Francesc Jiménez, un invento genial para el tenis y el disparo del cazador que lo dejó paralítico

Francesc Jiménez, un invento genial para el tenis y el disparo del cazador que lo dejó paralítico

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A finales de 2021 lanzó una marca una ropa que recicla el cordaje de las raquetas y dos meses después sufrió el accidente: un perdigonazo le alcanzó cuando iba en bicicleta por la montaña

Jiménez junto a los miembros de su empresa.Gorka LoinazAraba Press

En noviembre de 2021, la euforia: su nueva empresa ponía a la venta un invento genial, de aquellos que agitan el mercado, ¿Cómo no se le ocurrió antes a nadie?

En enero de 2022, la tragedia: un disparo inexplicable de un cazador le quebró dos vértebras y le dejó en silla de ruedas. Ahora pelea para que no le ocurra a nadie más.

En sólo tres meses, la vida de Francesc Jiménez cambió, para lo bueno y para lo malo. Un ¡Eureka! y un perdigonazo. ¿Por dónde empezar?

«Me gusta más hablar de lo bueno», comenta Jiménez que atiende a EL MUNDO en la fábrica de su marca, Infinite Athletic, en Cabrera, entre Barcelona y Mataró. «Soy ingeniero textil y siempre he estado interesado en el reciclaje de materiales, de hecho, antes de tener mi propia empresa trabajaba como director de I+D de otra. Hace unos tres años fui a una tienda de deportes en Barcelona y vi que el encordador de raquetas de tenis tiraba las cuerdas usadas. Se me ocurrió preguntarle sobre cómo reciclaba ese material y me dijo que no lo hacía. Hice un ‘click’. ¡Las cuerdas eran 100% poliéster, eran de altísima calidad! No podía ser que nadie las estuviera usando. Salí de esa tienda, fui a otras cercanas, pregunté lo mismo y nada. Llamé a clubes de tenis de España, de Alemania, de Francia, de Estados Unidos… ¡Nada! Nadie estaba reciclando esas cuerdas. De hecho la mayoría de la gente se sorprendía por la pregunta. Con esa información, nos juntamos tres socios y empezamos a trabajar», relata el empresario que tiene un tesoro.

Gorka LoinazAraba

Con un material cedido, las cuerdas usadas de las raquetas, que le envían 35 clubes de toda España, 30 tiendas y torneos como el Godó, fabrica y vende camisetas, pantalones y vestidos para tenistas. La primera colección, que salió en noviembre de 2021, era toda negra y tuvo un éxito relativo, pero las nuevas colecciones de colores están triunfando. «La acogida ha sido muy buena. Los tenistas aprecian la circularidad del material y, además, que la ropa sea tan ligera y tan resistente. Estamos trabajando para llegar acuerdos con más tiendas e incluso directamente con las marcas de raquetas para tener más cuerdas que tratar», reconoce Jiménez, que dirige a siete empleados y ha tenido que adaptar las oficinas de su empresa a su nueva realidad.

Un disparo y una lucha

Toca hablar de lo malo. «Fue en enero de 2022. Un sábado al mediodía, iba en bicicleta por una montaña cercana a Mataró, una montaña muy frecuentada, y tuve la mala suerte de encontrarme con un cazador de 72 años que tenía problemas de visión, un cazador que sintió un ruido, disparó y me atravesó la espalda. Me cruzó la T3 y la T4 y desde entonces no puedo moverme del pecho para abajo. Fue muy duro», relata Jiménez que en el mismo hospital se sorprendió con un dato: la batida de caza que le dejó paralítico era perfectamente legal.

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«El cazador se saltó tres normas de la caza: no vio a la presa, disparó en dirección a un camino y lo hizo hacia arriba porque yo hacía 1,82 metros y llevaba una bicicleta grande, de 29 pulgadas. Estamos pendientes de juicio, pero el caso casi se cierra porque la batida en principio cumplía las reglas. En una área de 400 hectáreas habían puesto cinco o seis carteles y con eso bastaba». «La ley de caza que tenemos en Cataluña es de 1970, cuando apenas había actividad lúdica en la montaña. Ahora, en cambio, un sábado al mediodía hay ciclistas, corredores, familias de paseo… Dos semanas después de mi accidente había una batida y una carrera de trail ¡al mismo tiempo!», proclama en busca de un cambio de legislación.

Jiménez ha promovido una iniciativa que en las próximas semanas llegará al Parlament con varios puntos: que no haya batidas de caza en fin de semana, que se deban señalizar mejor, que se endurezcan los requisitos para otorgar licencias y, entre otras cosas, que haya un registro de accidentes. «Actualmente no existe ninguno y parece que nunca pasa nada. Pero la Guardia Civil tiene contabilizados 35 muertos y 485 heridos en batidas de caza sólo en Cataluña. Este mismo enero en la Vall d’Arán un cazador mató a un senderista, también un sábado. No puede ser que sigan ocurriendo desgracias así y que ni tan siquiera se estudie cómo evitarlas», finaliza el empresario.

kpd