La historia desconocida de Bagnaia, campeón de MotoGP, y su casi retirada del motociclismo

La historia desconocida de Bagnaia, campeón de MotoGP, y su casi retirada del motociclismo

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A finales de 2014, a los 17 años, el casi campeón de MotoGP no tenía ofertas y pensaba en la retirada. La convivencia en el equipo Sky con Romano Fenati, un piloto polémico, le amargó la vida. “Me parecía imposible que un chaval tan rápido se quedara fuera”, explica Gino Borsoi, quien le salvó

Bagnaia, este domingo en Cheste.Biel AliñoEFE

Pecco Bagnaia, campeón de MotoGP. Este domingo requería acabar entre los 14 primeros o que su rival, Fabio Quartararo, no ganase y ocurrieron ambos hechos: fue octavo y el francés, cuarto. Su primer título grande, el momento esperado.

Pecco Bagnaia, a un paso de ser apartado del motociclismo. Lo estuvo hace ocho años, cuando era adolescente y cumplía su segundo año en el Mundial. Un final prematuro para su carrera, otro talento perdido.

La historia, pocas veces explicada, resume su carácter y sus dificultades. El italiano es un tipo serio, sereno, incluso tímido, que ni celebró este domingo en exceso -unos puños al aire, unas lágrimas y ya está- ni se quejó entonces, cuando le hicieron la vida imposible. El líder de Ducati es un piloto salido de la nada, criado lejos de los círculos motociclistas de Italia, prodigio sin escuela antes de que Valentino Rossi creara la suya.

«La historia de Pecco es peculiar. Tuvo muchos problemas en 2014, cuando tenía 17 años. Aquel año corría en Moto3 en el Sky y por varios motivos no le salía nada bien, no iba rápido, no disfrutaba de la moto. Estaba triste, estaba mosqueado. Y lo peor es que no tenía plaza para el año siguiente, iba a quedarse fuera del Mundial. Acababa la temporada y no tenía ningún contrato sobre la mesa. Yo recordaba su talento del Campeonato de España de Velocidad y no podía creérmelo. Hubo que ponerse a trabajar”, rememora Gino Borsoi, ex piloto de 125cc, actual director deportivo del Aspar Team, salvador de Bagnaia.

Los protagonistas no quieren explayarse en los detalles, algunos crudos, pero en aquel 2014 el gran obstáculo para Bagnaia fue su compañero de equipo: Romano Fenati.

SKY TEAM

Aún siendo un crío, al ya campeón de MotoGP le juntaron con un compañero visceral, nervioso, irreflexivo, un piloto capaz de pelearse con su jefe de equipo o de tocar el freno a un rival en plena carrera, en definitiva, con un carácter completamente contrario al suyo. Y aquello pudo con él. Al parecer, hubo discusiones elevadas y el equipo tomó parte por Fenati porque entonces ya optaba al título de Moto3 mientras Bagnaia era sólo un proyecto. Según confesó después, en aquellos días el mismo Bagnaia pensó en dejarlo, en alejarse para siempre del mundo de las dos ruedas. Pero ahí estaba Borsoi para insistir.

«Me parecía imposible que un chaval tan rápido se quedara fuera. No fue fácil, pero le conseguí hacer un hueco. Jorge [Aspar, dueño del Aspar Team] se fío de mi instinto y los dos fuimos a convencer a la marca, a Mahindra, para que hiciera un esfuerzo. Nuestro equipo ya estaba cerrado, ya teníamos a los dos pilotos [Jorge Martín y Juanfran Guevara], pero de cero y a toda prisa conseguimos mecánicos, material y estructura para Pecco. Por suerte no me equivoqué. Y desde entonces, en cada Gran Premio viene a saludarme, a darme las gracias. Es un joven muy amable, muy serio, es un gentleman», explica Borsoi, que en los dos años posteriores, 2015 y 2016, disfrutó de las dos victorias y los cuatro podios de Bagnaia con el Aspar Team. Luego ya lo dejó volar.

El despegue en Moto2

En 2017 el ya campeón de MotoGP regresó al equipo Sky, pero ya en otra categoría, Moto2, con otros jefes y, sobre todo, con otro status. Durante sus dos temporadas con el conjunto de Jorge Aspar, Bagnaia se había convertido en una pieza clave de la nueva VR46 Riders Academy de Valentino Rossi: el primero que llegaba de fuera de la región de Pesaro, el primero que vivió en unos apartamentos que más tarde se convertirían en una especie de Centro de Alto Rendimiento del motociclismo. Bajo el auspicio de Il Dottore, Bagnaia se proclamó campeón de Moto2 en 2018 y su trayectoria tomó vuelo rumbo a MotoGP.

«Con Fenati había tenido sus más y sus menos y por eso se fue en 2014 del equipo Sky de Moto3. Cuando montamos la estructura de Moto2 en 2017 teníamos claro que él sería uno de los pilotos. Siempre tuvo muchísimo talento. Seguía siendo superjoven, callado, algo tímido, pero con un carácter tremendo sobre la moto. El que ahora le ha llevado a estar tan cerca del título de MotoGP. Todo lo que le pasó tiempo atrás le sirvió para madurar, para crecer, para ser quien ahora es», relata Pablo Nieto, responsable del equipo Sky desde 2017 y de la VR46 Riders Academy e impulsor de la carrera de Bagnaia.

Los inicios en España

Pese a que este domingo Rossi dio el primer abrazo a Bagnaia, tanto Pablo Nieto como Aspar estuvieron presentes en la celebración subrayando la cara influencia española del nuevo campeón de MotoGP. Sólo faltaba Emilio Alzamora, su manager de infancia, la tercera pata patria de su ascenso. Porque antes de alcanzar el Mundial, Bagnaia vivió muchos, muchos domingos en España como parte de su formación, alumno de la escuela Monlau entre los 13 y los 15 años, adversario de Álex Márquez y Álex Rins de niñez.

MONLAU

«El padre de Pecco, Pietro, es primo lejano de Umberto Milesi, director de Galfer, una empresa de pastillas de frenos, y éste nos contactó. Entonces Pecco era un chaval de 12 años y en Italia no había nada para formarse. De carácter era como ahora, muy educado, muy tímido, pero cuando se ponía el casco ya era muy decidido. Otros eran más bravos o más pícaros, él siempre fue muy serio, también a la hora de trabajar. Este año ha recogido los frutos», proclama Jaime Serrano, director general de la escuela Monlau.

Pecco Bagnaia, campeón de MotoGP. Aquel niño que viajaba a España para entrenar, aquel adolescente que casi se retira, aquel joven que floreció en Moto2, ya lo ha logrado.

kpd