La Unidad Central Operativa (UCO) registró el lunes el alojamiento de Luis Rubiales en República Dominicana, dos semanas después de que el Juzgado de Instrucción número 4 de Majadahonda ordenase averiguar su paradero. Según ha podido saber EL MUNDO, los agentes de la Guardia Civil viajaron expresamente a la isla por orden de la juez Delia Rodrigo, que sospechaba que el ex presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) podía esconder información valiosa para su investigación.
Los agentes de la UCO, acompañados de efectivos de las Fuerzas de Seguridad del país caribeño, requisaron a Rubiales su móvil y su tablet. La pasada semana, el ex directivo confirmó que había viajado a República Dominicana por motivos de trabajo. “Estoy más aquí que en España. Estoy intentando generar recursos porque tengo una familia”, aseguró en declaraciones a Europa Press.
Sólo unas horas más tarde, la defensa de Rubiales remitió un escrito al Juzgado de Majadahonda aclarando que su intención era volar de regreso a España el 6 de abril. Se espera que el ex futbolista del Levante ofrezca más explicaciones en una entrevista para laSexta, que será emitida este miércoles (22:30 horas).
Desvío de fondos
Rodrigo investiga los contratos de la RFEF entre 2018 y 2023 y el presunto desvío de fondos a los bolsillos de Rubiales y su socio, Nené. Las presuntas irregularidades se centrarían en los contratos para disputar la Supercopa de España en Arabia Saudí.
La ‘operación Brody’ estalló el 20 de marzo con registros en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, empresas adjudicatarias y los domicilios en Granada de Rubiales y Nené. Dos días más tarde, Rodrigo dejó en libertad a Tomás González Cueto, su asesor jurídico, y Ángel González Segura, el arquitecto relacionado vinculado con Gruconsa, la empresa que realizó obras en el estadio de La Cartuja de Sevilla. Ambos habían sido detenidos por presuntos delitos asociados a la corrupción, la administración desleal y el blanqueo de capitales.
Rubiales, ex vicepresidente de la UEFA, dimitió como presidente de la RFEF el pasado septiembre tras la denuncia de Jennifer Hermoso por el beso que le dio en la boca tras la final del Mundial ganado por España.