La paternidad, un dorsal, trabajo y aislamiento de las redes: Saúl, el retorno del 8

La paternidad, un dorsal, trabajo y aislamiento de las redes: Saúl, el retorno del 8

LaLiga EA Sports 2023 – 2024

Actualizado

El centrocampista ilicitano recupera su mejor versión tras una cesión infructuosa y problemas de salud mental. A día de hoy, con cinco, es el máximo asistente de LaLiga

Saúl junto a Koke en un partido del Atlético de Madrid.Rodrigo JiménezEFE

Hubo un momento crucial en el verano de Saúl Ñíguez (Elche, 1994). Fue en la asignación de dorsales. Antoine Griezmann quiso cambiar su número por el siete, liberado por la marcha de Joao Félix, y dejó libre el ocho. El ocho es el número de Saúl de una u otra manera. Desde que volvió al Atlético de Madrid del Rayo Vallecano en la temporada 2014/15, el canterano ha portado siempre el ocho o dos números que lo sumaran, el 26 o el 17.

Así, recuperado su dorsal, Saúl debía recuperar la versión que había mostrado con ese número a su espalda. Una versión que le hizo indiscutible con Simeone… hasta que dejó de serlo. Hasta que bajó su rendimiento, hasta que el Cholo, por necesidades del guión, le bajó al lateral izquierdo, y eso no acabó de gustarle o de entenderlo.

De fondo, un pequeño bajón psicológico que él mismo reconoció. “No estoy bien mentalmente ni a la hora de competir, pero sobre todo mentalmente”, dijo tras la eliminación en Copa del Rey del Atlético de Madrid ante el Cornellá de Segunda División B a principios de 2021.

Su salida al Chelsea en el verano de ese mismo año por medio de cesión fue una buena noticia para todos. El club liberaba masa salarial para recuperar a Griezmann y el canterano aspiraba a adelantar su posición en el campeón inglés, pero algo seguía sin funcionar y en Londres tampoco rindió. “Sólo dos bestias como Cristiano y Messi se mantienen igual”, dijo recientemente en una rueda de prensa.

Saúl, el niño que salió de Elche para triunfar en el fútbol, deporte en el que también lo intentaron sus hermanos y su padre y no pudieron, al menos no al nivel del pequeño de los Ñíguez. Saúl, el pequeño que sufrió bullying en su breve estancia en la cantera del Real Madrid hasta que un entrenador, José Fernández, se lo llevó consigo a la del Atlético Madrid y el pequeño le dijo, mirándole a los ojos, que “él iba a jugar en Primera”. Saúl, para el que la vida era “todo fútbol, fútbol”, como él mismo reconoció. Ese Saúl, no se encontraba.

Pero entrado el 2021, él y su pareja tuvieron una niña, África, y algo cambió en la cabeza del futbolista. Se olvidó de las redes por donde le llegaban “cosas negativas”, se casó y se centró en su familia. “Me he juntado con mi gente y además he sido padre y eso te da una perspectiva diferente porque la familia es lo importante“, expresó en una comparecencia de prensa.

Rebelión

Así que con “paciencia y tranquilidad”, Saúl decidió “rebelarse” ante el Cholo. Esa palabra que tanto le gusta al entrenador que confió en él y cuyas carreras han crecido en paralelo, la de uno en el banquillo y la del otro en el campo. Se puso a trabajar y a entrenar como una bestia y ya, a finales de la 2022/23, se empezó a ver al Saúl que Simeone sabía que seguía ahí dentro. Titular en los cinco últimos partidos de la temporada pasada y dos goles.

El ilicitano volvió de vacaciones con la misma actitud, sin exigir nada, solo esperando su momento para aprovechar la oportunidad. Sabe que el Cholo no se compromete con nadie y que si un futbolista lo da todo, va a jugar. “Soy muy cabezón, sólo que ahora por suerte estoy ayudando al equipo”, expresaba tras finalizar el partido ante el Cádiz.

Máximo asistente

Ante los amarillos había dado su quinta asistencia del curso, el que más de toda LaLiga EA Sports, para remontar el partido. Además, por el gran número de bajas en el mediocampo del Atlético de Madrid, hasta su suplencia ante la Real Sociedad llevaba cinco partidos seguidos jugando los 90 minutos. “La sensación más linda que tengo es el orgullo de seguir entrenando a jugadores que dan todo ante las dificultades, el esfuerzo del partido tras partido en esta maratón que nos ofrece la Champions y la Liga”, piropeó el Cholo tras el partido contra los donostiarras. Un piropo que encajaba con la redención del ocho.

Este sábado ante el Celta Saúl volverá a sonreír porque se acordará de que “cuando las cosas van mal, matamos a la gente”, pero él supo “gestionarlo para volver a rendir” y ahora se marca un reto: “Estoy ayudando con asistencias, pero estoy deseando abrir mi cuenta goleadora, que es lo que he hecho más durante mi carrera”. Qué colchonero no recuerda su maradoniano gol contra el Bayern en aquellas semifinales de Champions, qué colchonero no recuerda a aquel jugador que alumbró el ocho rojiblanco. Saúl, sí se acuerda.

kpd