El vasco, que persigue su cuarto título, es el gran reclamo del torneo que arranca hoy y que coloca a Madrid en el foco mundial.
El Club de Campo Villa de Madrid luce espléndido con la figura de Jon Rahm. Más de 40.000 espectadores se desplazarán hasta este pulmón de Madrid para seguir las evoluciones del Open de España que arranca hoy y terminará el próximo domingo. Un torneo que ha dado un salto de calidad en participación de jugadores y que atesora un notable impacto económico para la ciudad.
El campeonato patrocinado por Acciona cuenta con una bolsa de premios de 3,2 millones de euros, casi el doble de la edición anterior: 1,7 millones. Un desembolso que sólo se queda por detrás de los Rolex Series del DP World Tour, los cinco torneos destacados del año, y algunas citas puntuales, como el Alfred Dunhill celebrado la semana pasada.
El año pasado, 43.211 espectadores acudieron al torneo a lo largo de toda la semana. El impacto económico fue de casi 20 millones de euros, con una inversión directa en la economía madrileña de 9 millones. El espectador que accedió para ver de cerca a Rahm se gastó, de media, 367,61 euros. En 2022 hubo una gran presencia de visitantes de fuera de Madrid: uno de cada cuatro espectadores provenían de otras provincias y el 8% era público extranjero. La media de gasto de los visitantes de fuera de Madrid llegó a los 800 euros. Las administraciones públicas recaudan en impuestos unos 2,6 millones de euros.
Epicentro de negocios
Estas son algunas cifras importantes que apuntan con optimismo al futuro de uno de los torneos más antiguos del calendario, ya que su primera edición data de 1912. En 2019, Madrid Trophy Promotions, con Gerard Tsobanian a la cabeza, rescató el torneo. Son los mismos que lograron el milagro del tenis en la capital de España y que buscan replicar ese exitoso modelo de negocio en el golf. De momento lo están consiguiendo gracias a dos ejes importantes: la presencia de Rahm y el concepto del espectáculo y ocio mirando siempre al mundo de la empresa y las relaciones públicas. De nuevo, el Club de Campo, con sus carpas VIP, será este fin de semana epicentro de negocios.
Rahm es el gran reclamo. “Jugar ante un público que te quiere es una experiencia única. Ser un referente para ellos y tener el honor de entretenerles es algo que me hace sentir orgulloso”, señaló el jugador de Barrika en la presentación del evento. El vasco está contento con la acogida del torneo, pero quiere llegar más lejos: “No se sabe qué va a pasar con el calendario y con los torneos. El Open de España ha ido creciendo en los últimos años, este año viene Justin Rose, pero habría que tener más ambición para lograr que vengan a jugar los mejores, para competir con los torneos de Estados Unidos y los mejores de Europa. Con ambición y tiempo, se puede conseguir”.
“Si está en mi mano, ahí estaré”
“Si está en mi mano hacer el Open de España más grande, ahí estaré, una vez hechos los cambios necesarios, puedo convencer a los mejores jugadores para que vengan. Madrid es una ciudad muy atractiva para todos. Si está en mi mano, ahí estaré”, insiste Rahmbo. El calendario beneficia al Open de Madrid, ya que la competición en Estados Unidos baja mucho en este tramo final del año, por eso algunos jugadores americanos, si encuentran alicientes, cruzan el charco como harán próximamente Wydham Clarke (ganador este año del US Open) y Matt Kuchar en el Estrella Damm Open de Andalucía.
En el aspecto deportivo, Jon Rahm también lo eclipsa todo. Perseguirá su cuarta victoria para superar a Seve Ballesteros y acercarse a los cinco de Ángel de la Torre. Su gran rival será Justin Rose. Eso sí, se echará de menos a Sergio García y a dos de los referentes del futuro de nuestro golf: Eugenio López Chacarra y David Puig. Ambos han ganado este año en el Asian Tour y tendrán que competir esta semana en el torneo del LIV Golf de Arabia Saudí.