000) tiene presente esa frase cada día de su vida y se empeña en soñar con tanta fuerza como golpeó a la pelota en el lo hizo con tanta fuerza como golpeó ese balón metió a España en la final del Mundial Femenino. Ese es el «tiro favorito» de esta lateral zurda veloz que acabó bajo una montaña de compañeras sin apenas poder respirar.

Ni siquiera le dio tiempo a cumplir con un ritual: besarse la muñeca. Allí lleva tatuada una pequeña imagen de una madre y una hija abrazadas formando el símbolo infinito. «Mi madre tiene el mismo y lo beso siempre después de cada gol para dedicárselo», contaba Olga durante la concentración. A su madre está muy unida a pesar de que quisiera apartarla del fútbol que le corría por la sangre.

A la jugadora que ha hecho historia con la selección le tocaba pasarse las tardes acompañando a sus hermanos a los entrenamientos. Pero ella tenía que ir a flamenco y, cuando quiso deporte, natación. Lo que de acabar en un campo de fútbol fue cuestión de tesón de la niña que va pelear por ser campeona del mundo para orgullo de Fran, central que logró el ascenso a Primera RFEF con el Club Deportivo Teruel, y de Tomás, su mellizo, portero del Tomares.

Olga arrancó con siete años en la Agrupación Deportiva Polideportivo Sevilla Este, pero pronto el Sevilla FC le echó el lazo a esta niña delgaducha pero con una zurda habilidosa. Con 16 años, la entrenadora Maribel Márquez la reclutó para buscar el ascenso del Sevilla a la Primera Iberdrola y le dio cinco goles. Carmona llegó a la máxima categoría antes de cumplir la mayoría de edad, igual que a la selección, donde también entró por la puerta grande.

En el Europeo Sub-19 de 2018, su primer gol, a Suiza después de una cabalgada y un zurdazo por la escuadra, fue seleccionado entre los 11 mejores de la temporada. España acabaría proclamándose campeona. En la edición de un año después, pese a caer en semifinales con Francia, se logró la clasificación para el Mundial Sub-20 que debía celebrarse en Costa Rica y que la FIFA suspensión por la pandemia. «Me quedé con la espina de haber podido jugar ese mundial», ha reconocido siempre Olga, cuyo primer recuerdo de una Copa del Mundo es el de Francia 2019 con aquella apabullante selección de Estados Unidos liderada por Rapinoe.

Salto al Real Madrid

El 25 de junio de 2020, Carmona tomó la decisión más difícil de su vida. Su progresión había llamado la atención del Real Madrid, recién volcado en el fútbol femenino, y la sevillana se alejó del confort del entorno familia y del deportivo que se había labrado durante 13 años para apostar por su sueño. «Cuando uno se va de casa, la sensación es que siempre se trata de un hasta luego», firmó en su carta de despedida. En Madrid, la adaptación no fue fácil.

A la vida de la capital le ayudó unos meses su madre, mientras se hacía a Valdebebas. Tuvo que trabajar intensamente para ganar cuerpo y aprender a gestionar emociones con una psicóloga que acabó siendo su guía en los momentos más complicados. Uno de sus grandes apoyos fue la capitana Ivana Andrés, que también acababa de llegar del Levante y con quien guarda una gran relación personal.

Ambas han tenido que superar algunos momentos de tensión entre madridistas y azulgranas. En el Clásico del pasado mes noviembre, Carmona criticó la actitud de algunas internacionales del Barça con sus compañeras. «Qué difícil y costoso debe ser tener que mejorar valores como el respeto, la educación y la humildad entre personas», escribió después de reconocer la superioridad azulgrana en su cuenta de Twitter, una red social de la que confiesa que se ha salido varias veces por su toxicidad, pero donde su nombre y su gol han corrido en las últimas horas.

Olga Carmona llegó a este Mundial con el escozor futbolístico de fallar un penalti en la tanda final de la Copa de la Reina que ganó el Atlético. Sin embargo, la vida ha hecho que, con el brazalete de capitana, haya marcado el gol que da a España opción de ser campeona de Mundo. Si lo logran, tendrá que cumplir una apuesta con su madre más rumbosa que flamenca: comprarle un coche.

kpd