Algunos estadios de las ciudades de Isfahán, Kermán (centro) y Ahvaz (oeste) están “listos” para acoger a mujeres
Protesta de mujeres iraníes en Londres.ISABEL INFANTES | AFP
Las mujeres iraníes podrán asistir a los partidos de fútbol masculino tras un veto de 40 años, anunció este domingo el presidente de la Federación iraní de fútbol.
“Una de las características principales de esta temporada (…) es que las mujeres podrán entrar en los estadios”, declaró Mehdi Taj durante una ceremonia de sorteo de partidos, retransmitida en directo.
El campeonato masculino, en el cual participan 16 equipos, debe empezar en agosto.
Para saber más
La República Islámica prohíbe desde hace más de 40 años el acceso de las mujeres a los partidos de fútbol masculino, con algunas excepciones.
Los religiosos, que juegan un papel clave en las decisiones que se toman en Irán, consideran que las mujeres deben evitar estar en un entorno masculino y ver a hombres en ropa deportiva, con pantalones cortos.
Taj precisó que algunos estadios de las ciudades de Isfahán, Kermán (centro) y Ahvaz (oeste) están “listos” para acoger a mujeres durante los partidos. No citó ningún estadio en Teherán, la capital del país.
EL MUNDO
En agosto de 2022, las mujeres fueron autorizadas de manera excepcional a asistir a un partido del campeonato de fútbol en Teherán.
Y en octubre de 2019, cerca de 4.000 mujeres iraníes pudieron asistir al partido de clasificación de Irán para el Mundial de 2022 contra Camboya en el estadio Azadi de Teherán, por primera vez desde la Revolución de 1979.
Irán se ha enfrentado a una creciente presión para permitir la entrada de mujeres a los partidos tras la muerte en 2019 de la aficionada Sahar Khodayari, que se inmoló por miedo a ser encarcelada tras intentar asistir a un partido disfrazada de hombre.
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Caminan chavales muy concentrados y muy cargados de raquetas por el recinto de Roland Garros y podría ser fans de Carlos Alcaraz o Jannik Sinner, de hecho, es posible que lo sean, pero no están aquí para pedir selfies o autógrafos: están aquí para ganar. Con los españoles eliminados de entrada y el japonés Rei Sakamoto y la eslovaca Renata Jamrichova como favoritos, ya ha empezado el torneo junior, para menores de 18 años. Y al campeón se le abrirá el horizonte. Contratos con sponsors, atención mediática, en definitiva, una carrera profesional asegurada. O... no.
En el pasado ganaron Andrés Gimeno, John Newcombe, John McEnroe, Ivan Lendl, Mats Wilander o, más recientemente, Guillermo Coria, Richard Gasquet, Stan Wawrinka, Andrey Rublev o Holger Rune, pero también tenistas desconocidos para el público. El último campeón español, por ejemplo, fue Carlos Cuadrado, en 2001. Muchos de esos chavales que caminan muy concentrados y muy cargados de raquetas no lo saben, pero Cuadrado los observa desde las gradas de las pistas pequeñas del recinto francés y piensa en las promesas que finalmente no se cumplen.
¿Qué pasó?
Cuando gané, creía que iba a ser tenista profesional, seguro, no tenía ninguna duda. Con esa inercia de ganar Roland Garros, a los 18 años me puse el 240 del mundo, tenía una confianza brutal, pero me lesioné de la rodilla y, después de la cadera. Cada vez que volvía a la pista me sentía bien, rápido, potente, pero después de la cuarta operación ya no me recuperé. Sentía mucho dolor, me costaba entrenar. Tenía 25 años y tuve que dejarlo. Estaba enfadado, triste, decepcionado y me fui a Australia para intentar hacer las paces conmigo mismo, para estar solo, para reflexionar.
Lo que hizo después, en Australia y otros lugares, muchos otros lugares, merece ser narrado, pero antes apunten unos números de su carrera. Como profesional jugó ocho partidos, cuatro victorias y cuatro derrotas, y sumó 83.000 dólares en premios. Ganó a David Ferrer o al argentino Juan Mónaco, pudo haber sido otro especialista en tierra batida, pero no lo fue. "Me alejé del tenis y de todos los de mi generación. Me dolía verles jugar. Soy de la generación de Ferrer, Verdasco, Robledo... El único que no siguió el camino fui yo. Todos teníamos talento, trabajábamos duro, teníamos distintas habilidades y el que me quedé fui yo", explica a EL MUNDO en París.
A Australia y al mar
Pese a querer alejarse del tenis, para seguir subsistiendo se puso a entrenar, primero a Daniela Hantuchova, Svetlana Kuznetsova y Anastasia Pavlyuchenkova, y luego a los jóvenes de la Federación Australiana de Tenis (Tennis Australia), pero en 2017 se dio cuenta de que necesitaba espacio y se marchó a navegar. ¿Un rato a navegar? ¿Un día a navegar? ¿Un mes a navegar? No, cinco años navegando. Toda una vuelta al mundo.
¿Qué le empujó a echarse al mar?
Creo que el vacío que me dejó el tenis. Nunca supe cuáles eran mis límites. ¿A dónde habría sido capaz de llegar sin lesiones? Así que necesitaba ponerme a prueba. Quería retarme a mí mismo y, después, con el paso de los meses me calmé. No encontré un desafío, encontré paz. Hice las paces con todo, con mi carrera deportiva, con mi vida
"Me persiguieron unos piratas"
Antes de la pandemia, Cuadrado compaginaba los viajes con su trabajo como coordinador de los torneos del Rafa Nadal Tour en Australia, pero cuando se suspendió todo el tenis tuvo que ingeniárselas para seguir financiando su aventura. En Tailandia trabajó de capitán de barcos, en Sudáfrica practicaba pesca submarina y vivía del intercambio, en el Caribe estuvo en un astillero e incluso en la Polinesia francesa el tenis volvió a buscarle: al descubrir su carrera le contrataron como director técnico. "Pasé la pandemia en la isla de Santa Elena, en medio del Atlántico, me persiguieron unos piratas y casi consiguen abordar el barco, sufrí tormentas en alta mar... Tengo muchas anécdotas, estoy escribiendo un libro", desvela quien dos años atrás ya decidió volver a asentarse en tierra firme.
Ahora, como parte de Tennis Australia, trabaja como representante de tenistas como Thanasi Kokkinakis o Alexei Popyrin y ayuda a los jóvenes 'aussies' del torneo junior que él mismo ganó. "Tengo 40 años, he madurado. Tengo aquel Roland Garros como un recuerdo bonito, vengo aquí y me siento bien", proclama mientras observa a los chavales desde las gradas de las pistas pequeñas del recinto francés y piensa en las promesas que finalmente no se cumplen.
Un hashtag en la red social X, antes Twitter, ha encendido las alarmas en torno al derbi madrileño que este domingo enfrenta al Atlético de Madrid con el Real Madrid, con Vinicius, de nuevo, como protagonista. #MetropolitanoconMascarilla se convirtió hace unos días en trending topic y su origen resultó tan difuso como preocupante respecto a la acción que pretendían los supuestos seguidores de esta iniciativa.
Se habló de que fuera un medio de protesta contra el trato que reciben los aficionados rojiblancos de la prensa, también de las diferencias arbitrales entre los colchoneros y otros equipos como el Real Madrid y, por último, y más preocupante, como método para poder insultar a los jugadores blancos, especialmente al brasileño, sin que se pueda identificar o recoger la sustancia del improperio.
Esta última posibilidad, con la lacra del racismo sobrevolando el entorno virtual, se dedujo de varios posts en redes sociales en los que, por ejemplo, se podía ver a dos personas con la camiseta del Atlético y mascarilla con dos fotos de simios a los lados. Publicación ya eliminada. O de otra de un seguidor anónimo en la que se leía: "El domingo no queda otra, quieren su circo, que ellos pongan los monos y payasos..."
Dispositivo "algo más" fuerte
Desde el Atlético recuerdan que "son muy respetuosos con todos los rivales y practican tolerancia cero con cualquier manifestación violenta o racista". De hecho, en el último incidente xenófobo ocurrido en el Metropolitano, cuya víctima fue Nico Williams, el club identificó inmediatamente y sancionó de manera provisional, hasta que haya sentencia firme, al seguidor que protagonizó los insultos. Y esta presunta campaña la consideran fruto de un impulso de unos pocos seguidores que no representan a la hinchada colchonera.
Sin embargo, los diferentes organismos encargados de supervisar el normal desarrollo del evento deportivo que se producirá el domingo a las 21:00 horas en el Metropolitano sí consideran necesaria una vigilancia extra a la hora de controlar lo que pueda ocurrir tanto dentro como fuera del terreno de juego.
Ya desde los momentos previos, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado dispondrán de un dispositivo "con algo más de fuerza" respecto a otros derbis madrileños. Se habla de la posibilidad de incrementar las unidades de intervención policial (UIP), así como desplegar mayores patrullas de información para identificar y actuar con más presteza si se produce cualquier tipo de delito, pero especialmente uno de odio.
Nico Williams se señala su color de piel en el Metropolitano.MariscalEFE
Desde estos organismos son conscientes de que Vinicius es la víctima habitual de este tipo de agresores verbales. Además de por su color de piel, también porque es un jugador muy poco querido en las hinchadas rivales. Y la preocupación de estas unidades es que uno o varios individuos aprovechen la masa para ocultarse y poder perpetrar insultos racistas contra él.
Dentro del estadio, LaLiga también ha aumentado su dispositivo habitual respecto a los derbis. El máximo organismo del fútbol profesional español es consciente de la trascendencia de este partido. De hecho, en el penúltimo, que se retransmitió en abierto al ser la Copa del Rey, se conectaron más de nueve millones de espectadores en algún momento.
Por su parte, la Real Federación Española de Fútbol también se mantendrá pendiente del tema de las mascarillas a petición de LaLiga, pero asegura que la vigilancia arbitral respecto a los insultos racistas será la misma que se realiza en todos los partidos de LaLiga EA Sports. El colegiado designado para juzgar la contienda es el balear Mateo Busquets Ferrer y en el VAR estará Javier Iglesias Villanueva.
Nuevo gesto del árbitro
Hay que recordar que el árbitro dispone de un protocolo contra este tipo de manifestaciones racistas que le permite suspender el encuentro. En un primer momento de modo temporal hasta que remitan los incidentes tras un anuncio por megafonía, y posteriormente puede hacerlo de manera definitiva si eso no ocurre. La novedad de este curso es el gesto para hacerlo que es cruzando los brazos por delante del pecho.
Estadio Metropolitano.EFE
El otro actor, el Real Madrid, no ha querido dar ninguna trascendencia extradeportiva a este derbi más que a los anteriores. Desde el club blanco, creen que el tema de las mascarillas es una minoría y que, pese a la polémica suscitada, el presidente, Florentino Pérez, acudirá con total normalidad a la comida de directivas que se producirá en un conocido restaurante próximo al Santiago Bernabéu. Pérez, en cambio, no acudió a la de un Clásico con la del Barcelona cuando el ambiente entre ambos clubes estaba enrarecido por el caso Negreira.
A nivel futbolístico, los dos clubes llegan tras haber ganado sus últimos duelos con sufrimiento. Si los blancos casi desperdician un tres a cero frente al Alavés en los últimos 10 minutos, los rojiblancos, gracias al despertar de Julián Álvarez, consiguieron sacar los tres puntos en el último minuto en Balaídos. El domingo, para los organizadores, la preocupación, por desgracia, no estará en el césped sino en los aledaños y en las gradas del estadio.