La Vuelta Ciclista a España de 2026 tendrá su inicio en Mónaco. Así lo ha comunicado la organización al hacer público un acuerdo con el Secretario de Estado Pierre Dartout y Yan Le Monner, responsable de Amaury Sport Organization, encargada de eventos deportivos. También ha asistido al acto el Príncipe Alberto II.
Con esta firma, la 81ª edición de la competición iniciará por quinta vez su recorrido fuera de España. Este hecho solo había ocurrido en Lisboa 1997, Assen (Países Bajos) en 2009, Nimes (Francia) en 2017 y Utrecht en 2022.
Este año 2024, La Vuelta también saldrá fuera de nuestras fronteras hacia las ciudades de Lisboa, Oeiras y Cascais.
El Principado cuenta además con experiencia en la organización de este tipo de eventos y competiciones, pues ya acogió la Grand Départ del Tour de Francia en 2009 y también será partícipe en la salida de la contrarreloj final que unirá Mónaco y Niza.
La etapa entre Muret y Carcassone fue un buen síntoma de la frustración permanente del ciclismo español, del querer y no poder del que otrora era la envidia del resto, ahora relegado a las migajas. Carlos Rodríguez no pudo intentarlo con más ahínco y ambición en la fuga del día. Fue protagonista total, sumando su esfuerzo al de la jornada anterior camino de Superbagnères (donde ganó su compañero Thymen Arensman), pero cada vez que había una selección, el granadino perdía comba.
Algo parecido a Iván Romeo, "etapa marcada", sacrificio suyo y de todo el Movistar que acabó en las lágrimas del prometedor ciclista en meta, en la escapada pero lejos de la victoria. "Era un día para mí, pero fui siempre a contrapié. Terminar el 14º no es lo que quería. Tengo mucha rabia dentro porque había piernas para estar más adelante", se sinceró.
Rodríguez finalmente sacó un buen pellizco de ventaja para la general (« no era lo principal»), en la que ascendió a la novena plaza. Las migajas. No quebró ninguna de las maldiciones que persiguen a los nacionales en el Tour. Precisamente él fue el último en alzar los brazos, 42 etapas atrás, brillante en Morzine 2023, donde hizo lo que casi nadie, sorprender a Pogacar y Vingegaard. Ese mismo año, días antes, Pello Bilbao había roto una racha que había puesto alarmantemente el contador de la sequía en 100. Otro dato para reflexionar: España no se queda sin al menos un top cinco en las primeras 15 etapas desde 1980. Para encontrar otro caso similar, hay que remontarse a 1950.
Y más. En lo que llevamos de siglo, España sólo se ha quedado una vez sin representación en el top 10 final del Tour. Fue en 2022, cuando Luis León Sánchez sólo pudo ser 13º a casi 50 minutos de Vingegaard.
Rodríguez, que habló de sus «mejores sensaciones» y de «seguir intentándolo», y Enric Mas, son los señalados. Por contrato, por talento y por galones. Ambos amanecieron mirando a la general y ambos han acabado pensando en otra cosa. Una escapada, una etapa que alivie las críticas. Mientras que el del Ineos admite ir a más, el balear, con tres podios de la Vuelta en su palmarés, parece bloqueado mentalmente con el Tour, en el que ya cumple siete participaciones (quinto en 2020 y sexto en 2021). «Cuando vienes a intentar hacer la general y tienes la mala suerte, por llamarlo de alguna manera, de salir de esa clasificación, asimilarlo cuesta un par de días», analiza su director José Joaquín Rojas después de la decepción de las jornadas alpinas. «Es más psicológico que físico, es más mental que otra cosa. Tiene que pasar el duelo. En los Alpes veremos al Enric de siempre», augura.
Carlos Rodríguez, en el Tour.CHRISTOPHE PETIT TESSONEFE
Rojas, que presenció bien de cerca los éxitos de su inseparable Valverde, de Contador y Purito, cuando ganar era norma, es consciente de la presión sobre el ciclismo español. Que no gana un Tour desde 2009 (Contador, el último en vestir de amarillo también), que no pisa un podio desde 2015 (Valverde), pero que tampoco lucha por la Montaña (el último fue Samuel Sánchez, en 2011) o por la Regularidad (Freire en 2008). Rojas se ciñe al Movistar, un equipo que no se lleva una etapa desde Nairo Quintana en Valloire, en 2019. «No nos sentimos presionados. Somos un equipo de la mitad de la tabla para atrás en cuanto a presupuesto y no se pueden hacer muchas maravillas. Cualquiera del UAE estaría en el podio. Nosotros con lo que tenemos estamos satisfechos. Sabemos cuáles son nuestras posibilidades», confiesa.
Esta vez fueron 10 los españoles de inicio, cada uno con diferentes misiones. Por suerte, ninguno ha tenido que retirarse. Marc Soler brilla en su preciada labor de sombra de Pogacar. Los jóvenes Iván Romeo y Pablo Castrillo se divierten (y sufren) en su debut. Ion Izagirre (que también ganó etapa en aquella edición de 2023) y Alex Aranburu, compañeros en el Cofidis, pasan desapercibidos. García Cortina y su espíritu disfrutón cumple en su labor de protección y apunta a jornadas más propicias: «En la tercera semana hay un par de etapas que me gustan y también habrá más fatiga en todo el mundo. Ojalá».
Luego está la pareja del Arkea, dos tipos bajo el radar que están rindiendo. Pues ambos, Cristián Rodríguez y Raúl García Pierna, tienen la misión de proteger a la esperanza francesa, Kevin Vauquelin. El almeriense es el segundo mejor español en la general (19º), espoleado por el fin de su contrato en el equipo galo. «Para mis aspiraciones personales no es el momento. Con la edad y la experiencia que tengo, me gusta más trabajar para un compañero así, que hace buenos resultados. Que por ejemplo, ser el 15 de la general, que podría», confiesa en EL MUNDO quien pronto tuvo que buscarse la vida fuera de España. «Fue lo mejor que pude hacer. En Francia estoy súper bien y no sé si volveré, porque se me valora más. Cuando voy a España siempre me piden más, no me valoran lo que hago. Es un poco raro», protesta.
A su lado, también de rojo Arkea (aunque el año que viene le espera el Movistar), la sonrisa inseparable de García Pierna, estirpe de ciclistas (su padre es Félix García Casas, su hermano Carlos corre en el Caja Rural). El año pasado fue su debut, este vuela con sensaciones estupendas. «Me noto mejorado y tengo más interiorizado el ritmo de carrera», admite, brillante en los Pirineos (12º en Hautacam, 26º en Superbagnères).
«El ciclismo ha subido a niveles estratosféricos con Pogacar, Van der Poel y todos estos genios. Es una época gloriosa y es súper difícil. Tuvimos la suerte de tener a Contador, a Valverde a Purito. Antes a Indurain, a Perico. Ahora hay jóvenes con talento que no están para ganar el Tour pero sí para hacer cosas grandes. Hay que seguir insistiendo con la cantera», concluye con el análisis Rojas. "Nos toca una época en la que es súper complicado conseguir victorias y luchar por algo, pero a la vez estás compartiendo pelotón con el que quizá sea el mejor de la historia y hay que saber disfrutarlo también", añade García Cortina.
Como si siempre avanzara con el viento a favor, como si el Tour de Francia fuera para él una fiesta permanente. Atrás ya, casi enterrados en el olvido, los desvelos de 2022 y 2023, Tadej Pogacar sólo disfruta. O gana o deja ganar. Camino de Carcassonne, calma antes de la calma del día de descanso y todo lo que vendrá después (Mont Ventoux, Alpes...), el líder se dio el gustazo de comprobar cómo se imponía uno de sus más fieles pretorianos. Tim Wellens, vaya lujo de gregario, aprovechó la jornada de permiso y se llevó un triunfo de poderío. [Narración y clasificaciones]
Hizo la fuga de la fuga, un clasicómano de quilates, experiencia de años y años en el pelotón para no dejar pasar la oportunidad de una vida, su quinto triunfo parcial en una grande, dos en el Giro y dos en la Vuelta (ambas en 2020). Pero no hay nada como el Tour, donde se estrenó en solitario. Y eso que los que acompañaban a Wellens eran tigres como Storer, Campenaerts o Simmons, petrificados todos cuando antes del descenso infinito hacia la medieval Carcassonne el belga se anticipó con uno de esos ataques de no mirar atrás. Llegó con minuto y medio de ventaja.
Campenaerts, otro belga, fue segundo, anticipándose a los perseguidores. Y Carlos Rodríguez e Iván Romeo, que se dio el gustazo de remontar junto a Van Aert, llegaron en el segundo grupo.
Es la victoria 65 ya del UAE Emirates en lo que va de año. Inmisericordes en busca del récord del HTC Columbia de 2009, 85 con los velocistas Greipel y Cavendish.
Tras la tortura del tríptico pirenaico y justo antes del alivio de la jornada de descanso en Montpellier, el Tour afrontaba una nerviosa etapa desde Murat. Que pronto cumplió las expectativas, las de tipos hambrientos en busca de las pocas migajas que deja Tadej Pogacar. En los primeros kilómetros llanos, mientras se sucedían los ataques como si de un avispero agitado se tratara, una caída aumentó más la locura.
Porque en ella estuvo implicado Florian Lipowitz, el joven alemán, ex biatleta, que ha puesto todas sus cartas en el podio de París. Y también se quedó cortado Jonas Vingegaard, entre otros. Pogacar intentó calmar los ánimos, pero Van der Poel quería rock and roll.
Carlos Rodríguez, comandando la escapada del día camino de Carcassonne.CHRISTOPHE PETIT TESSONEFE
Los rezagados lograron volver y de nuevo el tiroteo. Que no iba a cesar hasta que llegaran las tres cotas del día, especialmente la última, el muro de Pas du Sant, tres kilómetros por encima del 10% de desnivel, seguidos de un falso llano tortuoso de asfalto roto. Todo eso a 50 kilómetros de meta.
Troceados en pequeños grupúsculos, hasta 30 escapados lograron sobrevivir a las dos primeras subidas. Y un grupo de siete que luego fue de nueve se anticipó a la jugada. Entre ellos, siempre atentísimo, valiente, con más ganas que fuerza, Carlos Rodríguez. Ellos iban a ser los elegidos, incluso tras volver a saltar por los aires en el muro con el ataque de Storer. Y el latigazo de Wellens antes del larguísimo descenso. Siempre el granadino sufría y perdía comba y finalmente se le marchó la oportunidad. Al menos, la etapa le sirvió para pellizcar terreno en la general, donde asaltó el noveno puesto de Ben Healy, que puso a tirar al Education First cuando la ventaja con el pelotón superó los seis minutos.
Paula Ostiz es inagotable. La ciclista española se proclamó este miércoles campeona júnior en la prueba de contrarreloj en los Europeos que se disputan en los departamentos franceses de Drôme-Ardeche. Con este triunfo, revalidó el título conseguido el pasado año.
La navarra, de 18 años, marcó un registro de 18:38 en un recorrido de 12,2 kilómetros. Con ese tiempo supéro en dos segundos a la alemana Magdalena Leis. El bronce fue para la noruega Oda Aune Gissinger, con 10 segundos más que la española
La ciclista del Movistar consiguió la semana pasada en los Mundiales de Ruanda, disputados en Kigali, una plata en la contrarreloj y oro en la prueba en ruta en categoría júnior.
"iba como demasiado fácil"
"La crono ha ido bastante rápida. Tenía muy buenas sensaciones. Pensaba que igual me costaba recuperar del viaje, pero me he levantado de la cama y veía que tenía buenas piernas. Cuando he salido de la crono, iba como demasiado fácil. No me lo creo. Esto es una locura y al final he llegado a meta y he marcado el mejor tiempo", aseguró la ciclista en declaraciones a la Real Federación Española de Ciclismo, informa Efe.
Ostiz tendrá el reto el próximo viernes de ganar la prueba de fondo júnior del Europeo y hacer el doble tras el oro de hoy y el título mundial conseguido en Kigali.
Por otra parte, en categoría masculina, el español Eñaut Urkaregi quedó en quinta posición en la crontrarreloj júnior, donde logró la victoria el neerlandés Michiel Mouris, seguido del irlandés Conor Murphy y el danés Julius Birkedal. Urkaregi, campeón del mundo en pista en el Mundial júnior celebrado este año, correrá la próxima temporada como profesional con el equipo Lidl-Trek.