Nadal: la difícil conciliación entre el voraz competidor y el superviviente

Nadal: la difícil conciliación entre el voraz competidor y el superviviente

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El español, que no podrá jugar el Abierto de Australia, se vio tan fino en Brisbane que terminó un partido en el que tal vez le hubiese convenido retirarse. Fue una situación análoga a la de Wimbledon 2022, cuando, lesionado, ganó a Fritz y no pudo estar en semifinales.

Nadal, en un descanso de su partido ante Thompson.Tertius PickardAP

El 18 de enero de 2023 Rafael Nadal perdió con Makenzie McDonald en la segunda ronda del Abierto de Australia. Sufrió molestias físicas que en principio le permitirían volver a la competición en primavera. No lo hizo hasta el 31 de diciembre del año que se fue, tras verse obligado a someterse a una intervención quirúrgica en el psoas izquierdo el 3 de junio. En su regreso cayó junto a Marc López en el partido de dobles de la primera ronda del ATP 250 de Brisbane, ante la pareja formada por Jordan Thompson y Max Purcell. El 2 de enero, transcurridos 349 días sin disputar un encuentro individual, reapareció con victoria ante Dominic Thiem. El día 4 superó, también en dos sets, a Jason Kubler. El día 5, ya en cuartos de final, cedió frente a Jordan Thompson, después de tres horas y 25 minutos de un partido que acabó lesionado.

En la conferencia de prensa posterior al encuentro, entre optimista y preocupado, expresó du deseo de que se tratase de «una gran sobrecarga» y de disputar el Abierto de Australia, que se inicia el día 15.

Este domingo, en un comunicado a través de su cuenta de Instagram, anunció que no estará lista para el primer grande de la temporada. «[…] Una vez que llegué a Melbourne tuve la oportunidad de hacerme una resonancia magnética y tengo un microdesgarro en un músculo, no en la misma parte donde tuve la lesión y eso es una buena noticia. Ahora mismo no estoy preparado para competir al máximo nivel de exigencia en partidos de 5 sets. Vuelvo a España para ver a mi médico, recibir tratamiento y descansar».

Rafa Nadal no jugará el Open de Australia por una lesiónEL MUNDO (Vídeo) / PATRICK HAMILTON | AFP

Nadal ha jugado, y lo ha hecho mejor de lo previsto, sobre todo en los dos primeros encuentros del cuadro individual. Su rendimiento fue digno de asombro. En el tercero, ante el mejor de los tenistas a los que debió de hacer frente, Thompson, 55º, sintió dolor en los alrededores de la zona cero de su cuerpo, donde sufrió la última lesión, en el undécimo juego del segundo parcial. Fue atendido en pista, regresó y tuvo tres match points antes de verse abocado a un tercer parcial.

La posibilidad de abandonar

¿Debió haber sido cauto en ese momento y abandonar un encuentro que, al fin y al cabo, sólo formaba parte de su operación de retorno a las canchas, de un proceso de rodaje? Pudo bajarse también unos juegos después, ya 4-1 por detrás en el tercer set, cuando decidió solicitar tiempo médico y ser tratado en el vestuario. Pero volvió a la pista, ganó su servicio en blanco e incluso se situó 15-30 al resto, amenazando a un adversario que por momentos se mostró inabordable.

La situación recordó en cierto modo a los cuartos de final de Wimbledon, en 2022, cuando, sometido a un trabajo exigente por Taylor Fritz, sufrió un desgarro de siete milímetros en el músculo abdominal. Desde su box, su padre, Sebastiá, le hacía gestos elocuentes para que se retirase. Decidió seguir. Ganó en cinco sets. Al día siguiente, tras probarse en un entrenamiento sin acceso para los medios de comunicación, convocó una conferencia de prensa para anunciar que no podría disputar las semifinales ante Nick Kyrgios. Entonces, el riesgo asumido era más comprensible: Nadal había ganado consecutivamente el Abierto de Australia y Roland Garros, estaba invicto en los torneos del Grand Slam.

Condicionado por aquella lesión, cayó ante Frances Tiafoe en octavos del Abierto de Estados Unidos. Sólo ganó cuatro partidos en el último tramo de la temporada.

Voraz competidor, ganador insaciable, Nadal tiene problemas para conciliar su inalterable ambición con las renuncias que aconseja su precario estado físico en el curso en el que cumplirá 38 años. Los objetivos siguen intactos. Espera la tierra batida, con Roland Garros y los Juegos Olímpicos en Roland Garros. Ahí la exigencia será mucho mayor que en Brisbane, aunque pise territorio más que conquistado.

kpd