Zagallo, apodado “Viejo Lobo”, es ídolo de generaciones, una eminencia mundial y uno de los entrenadores y jugadores más importantes de la historia del fútbol brasileño
Pelé abraza a Mario ZagalloAP
Mario Jorge Lobo Zagallo, ex futbolista y ex técnico brasileño además de tetracampeón del mundo con Brasil como jugador, entrenador y coordinador de la selección, ha muerto a los 92 años de edad, ha informado este sábado su asesoría.
“Con gran tristeza anunciamos el fallecimiento de nuestro eterno tetracampeón del mundo Mario Jorge Lobo Zagallo”, se puede leer en un mensaje publicado en las redes sociales del exjugador en una nota, que no informa de las causas del fallecimiento.
El año pasado su estado de salud se vio deteriorado por una infección urinaria que le obligó a estar hospitalizado cerca de tres semanas. En 2022 también estuvo ingresado por una infección respiratoria.
Zagallo, apodado “Viejo Lobo”, es ídolo de generaciones, una eminencia mundial y uno de los entrenadores y jugadores más importantes de la historia del fútbol brasileño.
Es el único en tener cuatro títulos mundiales en su palmarés: dos como jugador (Suecia 1958 y Chile 1962), otro como técnico (México 1970) y el último como coordinador de la Canarinha (Estados Unidos 1994).
Nacido el 9 de agosto de 1931 en el estado de Alagoas, actuó como delantero en su etapa como jugador, en la que defendió a Flamengo y Botafogo, dos de los grandes clubes de Brasil.
“Un padre devoto, un abuelo amoroso, un suegro cariñoso, un amigo fiel, un profesional victorioso y un gran ser humano. Ídolo gigante. Un patriota que nos deja un legado de grandes conquistas”, recoge el obituario.
Con la selección brasileña conquistó los mundiales de Suecia 1958 y Chile 1962 junto a Edson Arantes do Nascimento ‘Pelé’, quien falleció a los 82 años el 29 de diciembre de 2022 víctima de un cáncer de colon.
Ya como entrenador conquistó el de México 1970, con Pelé todavía en campo, y como coordinador técnico el de Estados Unidos 1994, siendo el único que ha conquistado cuatro títulos mundiales en la historia del fútbol.
Asimismo, solo él llegó a cinco finales de un Mundial en sus siete participaciones.
Apenas perdió contra los anfitriones en la final del Mundial de Francia de 1998, año en el que ejerció como entrenador de una plantilla con figuras como Ronaldo, Bebeto, Rivaldo, Dunga, Roberto Carlos, Cafú y Taffarel, entre otros.
Copa Davis
Semifinales
JAVIER MARTÍNEZ
@JavierMartnez5
Actualizado Sábado,
25
noviembre
2023
-
18:06Vence por 6-2, 2-6 y 7-5, logrando uno de los triunfos más...
Venía el Atlético con una inercia bestial. De piernas, de energía y de resultados. Y con esa inercia era complicado pararlo. Ni lo intentó el Eintracht, por ser justos. La defensa alemana parecía suiza, más estilo Gruyere y, como tal, encontraron los rojiblancos los agujeros hasta permitirse una minisiesta al inicio del segundo tiempo. Giuliano despertó al equipo que terminó con cinco, pero pudieron ser muchos más. [Narración y estadísticas (5-1)]
No había terminado de entrar el público del Metropolitano cuando desde los atascos de las rotondas de la Avenida de Arcentales ya tronó el primer tanto. Fue Raspadori quien apareció por detrás de Julián para embocar casi en área pequeña el primero del partido tras un buen centro de Giuliano.
No daba tiempo ni a las presentaciones. El fútbol no paraba. Mal día para las defensas puesto que el Atlético venía enrachado del derbi y los alemanes encadenaban dos duelos consecutivos con 17 goles en total. Uno se saldó con victoria y otro con derrota pero, como dice su técnico, Dino Toppmöller: "Prefiero ganar 5-4 que 1-0". Sin importar los riesgos que corre. Y lo cierto es que los alemanes jugaban sin red. Venían como líderes de la Champions al Metropolitano tras golear al Galatasaray y concedían múltiples ocasiones a la espalda de sus defensas. Raspadori, Giuliano y Griezmann encontraron verdaderas autopistas por carriles centrales, falto efectividad para haber convertido al menos una de esas.
A un toque y muchos espacios
No obstante, el equipo seguía a lo suyo. Con la confianza por las nubes tras las dos victorias consecutivas, el balón se movía rápido y a un toque y eso generaba espacios tanto en jugadas en transición como en estático. Especialmente bella fue una que mandó Julián por encima del marco de Santos, quizás le sobró un toque al argentino. La pegó de primeras en otra buena combinación, pero su fusilamiento fue al muñeco. Raro ese doble fallo en un jugador que ha metido cinco goles en los dos últimos encuentros.
En cada error de cara a puerta es inevitable que la vista se vaya al banquillo del Atlético, pero allí no estaba Simeone agarrándose la cabeza sino Nelson Vivas, su segundo. El argentino debía pagar con un partido su extemporánea reacción a las provocaciones de un aficionado en Liverpool. El equipo, no obstante, seguía con las palabras de su técnico dentro: "Nadie se acuerda del ayer, vale el ahora". Pero seguro que, desde el palco que veía el encuentro, estaría también lamentándose de los fallos de su equipo. Es un topicazo el de que quien perdona, lo paga.
No obstante, la tranquilidad la alcanzó pasada la media hora y tras un córner. Pese a la altura alemana, un saque de esquina de Griezmann se paseó por todo el área del Eintracht hasta que Le Normand, otro que está en racha, metió la pelota en la cazuela.
El remate de Griezmann que valió el 3-1 ante el Eintracht.AFP
Estaba la parroquia esperando al turco Can Uzun, pero el bisoño jugador del Eintracht se perdió en la maraña que tenían entre líneas los rojiblancos, cerrando los pasillos interiores y concediendo las alas para forzar ataques por fuera. Venía con seis goles y cuatro asistencias en siete partidos, números de fichaje caro el próximo mercado estival.
Y cuando moría la primera parte, solo en banda izquierda, con un balón que inicialmente no representaba ningún peligro, Julián decidió tirarse al área rival, romper la cintura del ortopédico Collins y ceder el 200 a Griezmann. Es una locura meter dos centenares de goles en un club y más, ser el primero y el único en su historia. Eso es el francés.
Sin freno
La segunda mitad se notó que el Atlético salió a contemporizar y a estos alemanes ir tres abajo les da igual porque no van a cambiar su estilo de juego. Empujaron y empujaron hasta que a los 10 minutos, en un balón largo, Knauf cedió a Burkardt, que no perdonó. Era noche de baile y en las piernas de los rojiblancos estaba el no convertirse en una de terror. Pudo paliarlo Griezmann pronto, pero el taconazo con el que le dejó sólo Giuliano no pudo aprovecharlo porque el balón le pegó en la mano al francés. VAR y gol anulado.
El falso tanto despertó al Atlético y lo conectó de nuevo al partido. Tanto que el argentino encontró el gol tras un córner. Giuliano, con la picardía de su padre, atacó el centro de Julián al primer palo y diez minutos después sería el otro argentino el que hiciera por fin su gol tan buscado. Fue de penalti con una panenka con suspense.
El quinto silenció por fin a la tropa alemana que, por momentos, sonaba más fuerte que el público rojiblanco. La fiesta estaba en otro sitio y ellos, casi 4.000, no estaban invitados. El Atlético concluye esta racha de partidos con muchos más puntos de los que, quizás, esperaba. El equipo ha roto, que toquen las trompetas.