El ex futbolista, que ha fallecido a los 83 años, ganó la Sexta Copa de Europa del club blanco en 1966.
Amancio Amaro.Real Madrid
Amancio Amaro, leyenda del Real Madrid y presidente de honor de la entidad, ha fallecido a los 83 años, según ha informado el club blanco.
El jugador llegó al Real Madrid en 1962 procedente del Deportivo de La Coruña, y defendió la camiseta del club durante 14 temporadas, hasta 1976.
Junto a Paco Gento, Amancio lideró el Real Madrid posterior al de las cinco Copas de Europa consecutivas. En 1966 ganó la Sexta Copa de Europa del Real Madrid en el estadio Heysel de Bruselas, en una final histórica en la que marcó el primer gol del equipo para vencer al Partizán de Belgrado.
Además de la Copa de Europa de 1966, Amancio ganó 9 Ligas y 3 Copas de España con el Real Madrid. Como madridista jugó 471 partidos, marcó 155 goles y fue máximo goleador de la Liga en dos ocasiones.
Fue 42 veces internacional y ganó con la selección española su primera Eurocopa en 1964 en el estadio Santiago Bernabéu.
En el origen de la Quinta
Como entrenador, Amancio logró la gran gesta de ganar el campeonato de Segunda División con el Castilla en 1984, el único equipo filial de un club de fútbol español que lo ha conseguido hasta la fecha. Con Amancio como entrenador se fraguó una de las generaciones de canteranos más importantes de nuestra historia: la Quinta del Buitre.
En el comunicado del Real Madrid, manda sus condolencias y su cariño a su esposa Consuelo, a sus hijos Óscar, Belén, Amancio, Patricia, Marcos y Claudia, a su hermano Juan Carlos, a sus nietos y a todos sus familiares, compañeros y seres queridos.
«Gioco, Federer», cantó el juez de silla español Nacho Forcadell en el Masters 1000 de Roma de 2020 y nada extrañaría si no fuera porque el suizo no estaba en la pista; jugaba Novak Djokovic contra Dominik Koepfer. Nadie entre el público del Foro Itálico se percató, si acaso se aceptó como un despiste, pero en redes se viralizó. Los fans de Federer le aplaudieron, los seguidores de Djokovic se cabrearon y, entre el alboroto, una certeza: ser árbitro es duro, incluso en el tenis.
«Somos seres humanos y nos equivocamos. En aquel caso no afectaba al resultado, pero me sirvió para ver que ahora cualquier error se puede hacer destacar. Ya nada pasa desapercibido, siempre hay alguien atento», explica en conversación con EL MUNDO en Madrid antes de hacer las maletas de nuevo para dirigir partidos las próximas semanas en Buenos Aires, Acapulco o Indian Wells.
«Lo más difícil de nuestro trabajo es mantener la concentración. Hay partidos muy largos y nunca sabes cuándo va a pasar algo y vas tener que tomar una decisión importante. La mayoría de veces, si cometemos algún error es por falta de concentración», acepta Forcadell que a los 35 años ya está entre los jueces de élite de la ATP. Ha arbitrado en los cuatro Grand Slam, en la Copa Davis o en los Juegos Olímpicos. En el último Open de Australia, por ejemplo, tuvo que aguantar las quejas de Alexander Zverev en cuartos: una pluma de pájaro cayó sobre la pista, Forcadell mandó parar y al alemán no le pareció bien.
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"Quería ser árbitro de fútbol"
¿Cómo empezó?
De pequeño jugaba al tenis en el Club de Tenis Barcino junto a mis hermanas, pero era muy malo. No era un apasionado del tenis, yo realmente quería ser árbitro de fútbol. Pero un día en el club vi a Enric Molina [juez de silla entre 1997 a 2014], le pregunté y me explicó en qué consistía su trabajo. Me gustó mucho, sobre todo la idea de viajar. Y a los 16 me metí a juez de línea y, más tarde, de silla. Cuando acabé la universidad ya arbitraba partidos por el mundo así que nunca he tenido otro trabajo.
En 2019 tuvo una discusión con Federer, que ya es difícil. ¿Cuesta más dirigir un partido con alguien que ha ganado 20 Grand Slam?
En principio, no. Tomas una decisión, el jugador la protesta y le tienes que dar una explicación, sea el número uno del mundo o el número 300. Pero tampoco te voy a mentir. Aquel era el segundo partido de Federer que arbitraba y me puse más nervioso de lo que me pondría ahora. Como es normal, la experiencia te ayuda a mantener la calma en estas situaciones.
Antes de cumplir los 30 años, Forcadell arbitró una final grande, la del Torneo Conde de Godó de 2019 entre Dominic Thiem y Daniil Medvedev y desde 2020 es uno de los 7 jueces de silla que componen el equipo de ATP. De hecho, con un máster en Administración de Empresas, en los últimos meses se encarga de la gestión de los árbitros: organiza los calendarios, informa al resto de cambios de reglamento... «Tenemos libertad a la hora de escoger los torneos, aunque siempre hay que equilibrar, que haya jueces con experiencia en todos los eventos. No diría que tengo torneos favoritos, aunque el Godó es especial, también el Mutua», comenta.
"Se vive bien"
Según varias fuentes, los jueces de silla de la ATP tienen un salario de entre 70.000 y 80.000 dólares anuales. Un buen sueldo, aunque lejos de los 145.000 euros más extras que reciben los árbitros de la Liga, por ejemplo. «Se vive bien, aunque nuestro sueldo no es comparable con otros deportes de élite y tu calidad de vida depende del lugar dónde vivas. Ser juez es vocacional, lo haces porque te gusta, sobre todo al principio. Cuando empiezas te tienes que costear tú los viajes a los sitios para poder arbitrar», expone Forcadell.
¿Qué diferencia un partido bien arbitrado de uno malo?
Es subjetivo. Puedo pensar que lo he hecho muy bien, pero quizá un jugador no lo crea así. Nuestro trabajo es pasar desapercibidos. Pero siempre puede haber alguna queja, algún conflicto, y debemos resolverlo.
Ojo de halcón, video review... ¿Existirá un tenis sin jueces de silla?
Siempre hará falta una figura humana. Es como pilotar un avión: la tecnología se ocupa de mucho, pero debe haber una persona a los mandos. Con el arbitraje pasa lo mismo. Las máquinas nos ayudan y nos debemos adaptar, pero en un partido pueden ocurrir muchas cosas.
Roland Garros
JAVIER MARTÍNEZ
Enviado especial
@JavierMartnez5
París
Actualizado Lunes,
5
junio
2023
-
15:13La brasileña venció 6-7 (3), 6-3 y 7-5, en tres horas...
En el Clásico entre el Real Madrid y el Barcelona, que se saldó con victoria azulgrana por cero goles a cuatro, se vivió una vergonzosa situación racista que tuvo como protagonista a Lamine Yamal. El futbolista de 17 años, clave en la última Eurocopa conquistada por la selección española y autor de uno de los goles del cuadro culé, recibió varios insultos racistas cuando se acercó a una de las esquinas del Bernabéu.
Los primeros insultos se escucharon en el 0-3 anotado por Yamal. El jugador celebró el tanto en una de las esquinas del estadio y desde la grada se podían entender con claridad insultos como "menas de mierda", "puto negro" o "putos moros".
Minutos más tarde, cuando Yamal se acercó a esa misma esquina a sacar un córner junto a Raphinha, varios aficionados les insultan diciendo "puto moro", "a vender pañuelos al semáforo".
Después, tras el cuarto gol anotado por Raphinha, cuando el brasileño se abraza con Yamal se vuelve a escuchar "menas de mierda".
Todos los insultos captados en los vídeos que circulan en redes sociales procedieron de la misma zona, de la misma grada y casi de las mismas voces, por lo que no debería ser muy complicado identificar a los autores.
El Madrid no ha tardado en salir al paso de los insultos y ha anunciado en un comunicado que ha abierto una investigación para "localizar e identificar" a "unos pocos aficionados" que insultaron a Yamal, con el fin de "adoptar las medidas disciplinarias y judiciales pertinentes".
"El Real Madrid condena de manera rotunda cualquier tipo de comportamiento que implique racismo, xenofobia o violencia en el fútbol y en el deporte, y lamenta profundamente los insultos que unos pocos aficionados profirieron anoche en uno de los córners del estadio", informó el club en su página web.
En el comunicado publicado este domingo, el Real Madrid califica como "lamentables y deleznables" los insultos vertidos en el Santiago Bernabéu.
LaLiga lo denunciará
LaLiga ha anunciado hoy que denunciará "de forma inmediata" los insultos y gestos racistas recibidos por los jugadores del Barcelona "ante la Sección de Odio de la Brigada de Información de la Policía Nacional", detalla la organización en un comunicado. "Informando de ello al Fiscal de Sala Coordinador de la Unidad de Delitos de Odio y Discriminación de la Fiscalía General del Estado", añade.