La ajedrecista china Lei Tingjie, de 26 años, ha jugado un campeonato del mundo fabuloso. Se adelantó en el marcador al ganar la quinta partida y llevó la iniciativa siempre que tuvo ocasión, pero fue derrotada en la octava. Este sábado ha vuelto a caer en la duodécima y última partida de su duelo contra su compatriota Ju Wenjun, de 32 años. La campeona retiene así la corona e iguala con cuatro victorias a la también china Hou Yifan, todavía número uno del mundo. En la rueda de prensa se confesó “emocionada, pero también aliviada”, porque había evitado lo que ya parecía ineludible: jugárselo todo en las partidas rápidas de desempate. También admitió que había tenido “más suerte”.
Como recompensa añadida, Wenjun se lleva 300.000 dólares de premio, 100.000 más que su rival, que solo cayó cuando la presión se hizo insoportable. Es joven y tendrá tiempo de asaltar de nuevo el objetivo. La campeona también desveló los nombres de quienes habían sido sus ayudantes y entrenadores, un dato que suele guardarse en secreto en las grandes competiciones. Fueron dos grandes maestros de talla mundial, el chino Wei Yi y el indio Pentala Harikrishna.
Conexión chino-india
La conexión entre ambos países asiáticos es elocuente sobre el futuro inmediato del ajedrez mundial. Por primera vez, China domina las dos coronas, la absoluta y la femenina, tras la victoria de Ding Liren contra el ruso Ian Nepomniachtchi. Entretanto, una nueva generación de jóvenes indios, inspirada por el gran campeón Vishy Anand, todavía entre los diez mejores del mundo pese a tener ya 53 años, amenaza con arrasar más pronto que tarde.
El propio Anand resumió muy bien en Twitter cómo se definió el duelo: “Lei Tingjie ha jugado un Mundial impresionante y la partida de hoy no ha sido característica de su juego. Enhorabuena a Ju Wenjun por superar a una feroz rival y seguir siendo campeona del mundo”.
Partida decisiva
En efecto, el duelo entre Ju Wenjun y Lei Tingjie estuvo muy igualado, hasta que en la última partida la aspirante cometió al menos dos serios errores posicionales, después de exhibir un nivel ajedrecístico casi siempre impecable. Para la campeona, que perdonó el primero de los fallos pero fue implacable con el segundo, ha sido la corona mas difícil de conseguir, de las cuatro que acumula.
Tingjie, pese a todo, mostró una amplia sonrisa y una actitud siempre positiva en su comparecencia ante la prensa. “Por fin terminó. Se acabó la presión. Hay muchas cosas por hacer. Para mí es una especie de alivio y estoy deseando relajarme. Me centraré en el futuro y me esforzaré al máximo para jugar bien al ajedrez. Me alegró jugar contra Ju y aprendí mucho”, declaró la subcampeona, que terminó de manera elocuente: “Volveré”.
FEDERICO MARÍN BELLÓN
@FedericoMarin
Actualizado Viernes,
4
agosto
2023
-
15:23Las ajedrecistas han escrito una carta abierta, suscrita por compañeras de profesión...
Gukesh Dommaraju, nacido en Chennai hace 17 años, se convirtió ayer en Toronto en el ganador más joven de la historia del torneo de Candidatos de ajedrez, después de tres semanas de tensión y emociones. El adolescente indio, con una madurez incomprensible, aspira ahora a ser el campeón mundial más precoz que han dado los tableros. Su triunfo le da derecho a retar a Ding Liren, que no ha llevado demasiado bien el peso de la corona. Con los puntos conseguidos en Toronto, Gukesh ya está por delante del gran maestro chino en la clasificación mundial y es incluso favorito para arrebatarle el título a finales de este año.
Llegar a este punto no ha sido fácil. En el torneo de Candidatos hemos vivido catorce jornadas apasionantes y eléctricas, con alternativas espectaculares y ajedrez del bueno. Es cierto que faltaba el número uno del mundo, Magnus Carlsen, pero puede que gracias a su ausencia los otros grandes maestros hayan dado lo mejor de sí mismos en Canadá, sin miedos ni complejos.
Algunos pensaban que a Gukesh podría darle vértigo asomarse a un triunfo tan trascendental, pero aguantó la presión como un veterano. La igualdad en el torneo era tan alta que cuatro jugadores llegaron a la última ronda con opciones de triunfo. Al indio le tocó bailar con Hikaru Nakamura, gran maestro estadounidense y número 3 del mundo, aunque 'streamer' de profesión. Ese desapego al oficio de ajedrecista le ha permitido dar espectáculo y jugar sin red de seguridad, aunque justo en su partida contra Gukesh fue incapaz de romper la que tejió el indio alrededor de sus piezas.
Los otros dos jugadores implicados en la lucha por el triunfo final, el ruso Ian Nepomniachtchi y el también estadounidense Fabiano Caruana, hicieron tablas después de más de cien movimientos, en una partida larguísima en la que el americano estuvo varias veces al borde del triunfo. Es curioso, porque él sí bajó su rendimiento y fue incapaz de rematar el duelo, presa de la responsabilidad. En su defensa cabe decir que algunas de las jugadas ganadoras eran incomprensibles para los humanos y que solo las máquinas eran capaces de descubrirlas en tiempo real. Cuando firmaron el empate, que no le valía a ninguno de los dos, ambos estaban destruidos y perplejos. Al final, el chaval de 17 años se había mantenido por delante de ellos.
Cambio generacional
Con la victoria de Gukesh se certifica una revolución en el ajedrez mundial, protagonizada por media docena de jugadores indios. Desde el dominio de los rusos en décadas pasadas, ningún país había colonizado así el mundo de las 64 casillas.
No es casualidad que en la chaqueta del campeón luzca la publicidad de WACA, academia de ajedrez creada por el pentacampeón mundial Viswanathan Anand. El padre de esta generación de jóvenes prodigios fue el primer ajedrecista de su país en lograr el título de gran maestro. Cuatro décadas después, Vishy sigue en activo y vive con orgullo la explosión que su ejemplo originó: ahora son 64 grandes maestros en su país y la cifra sigue creciendo.
En el Candidatos había cinco representantes indios, entre el torneo absoluto y el femenino, y en el top 15 mundial son cuatro en la lista abierta y dos más en la femenina. Nada más proclamarse campeón, Anand envió un mensaje a Gukesh través de las redes: "Estoy personalmente muy orgulloso de cómo has jugado y manejado las situaciones más duras. Disfruta el momento".
En esa generación de oro, Gukesh Dommaraju parece el elegido para llevar de vuelta la corona al gigante asiático. Si Kasparov fue el hijo del cambio, Gukesh es el nieto de esta transformación brutal del ajedrez, revolucionado por la inteligencia artificial y por unos estilos de juego que rompen algunas de las enseñanzas de los viejos grandes maestros.
La ambición y la capacidad de trabajo de estos muchachos es otro de sus puntos fuertes. Hay vídeos de Gukesh en los que, cuando todavía era un niño, ya dejaba claro que su meta era convertirse "en el mejor jugador del mundo". Hace solo seis años, ganaba en Santiago de Compostela el Campeonato del Mundo sub 12, con gran ventaja sobre sus perseguidores. Ese muchacho no se ha desviado ni un milímetro de su camino hacia la cima y ya no hay nadie que parezca capaz de interponerse.
Podría parecer que, con la proliferación de grandes maestros adolescentes, triunfar a una edad temprana es algo sencillo. Nada más lejos de la verdad; Gukesh es el único menor de edad del top 100, en el que sin embargo hay dos jugadores nacidos en los años sesenta y ocho más en los setenta. Ser demasiado joven todavía es un obstáculo mayor que ser demasiado viejo.
Su posible récord como campeón del mundo más precoz tampoco es despreciable. Kasparov y Carlsen lo lograron con 22 años, Tal y Karpov con 24 y Kramnik con 25. Solo Ponomariov ganó a los 18 años un mundial de la FIDE, en formato de eliminatorias, que pocos consideran un verdadero campeonato del mundo.
Tan Zhongyi, campeona femenina
En Toronto también triunfó la jugadora china Tan Zhongyi, quien volverá a retar a su compatriota Ju Wenju. Tan ya ganó el Mundial en 2017 y lo perdió justo contra la actual campeona, un año más tarde. En el Candidatos femenino quedó primera, por delante de otra china, Lei Tingjie, y de la sorprendente ajedrecista india Vaishali Rameshbabu.
La hermana mayor de Pragg, uno de los participantes que mejor han jugado en el Candidatos, acabó tercera después de dos rachas sorprendentes. Primero perdió cuatro partidas seguidas y luego ganó las cinco últimas rondas, para acabar empatada en la segunda posición con su compatriota Humpy Koneru y con la citada Lei Tingjie. Vaisali y su hermano, con su madre como inagotable testigo, son otros dos nombres a tener muy en cuenta en la revolución india, que ya recuerda Toronto 2024 como el punto de partida de algo muy grande.
En los años sesenta, Bobby Fischer denunció que los rusos actuaban en equipo en los torneos de Candidatos. Solían ser mayoría y no era infrecuente que hicieran tablas entre ellos, para evitar el desgaste. Y si hacía falta, incluso sabían contra quién debían perder para que el gran maestro elegido o el que estuviera más en forma se escapara en la clasificación. Al menos esa era la sospecha del americano, que forzó a la FIDE a cambiar el formato del torneo. Este abandonó el sistema de liga para pasar a las eliminatorias, imposibles de manipular.
Seis décadas más tarde, el Candidatos se juega en Toronto de nuevo como cuando los rusos dominaban el mundo del ajedrez, solo que ahora son los indios los más numerosos. Por lo visto hasta ahora en Toronto, en solo tres días se ha comprobado que, si juegan en equipo, su estrategia es diabólica: quemar todos los tableros en los que juegan, incluso cuando se enfrentan entre ellos, para que sus rivales salgan huyendo.
Ayer, los protagonistas fueron los hermanos Vaishali y Pragg Rameshbabu, de 22 y 18 años. Ya es inédito que un chico y una chica de la misma familia compitan cada a la vez en el Candidatos masculino y en el femenino. Van siempre acompañados por su madre, una de las personas más reconocibles y queridas del circuito. Algo ha hecho bien esa señora, que como mínimo ha inculcado una capacidad asombrosa de esfuerzo y sacrificio a sus hijos, por no hablar del inmenso talento transmitido.
En la segunda jornada del torneo, los dos perdieron, pero en la tercera se presentaron con la misma alegría que siempre. Arriesgaron como solo lo hacen los grandes campeones o quienes no tienen nada que perder. Pragg venció a su compatriota Vidit Santosh Gujrathi, que el día anterior había tumbado al número 3 del mundo, Hikaru Nakamura. Mejor aún es el modo en que lo hizo: jugando una apertura tan agresiva que nadie de la élite se atreve a practicarla. "Después de su derrota, hay que tener pelotas para jugar algo así", comentaba el gran maestro español Miguel Santos en la retransmisión de Chess24 en español.
Su primer logro fue no quedarse perdido; el segundo fue orientarse en una posición diabólica, contra un rival en racha y cargado de moral. Los dos están jugando un ajedrez que aúna valentía y calidad; son un soplo de aire fresco en el ajedrez moderno, que a veces peca de prudente, porque todos son tan buenos que es arriesgado permitirse la menor alegría. Es difícil considerarlos favoritos, al igual que a su compatriota Gukesh, el más joven del torneo con 17 años, porque no tienen tanta experiencia como Caruana, Nepo y Nakamura, ni la prensa de Alireza Firouzja.
En el torneo femenino, Vaishali siguió los pasos de su hermano. La búlgara Salimova planteó la rocosa defensa rusa, pero la joven india llevaba los explosivos preparados. En la jugada 14 sacrificó un caballo que hizo saltar por los aires el enroque negro. La lucha duró 33 movimientos, pero estuvo decidida mucho antes.