La llegada de inversores a un sector tan identitario como el fútbol a menudo genera rechazo, y más si se observan adónde han llevado aventuras como la de los Al Thani en Málaga o Peter Lim en Valencia. En Mallorca, en cambio, el estado de opinión acerca de los inversores estadounidenses es distinto, ocho años después de la llegada al club que, el sábado, vuelve a una final de Copa, 21 años después de ganar su único título ante el Recreativo. Andy Kohlberg (Nueva York, 1959) es el rostro principal de la propiedad, en la que también se integran personajes como la ex estrella de la NBA Steve Nash.
Kolhberg fue también deportista de élite, especialista en dobles en los años 70 y 80, que llegó a vencer en torneos ATP a parejas en las que se integraban Ivan Lendl o John McEnroe. «También jugué contra Emilio [Sánchez Vicario] y Sergio Casal. Gran pareja», añade. El proyecto empresarial, pues, no ha perdido de vista el criterio deportivo, algo que también ha llevado a cabo en los Phoenix Suns, donde es vicepresidente y donde captó a Nash. Ambos estarán en el palco de la Cartuja.
«Estoy convencido de que el fútbol europeo, el ‘soccer’, y el baloncesto americano serán los grandes deportes del futuro en los próximos 20 años a nivel de mercado», explica Kohlberg, durante una visita a Madrid, para justificar la razón por la que decidieron invertir en el fútbol. «Vimos clubes -prosigue- en Inglaterra y en España. En algunos casos se trataba del segundo o tercer equipo de la ciudad (Levante), pero preferíamos ser número uno, y eso era más fácil de conseguir en una isla. Mallorca, además, es una marca internacional y recibe 13 millones de visitantes cada año, lo que nos da oportunidades de crecimiento».
100 millones invertidos
En estos ocho años, ese crecimiento ya se ha producido, aunque al llegar se encontraron un club en concurso de acreedores y con una deuda de 30 millones de euros. «Desde que llegamos, hemos invertido 100 millones», dice Kohlberg. El nuevo estadio, con capacidad para 26.000 espectadores e innovadoras zonas VIP, tiene su propio plan de explotación para albergar otro tipo de eventos. Las altas de socios se han disparado, igualmente, hasta 22.000, con un crecimiento de 6.000 en una sola temporada. Lo mismo sucede con los seguidores en redes sociales, que han pasado de 400.000 a 7,4 millones. Hay otros muchos indicadores, como los ingresos en marketing, de 1,2 a 11 millones. En opinión de Kohlberg, «es el resultado de un cambio en la forma de trabajar», con un equipo profesional distinto, al frente del cual está el CEO Alfonso Díaz.
A la pregunta de si aplica en Mallorca los modelos de gestión de la NBA, el estadounidense contesta: «Son contextos y modelos diferentes. Nosotros no pretendemos cambiar el fútbol ni al Mallorca ni a sus fans, que son nuestra base. No queremos modificar la esencia, pero sí podemos complementarla». A la pregunta de si el club es la palanca para realizar otros negocios en la zona, es rotundo: «Nada, sólo fútbol».
NBA, ejemplo frente a la corrupción
Se trata de un sector muy regulado en España, en especial a partir del Real Decreto que regula la venta centralizada de los derechos de televisión y su reparto, pero es también un sector con mala reputación, algo siempre preocupante para un inversor. «La guerra del fútbol español parece el ‘far west’ (sonríe). No es positiva, claro, como tampoco las denuncias de casos de corrupción. Creo que LaLiga lo hace bien y ha hecho progresos, pero también está la Federación… Para eso los protocolos y roles de la NBA son mucho más claros. Hay que trabajar en la dirección correcta».
A Kolhberg se le observa satisfecho, ya sin los sudores del paso por la Segunda B en el camino de la reconstrucción. «El objetivo es consolidarnos entre los 10 primeros equipos de LaLiga y, ocasionalmente, optar a Europa», afirma. Eso significa un salto en el segmento habitual del Mallorca, que la temporada pasada concluyó noveno y en la actual marcha decimoquinto.
EL VALOR DEL ENTRENADOR
Javier Aguirre, el entrenador que ha llevado al Mallorca a la final de Copa, tiene 65 años, por lo que es difícil pensar en el mexicano como el técnico del futuro, pero Kohlberg cree que ha marcado una forma de trabajar. «Es todo un carácter, tiene una gran mentalidad como técnico y ahora no piensa en el futuro, porque está focalizado en la final y en la Liga».
Mallorca es un lugar ideal para muchos futbolistas y sus familias, pero también tiene los riesgos de ser uno de los destinos premium, en el sentido de la relajación que pueda provocar en los jugadores. «Eso existe y es algo que hemos de combatir con una cultura clara de trabajo y de club», añade Kohlberg. El estilo Aguirre encaja en esa tendencia.
Acerca de las posibilidades del Mallorca ante el Athletic, Kohlberg prefiere no manifestarse. La sensación es que la final tiene ya el valor de un título para el club y su gente, que afrontan el desafío de sacar a más de 20.000 personas de la isla en dos días, algo sin precedentes. La presión será, pues, para el Athletic, algo que maneja a la perfección Aguirre y que provoca una sonrisa en Kohlberg. Cuando jugaba en las pistas de tenis, también lo era para Lendl o McEnroe.