Roland Garros
Cuarenta años después del triunfo de Yannick Noah, último hombre en ganar el torneo, Francia afronta una crisis endémica, también entre las mujeres.
Cuando se cumplen 40 años del triunfo de Yannick Noah, el último francés que levantó la Copa de los Mosqueteros, y 23 de la última victoria femenina, protagonizada por Marie Pierce, Roland Garros vuelve a quedarse en blanco en la tercera ronda del torneo. Ninguno de los 28 tenistas locales, en ambos cuadros individuales, logró meter la cabeza en la tercera ronda. Con la derrota de Arthur Rinderknech ante Taylor Fritz en la noche del jueves la tricolor vio dinamitada toda esperanza de ver a alguno de los suyos en las próximas instancias de la competición. Antes, en esa misma jornada, se fueron Diane Parry, arrollada por Mirra Andreeva, la sensación rusa de 16 años, y Océane Dodin, superada por Ons Jabeur, séptima cabeza de serie y finalista en la pasada edición de Wimbledon.
Francia vive con resignación una crisis endémica. Dos años después, nuevamente nada queda en casa. Los fastos por el aniversario redondo del triunfo de Noah y el fervor de la noche del lunes, cuando Gael Monfils, de 36 años, levantó un 4-0 adverso en el quinto set ante el argentino Sebastián Báez para meterse en una segunda ronda que no pudo disputar por lesión, dejando el camino libre a Holguer Rune, han sido las únicas alegrías para un público que ha aprendido a disfrutar en el templo de la arcilla sin representantes patrios. Poco duró también la aventura de Lucas Pouille, despachado por Cameron Norrie en su segundo partido, una vez confesados los problemas de alcoholismo que comprometieron su vida personal y profesional.
Esperanzas aplazadas
Había muchas miradas puestas en Arthur Fils, que el día 12 cumple 19 años, quien conquistó en Lyon su primer título en la semana previa al inicio de Roland Garros. Al igual que Luca Van Assche, otro de los recién llegados que insinúa porvenir, Fils encontró en Alejandro Davidovich su brazo ejecutor. “Creo que ambos serán buenos jugadores”, dijo el español tras salir adelante en sendos duelos con alto componente epidérmico en la grada.
En pleno y ya largo crepúsculo la generación de Richard Gasquet y Monfils, en quienes se creyó ver a potenciales candidatos al título, no asoma a corto plazo jugador alguno que pueda despertar ilusión. Entre las mujeres, la gran decepción fue Caroline Garcia, quinta favorita, ganadora de las WTA Finals en 2022 y semifinalista en el Abierto de Estados Unidos, que se estrelló en segunda ronda frente a la rusa Anna Blinkova, 59º.
No se trata de miedo escénico, pues la carestía alcanza al resto de los torneos del Grand Slam. Tampoco ningún hombre llegó a los dieciseisavos de Wimbledon en 2021. Ninguna mujer lo hizo en el Abierto de Australia de 2020 ni en Wimbledon y el US Open en 2021. “El aspecto psicológico en los Grand Slam pesa mucho. No es sólo el tenis y el físico. Es también la cabeza. Hace falta una cierta arrogancia, mayor confianza en sí mismos”, comentó Tatiana Golovin, que fuera cuartofinalista del Abierto de Estados Unidos, en Amazon Prime Video. Una cierta dosis de chovinismo, tal vez, en el país de Lacoste, Borotra, Bugnon y Cochet, no les vendría mal.
