“Balón de Oro, Alexia, Balón de Oro”. Ese fue el cántico que se escuchó en los minutos finales del duelo ante Bélgica, justo después de que Alexia Putellas marcara un impresionante gol con el exterior para engordar una amplia victoria que colocaba a España con un pie en los cuartos de la Eurocopa. Un pase, ratificado con el posterior 1-1 entre Italia y Portugal, que suponía el único objetivo para la doble ganadora del Balón de Oro. Aunque no pueda evitar que se alabe su brillante momento, que le ha llevado a marcar tres goles, dar dos asistencias y salir elegida como mejor jugadora en los dos partidos. “Pienso rápido y eso es un síntoma de que me encuentro bien”, reconocía.
Esta Eurocopa está mostrando a la mejor Alexia desde su lesión en la rodilla y toda la marejada que se destacó tras el Mundial y que la obligó a ponerse en primer plano, y no en el campo, en numerosas ocasiones. Lidera el grupo dentro y fuera del césped y asume un papel que no pudo ejercer en Inglaterra por la grave lesión, ni en Australia y Nueva Zelanda. Allí su protagonismo fue menor. Sólo fue titular en tres partidos: ante Zambia, y jugó 17 minutos, en la única derrota con Japón (62 minutos) y en semifinales ante Suecia (77 minutos). En el resto partió desde el banquillo. De hecho, en la final, Jorge Vilda recurrió a ella de manera testimonial en el minuto 90 para que disputara el tiempo añadido ante Inglaterra.
Ahora todo es diferente. Alexia quiere llevar a España al título, justo el que a ella le falta en el palmarés y que intenta saborear en el rol que le gusta: el cerebro alineado con Montse Tomé para hacer jugar a la selección. “Da mucho rendimiento a nivel colectivo, entiende el plan. Además, está fluyendo, se está divirtiendo y eso hace que esté dando el nivel que da”, analizaba la seleccionadora.
Su importancia es evidente en un vestuario donde todas se protegen y ponen al equipo por delante de lo individual. Por eso Irene Paredes, también goleadora anoche ante Bélgica, pedía desde la zona mixta que todo el mundo la dejara tranquila. “Me lo ha dicho en la ducha y la respuesta ha sido que esto es un equipo”, confesó tras recibir el segundo MVP. “Todas tenemos nuestro rol. Cómo presiona Esther, cómo eligen tan bien Mariona o Pina, lo de Patri, que es un escándalo”, destacaba con humildad. El momento especial que vive lo desvela la sonrisa con la que acaba los partidos.
Este Barça es historia. Pocas frases pueden definir mejor al equipo de Giráldez que, a pesar de sufrir, ha vuelto a demostrar que está por delante de todos los demás. Aitana hizo la luz donde solo había oscuridad para llevar a su equipo camino a la gloria. Porque sólo las mejores aparecen en las grandes ocasiones.
San Mamés se vistió de gala para la gran final y los dos gigantes del fútbol femenino respondieron. Tanto el Barcelona como el Olympique Lyon saltaron a 'La Catedral' dispuestas a medir sus fuerzas desde el primer minuto. El Lyon, con su fortaleza física y su potencial ofensivo salió dispuesto a impedir que las blaugranas pudieran jugar cómodas y fieles a su estilo.
Un duelo de primeras espadas que, en la primera parte, tuvo claro dominio francés. En el minuto 11, Bronze sacó bajó los palos una volea deRenard, que llegaba después de que el larguero rechazara un envenenado saque de esquina francés. Ocasión que devolvió poco después Patri Guijarro en el 27 al colarse en el área pequeña tras un robo en la frontal, pero la sensación de peligro no abandonaba el área blaugrana.
Hansen era la única que agitaba el avispero y en el 44 tuvo la mejor de la primera mitad con un disparo cruzado desde la derecha. Aitana también intentó un remate desde la media luna en el descuento, pero Gilles, la central, la sacó con el pecho.
BUENAS SENSACIONES
El Barça se marchó al descanso con buenas sensaciones en los últimos minutos, pero muy conscientes de que el partido se iba a hacer muy largo. Con Aitana y Mariona protagonizando el juego, la segunda parte arrancó mucho mejor, pero el Lyon se mantenía seguro atrás y no dejaba de crear peligro en cada jugada a balón parado.
Todo estaba en el aire y Graham Hansen avisaba al contragolpe, pero el partido estaba reservado para ella. Para la Balón de Oro. Un grandísimo pase de Mariona por dentro, dejaba a la catalana en el pico del área y no lo desaprovechó. El disparo cruzado, que tocó en una zaguera francesa, se colaba finalmente en la portería de Endler.
Aitana, durante la celebración de su golTHOMAS COEXAFP
Aitana se besaba el escudo en la celebración haciendo ver a todo el mundo que ya no había vuelta atrás. A partir de ese momento, el Barça hizo suyo el partido y ya no lo soltó.
GRAN PREMIO FINAL
El Lyon tuvo su momentum en los minutos finales con un disparo de Diani desde la frontal y con centros laterales al área, pero todavía faltaba el broche de oro. El soñado por todos los seguidores blaugranas. Alexia, que había saltado al campo en el descuento, metía el segundo en el 96 para derribar cualquier atisbo de prórroga, desatar la locura y poner así fin a una temporada excepcional. Un póker de títulos que marcan una era y que dejan un legado difícil de superar.
"Final soñado" decía Giráldez al finalizar del encuentro. El técnico blaugrana se marchará a Estados Unidos dejando al Barcelona en el mejor lugar posible. Dominante e imbatible en liga, ganador en la Copa, coronado en Supercopa e insaciable en la Champions. Son ya tres, después de las logradas el pasado año y en 2021.
El 15 de octubre del año pasado, en la penosa sala de prensa del Nuevo Arcángel de Córdoba y tras sellar prácticamente su clasificación para los cuartos de final de la Liga de Naciones, Luis de la Fuente, sonriente, dijo esto: «No se trata de estar agrandado, son cosas ciertas. La tierra es redonda, aunque algunos piensan que es plana. No se puede ir contra las cosas ciertas. Estoy muy tranquilo, no estoy agrandado, pero si lo estuviera, me lo habría ganado porque otro, en estas circunstancias, tiraría de carisma. Yo soy humilde y no voy a cambiar. Ahí la dejo, báilala».
Eran tiempos en los que, incluso desde algún sector cercano al poder en la Federación, con Pedro Rocha apartado, se deslizaba que sí, que al seleccionador se le había subido a la cabeza la Eurocopa y que esa reclamación de un mejor contrato se le había ido de las manos. Porque ya en ese momento, octubre del año pasado, De la Fuente demandaba públicamente una renovación que ayer se cerró hasta 2028. Entre ese 15 de octubre y ayer, 27 de enero, han pasado 104 días y no pocas cosas.
Para saber más
De la Fuente, antes de la Eurocopa, había apalabrado su nuevo contrato con Pedro Rocha, el hombre que designó Luis Rubiales para guardarle el sillón mientras Luis Rubiales creyó posible irse para volver. El técnico tenía un contrato de personal de alta dirección desde que fue nombrado seleccionador sub'21, por el que cobraba alrededor de 600.000 euros brutos anuales. Al pasar al primer equipo escaló, aproximadamente, hasta los 800.000. Su acuerdo verbal con Rocha subía a 1,2 millones.
Habiéndole devuelto a España un título internacional de primer nivel, ocurren dos cosas nada más volver de Berlín: De la Fuente entiende que esa cifra debe revisarse, y Rocha ve cómo el martes 16 de julio, apenas dos días después de la final de la Eurocopa, el TAD (Tribunal de Arbitraje Deportivo) le inhabilita durante dos años. Es decir, De la Fuente se queda sin interlocutor válido para cambiar de contrato. Porque él, al margen del dinero, quería tener un contrato como seleccionador nacional. La situación de interinidad en la Federación impide que se firme nada. Nadie, ni la Junta Gestora ni el Secretario General, querían dar ese paso por miedo a seguir el camino de Rocha.
Difícil rehabilitación
De la Fuente, ante sus más allegados, se muestra molesto con su situación, y lo hace público en esa ventana de partidos de octubre, poco después de comenzar a trabajar con su nueva agencia de representación, conocida también por llevarle sus asuntos a Fabián Ruiz o Alexia Putellas (es en ese momento, conviene subrayarlo, cuando una parte de los que mandaban entonces en Las Rozas hablan de «recrecimiento» por su parte).
Solventados los partidos de noviembre y conocido el rival para cuartos en el sorteo, De la Fuente decide afrontar un reto que llevaba aplazando varios meses: el 3 de diciembre entra en el quirófano para operarse de su rodilla, algo que le va a exigir una rehabilitación difícil. Para ella, para la rehabilitación, se queda en Madrid y no falta ni un día a su cita con el gimnasio y con los fisios. Poco después, el 16 de diciembre, Rafael Louzán gana las elecciones a la presidencia y ese mismo día dice que lo primero que hará es llamar a De la Fuente para cerrar la renovación.
Luis de la Fuente.EFE
Pero no fue lo primero que hizo. Tardo varios días en llamarle, algo que tampoco gustó al entrenador, que sin embargo, por supuesto, se sentó con él para cerrar a principios de este mes un acuerdo que llega hasta 2028 y que ronda, si se cumplen todos los objetivos, los dos millones de euros brutos al año, un sueldo, ahora sí, de campeón de Europa. Esos pequeños malestares quiso ignorarlos ayer: «No ha habido discrepancias. Siempre he dicho que estaré en los sitios mientras sea feliz y lo soy. Ha habido sintonía y cercanía en todo momento. Es un momento de alegría para mí, para mi familia y espero que para todo el mundo del fútbol». Lo de la sintonía y la cercanía es discutible, pero eso dijo.
Llama la atención la duración, pues se rompe una regla no escrita en la Federación, desde hace más de tres décadas, según la cual a los seleccionadores se les renueva de gran campeonato en gran campeonato. De la Fuente ha firmado estar en dos seguidos (el Mundial 2026 y la Eurocopa 2028), con los riesgos que eso conlleva. En estos siete meses, De la Fuente ha tenido ofertas, la mayoría de ellas bastante «exóticas», según fuentes de su entorno, que no confirman ofrecimientos de Oriente Medio y algún escarceo poco claro con la Liga estadounidense a través de un famoso intermediario que ya llevaba los asuntos, en su día, de Luis Aragonés. "Estoy donde quería estar. Nunca he pensado en otra selección. Estoy feliz aquí y nunca he querido irme. Desde la estabilidad se trabaja mejor y eso es lo que tengo en mi casa, la Federación. Espero seguir muchos años más", zanjó ayer, y en algo tiene razón: él nunca quiso irse.
Fútbol femenino
MANUEL MARRACO
@marraco_elmundo
Actualizado Jueves,
28
septiembre
2023
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