La maldición del Qarabag y la confesión más sincera de Simeone: “A mí la Champions me cuesta”

La maldición del Qarabag y la confesión más sincera de Simeone: "A mí la Champions me cuesta"

El Atlético, eliminado

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Por segunda ver en la era del Cholo, el Atlético no pasa de la primera fase. “Pero soy cabeza dura, voy a seguir insistiendo”, desafía el técnico

Simeone, tras el final del partido contra el Leverkusen.Manu FernandezAP

Más de 10 minutos después de que todo se hubiera acabado, de ese absolutamente rocambolesco y cruel desenlace, ahí seguía el Cholo, la mirada perdida, los ojos vidriosos, en mitad del césped del Metropolitano. Otra noche de Champions con dolor, otra desilusión rojiblanca. «A mí la Champions me cuesta, no tengo ninguna duda. Una final la perdimos en penaltis y otra en el 93. Más cerca de los penales no hay nada», se sinceró como nunca en sala de prensa, sólo unos segundos después de confesar sin rubor que, tras aquellos sinsabores contra el Real Madrid, la de ayer era su noche «más dura». «Pero soy cabeza dura. Y voy a seguir insistiendo hasta que tenga la posibilidad en este club», desafío a continuación.

Es la segunda vez en una década de cholismo que el Atlético no avanza a octavos de final, pero lo sucedido esta vez incide en una tendencia negativa y preocupante. «Los números no mienten», se había resignado el Simeone tras el frustrante empate ante el Brujas. Sus cuatro primeros cursos, el amanecer atlético en Champions fue una promesa. En todos, clasificado como primero de grupo. Y a partir de ahí, como un resorte, dos finales (2014 y 2016), unas semifinales (2017) y unos cuartos (2015). Pero, desde entonces, los apuros. «Llevamos temporadas que nos está costando estar en octavos. Allí el equipo compite mejor, en los duelos».

Desde entonces, nunca más el Atlético logró reinar en su grupo, como tampoco lo iba a hacer este curso. Confiaba, sin embargo, en el sprint final, en otra noche mágica en Do Dragao, como la de hace un año. Sin embargo, esta vez ni siquiera acudirá con vida al choque del próximo martes contra el Oporto. Allí se jugará las migajas, que otras veces acabaron en gloria: evitar el fracaso absoluto que sería ni siquiera continuar en la Europa League. Y para ello necesita ganar o, al menos, hacer lo mismo que el Bayer Leverkusen ante el Brujas.

“Merecimos más”

«La Champions no perdona», es otra de las frases recurrentes del Cholo. Desde aquel 2017, nunca más el Atlético consiguió superar los cuartos de final. Como si efecto Simeone se hubiera ido diluyendo, ya los grandes de Europa no padecían ante el rojiblanco como lo hizo el Barça de Messi, el Bayern de Guardiola o el Chelsea de Mourinho en aquellas Champions iniciáticas. Fue la mudanza al Metropolitano, caprichos crueles del destino, con la que todo se empezó a torcer.

En ese punto de inflexión, un nombre como una pesadilla, el Qarabag. El equipo de Azerbayán del que nunca más se supo le robó cuatro puntos a Atlético, que cayó a la Europa League que acabaría levantando en Lyon tras golear al Olympique de Marsella.

Después llegaron cuatro temporadas consecutivas clasificándose como segundo de grupo, cuatro eliminaciones prematuras: Juventus en octavos, Leipzig en cuartos (el año del covid, tras la gesta de Anfield en octavos), Chelsea en octavos y Manchester City en cuartos el curso pasado.

«No estaba dentro de lo que esperábamos, pero es la realidad. Merecimos mucho más en todos los partidos. Hay dos lugares en los que ponerse, en el lugar del victimismo o en el seguir trabajando. Yo estoy por seguir trabajando», dijo sin duda un Simeone visiblemente afectado. Como Jan Oblak, de nuevo héroe con varias paradas que mantuvieron la esperanza, incluso en mitad del enredo de la última jugada que la revisión del VAR llevó hasta el penalti de la fatalidad. «Es una manera muy cruel de caer. En la segunda parte hemos hecho todo para ganar, pero los partidos anteriores no han castigado. No hemos tenido la suerte que hacía falta. No se puede decir más que estoy decepcionado. Es un resultado muy duro», pronunció el portero.

El desenlace insólito del partido también dio lugar a momentos de mucha tensión. Se caviló sobre si debería haber sido Griezmann el encargado de la responsabilidad del lanzamiento final. Bakker tuvo el gesto más feo que un profesional del deporte puede tener, burlándose de muy malas formas de Carrasco tras la parada de Hradecky. Y Xabi Alonso, recibido con pitos por el Metropolitano, fue a pedirle explicaciones al árbitro y se le vio enredado en alguna trifulca con De Paul. «Están haciendo mucho daño este tipo de decisiones tan a la ligera, se está usando demasiado el VAR, hoy nos ha podido perjudicar, no creo que haya sido una decisión correcta», criticó el técnico donostiarra.

kpd