1-0 en Estambul
El entrenador de Santpedor consigue la ansiada Champions para el City y cierra el año perfecto de los ‘sky blues’.
A Valentí Guardiola, que aún sufre como pocos cuando ve a su hijo tan expuesto, le hubiera gustado que Pep siguiera sus pasos y fuera albañil. Aunque el oficio de futbolista, primero, y de entrenador, después, se adaptaba mucho mejor a la personalidad del hijo pródigo de Santpedor, donde éste siempre pudo liberar ese torrente creativo en el que la obsesión tantas veces sobrepasó a la ilusión.
En el que el sufrimiento, tantas veces compartido con su alfil emocional, Manel Estiarte, no perdía posiciones pese al amontonamiento de éxitos terrenales (35 trofeos, incluyendo 14 con el Barcelona, siete con el Bayern y 14 con el Manchester City), como culturales (Simone Inzaghi, su rival en la final, repitió cuantas veces hizo falta que es Guardiola el mejor entrenador del mundo). El entrenador confesó que la Champions es “una moneda al aire” y que este trofeo es “jodidamente difícil de ganar”.
Siempre habrá quien tome como argumento el económico para restar mérito a lo logrado. Desde que Pep Guardiola llegó al City hace siete años, la familia real de Abu Dhabi ha gastado 1.240 millones de euros en contrataciones (con un total de 666 millones de saldo negativo entre compras y ventas).
Para saber más
La primera lejos de Messi y del ‘pequeño país’
Pero, más allá de que el jeque Mansour bin Zayed haya acabado por fin saliéndose con la suya cuando adquirió a un Manchester City de medio pelo en 2008 -a la realeza de Qatar ni siquiera le bastó con reunir a Messi, Mbappé y Neymar para lograr la Champions con el PSG-, habita en el equipo la sensación de producto moldeado con paciencia y mucho tino.
Porque muchas veces se invirtieron grandes cantidades en defensores y futbolistas de equipo, no tanto en cromos (la necesidad concreta, y ahí la llegada de Haaland ante la necesidad de potencial en el área, primó sobre la exuberancia mediática). Porque hay jugadores que han sabido llevar al límite sus capacidades (véase De Bruyne, Gündogan o Bernardo Silva). Y porque el inmovilismo táctico nunca fue una opción, siendo la doble ubicación de Stones como central y centrocampista la principal variante de la temporada.
El City, antes de Guardiola, nunca había llegado a una final de la Copa de Europa. Ya lo ha hecho en dos. Perdió la de hace dos años en Oporto ante el Chelsea tras un error que a Guardiola aún le siguen recordando (borró a sus centrocampistas defensivos, Fernandinho y Rodrigo con la esperanza de que Gündogan se apañara solo). Y ganó la de este sábado en Estambul ante el Inter. Con todo lo que ello supone ante la necesidad que tiene la industria y sus hinchas de ensalzar reconocimientos a partir de títulos. Como si fuera eso lo único que importara.
Con Paisley y Zidane
Pues bien. Aquí está. Pep Guardiola, tras el triplete convertido en sextete conseguido con el Barcelona en 2009, ya ha tomado la primera triple corona de la historia del Manchester City, con el que esta temporada ya había ganado tanto la Premier League, y la FA Cup en Wembley frente al Manchester United, que hasta la fecha era el único club inglés en haber conseguido el triplete. El entrenador aseguró que después de la Copa del Mundo dieron un paso adelante y no quiso hablar sobre el reseteo que tendrán que hacer de cara a la temporada que viene.
El City, pues, es el octavo club que logra la hazaña. Además del citado United, antes lo consiguieron el Celtic (1967), el Ajax (1972), el PSV (1988), el Barcelona (2009 y 2015), el Inter (2010) y el Bayern (2013 y 2020).
Guardiola, además, pasa con sus tres Champions a ocupar el mismo escalón que Bob Paisley con el Liverpool (1977, 1978 y 1981) y Zinedine Zidane con el Real Madrid (2016, 2017 y 2018), quedando a una de las cuatro de Carlo Ancelotti. “Que el Madrid no se confíe que sólo estamos a 13”, concluye el técnico catalán.
