“Contestaré a todo, sin censura”. Así presentaba Luis Rubiales su entrevista en El Chiringuito en una promo que el programa vendía como “la primera entrevista tras la sentencia del caso del beso”, que él mismo recuerda que “está recurrida”. El ex presidente de la Real Federación Española añadía en su primera declaración: “Pensamos que es injusta”.
Rubiales ha admitido su error, pero cree que la respuesta que recibió de la sociedad fue exagerada. “En primer lugar tengo que decir que fue desacertado tuve que ser más presidencial pero de ahí a todo lo que se ha montado…”, ha apuntado y posteriormente ha añadido, “es más de lo que merecía”.
La Audiencia Nacional dictaminó en primera y en segunda instancia que el beso no consentido de Rubiales a la futbolista Jenni Hermoso había sido una agresión sexual merecedora de una condena de 18 meses de multa, un total de 10.800 euros. No obstante, se le absolvió del delito de coacciones al igual que a Albert Luque, Rubén Rivera y Jorge Vilda.
También mantuvo la prohibición de que Rubiales se acerque a Hermoso en un radio de 200 metros y comunicarse con ella durante un año, así como la indemnización de 3.000 euros con intereses que deberá abonar a la futbolista por los daños morales causados, además del pago de la mitad de las costas.
“Pido perdón, pedí perdón y lo vuelvo a hacer, como presidente tuve que mantenerme más frío y presidencial”, ha insistido el mandatario a lo largo de la entrevista, pero ha asegurado que él “pidió permiso y ella dijo: ‘vale'”. “Una persona de 33 años no ha tenido un cambio de opinión sino un cambio de versión de manera interesada”, ha lanzado el expresidente sobre Hermoso de la que dice que era amiga suya y que le ayudó a reconstruir el equipo tras el motín de las 15 y que sólo ella y él saben lo que realmente ocurrió. “No le puedo pedir perdón a Jenni Hermoso“, ha insistido.
A Rubiales le han mostrado todos los vídeos de la fiesta posterior a la obtención del título mundial de la Copa del Mundo de Australia y Nueva Zelanda de 2023. En ellos se veía a Jenni festejar por sus compañeras. “No digo que la manipularon, lo que vi fue un movimiento inminente e inmediato de la extrema izquierda de este país”, ha apuntado el ex dirigente sobre el cambio de opinión. Y ha mantenido que él habría obrado igual si el protagonista fuera Dani Carvajal. “Ese beso, que lo intenté con Jorge (Vilda) y él apartó la cara, era todo menos de carácter sexual”, ha comentado.
Ese viraje el ex mandatario lo achaca a una “cortina de humo” del Gobierno de Pedro Sánchez, del que también le mostraron sus palabras y su frío saludo, para desviar la atención del tema de la amnistía por el 1-O en Cataluña. “Probablemente Irene Montero se aprendió el nombre de Jenni ese día”, ha ironizado.
Otro de los nombres que Rubiales ha puesto sobre la mesa fue el de Javier Tebas, presidente de LaLiga, del que dice que sacó el título de su libro: ‘Matar a Rubiales’, que presenta el próximo jueves. Ha asegurado que el cabecilla de la patronal buscaba pruebas para cortar su cabeza al frente de la RFEF. “Es más fácil tener a un presidente como Rafael Louzán que dice a todo que sí, es como la rendición de Breda pero a Tebas“, ha esgrimido. De hecho ha llamado a Louzán la “muleta” del dirigente de la patronal.
Casos de corrupción
El ex futbolista también se ha defendido de las acusaciones de corrupción que le han hecho en múltiples ocasiones, dice haber ganado “más de 100 demandas”. “Nunca he pegado una mordida, jamás, incluso he evitado que uno de la federación lo hiciera”, ha revelado. Ha asegurado que también se hará triunfal de la que le mantiene imputado en el juzgado número 4 de Majadahonda por el caso Supercopa.
El ex presidente de la RFEF se ha mostrado decepcionado con el comportamiento de algunas personas en el ente federativo. “He aprendido que hay gente que está siempre y que hay otros que pegan la espantada”, ha apuntado. Ha mencionado expresamente a Luis De la Fuente del que ha dicho que “hay que medirle como seleccionador, pero de manera personal yo habría actuado de otra manera”. No obstante, también ha revelado que le llamó cuando falleció su hermano porque es una persona “empática”.
No ha querido olvidar Luis Rubiales la candidatura del Mundial 2030, de la que dice que fue idea suya en un palco junto al presidente de la Federación Portuguesa de Fútbol y que costó muchos “vaivenes sacarla adelante”. Eso sí, se ha mostrado tajante respecto a la celebración del último partido de la Copa del Mundo. “Conmigo no se hubiera planteado la posibilidad de que la final fuera en Marruecos”, ha explicado sobre la relación que ha dicho que mantiene con el que fue su homólogo marroquí.
En varias ocasiones, Rubiales ha mostrado el libro que ha ido a presentar al programa televisivo, Matar a Rubiales. Dice que lo escribió no para justificarse por el beso a Jenni sino porque mucha gente le condena por unas teóricas sospechas que él considera infundadas y que quiere arrojar luz sobre su etapa en la Federación.






