No guardó nada Fernando Alonso durante sus dos últimos relevos en Shanghai. Con el neumático duro, que pudo sostener durante 20 vueltas, y con la goma media, que le hizo cumplir los últimos 13 giros, el asturiano volvió a mostrar su feroz apetitivo competitivo, que le hizo progresar desde la duodécima hasta la séptima posición en la meta. Un jugoso premio para el líder de Aston Martin si consideramos el nuevo batacazo de Lance Stroll, decimoquinto en la meta.
“Cuando se nos da la oportunidad, como la salida, que estamos todos en igualdad de condiciones, volvemos a ganar una plaza y a divertirnos. Y luego, cuando los coches bajan a su posición natural, vuelve a ser un milagro que acabemos los séptimos”, valoró el bicampeón mundial en los micrófonos de DAZN.
A juicio de Alonso la excesiva duración del safety car ayudó a quienes no tenían que volver a pasar por boxes para mantener la vida útil de sus neumáticos. Aunque a partir de la quinta vuelta ya nunca pudo asomarse a los puestos de podio, el ovetense se sentía más que satisfecho por su rendimiento en Shanghai. “Hemos acabado a cuatro segundos de George Russell y 10 segundos de un Ferrari, cosas totalmente impensables”.
“Mejor que el año pasado”
“Hemos acabado delante de Lewis Hamilton y Oscar Piastri, cosas que no son normales. Creo que tenemos un coche, o ayer lo vimos en la sprint, un segundo más lento de media que los McLaren y los Ferrari y conseguimos estar peleando con ellos en carrera, así que muy contentos”, valoró el doble ganador de las 24 Horas de Le Mans.
Pese a la extraordinaria punta de velocidad de Lance Stroll (348 km/h), lo cierto es que el AMR24 sigue lejos del rendimiento de Red Bull, McLaren y Ferrari, los tres equipos más poderosos del fin de semana en China.
“El coche es mejor, casi un segundo y medio más rápido que el del año pasado, como vimos en Japón cuando lo comparamos. Pero nuestros rivales son fuertes. McLaren es un equipo muy fuerte, Ferrari y Mercedes también. Red Bull está en otra liga. Parece que estemos séptimo, octavo o noveno, que no es tanto como el año pasado, pero no es que el coche sea peor, es mejor, pero los otros son grandísimos equipos”, finalizó el español.
Red Bull sacó la mejor nota en el examen de Suzuka, un exigente campo de pruebas para la aerodinámica. Dos semanas después de su avería en Melbourne, Max Verstappen se anotó su quinta pole consecutiva (1:28.197), con apenas 66 milésimas sobre el mejor Sergio Pérez del año. El regreso a la normalidad, con un RB20 fuera del alcance, dejó sin posibilidad de réplica a Ferrari, superado incluso por Lando Norris. Carlos Sainz, al menos, supo mantener el tipo con la cuarta plaza, cuatro milésimas más rápido que Fernando Alonso.
El asturiano se acopló de inmediato a los cambios de su paquete aerodinámico en el suelo y los pontones. La mala noticia para Aston Martin es que ni siquiera con estas actualizaciones el AMR-24 alcanza ante McLaren y Ferrari. Un sábado más, el logro de Alonso tuvo mucho más que ver con su inspiración en la Q3 que con la velocidad real de su monoplaza. Como él mismo admitió minutos después, este intento postrero, totalmente al límite, salió mejor que en Melbourne, cuando un error le dejaba sin opciones de progresar.
En cualquier caso, nadie en el top-10, salvo Fernando, pudo dar un mordisco al reloj. En su última vuelta supo rescatar dos décimas para dejar atrás a Oscar Piastri, Lewis Hamilton y un decepcionante Charles Leclerc. La octava plaza de Leclerc, abocado a un único disparo en la ronda definitiva, frustra casi por completo las opciones de podio.
Stroll, fuera en la Q1
Como la última vez en Melbourne, Sainz le fue ganando la tostada desde el inicio. Sin alzar la voz, el madrileño discute ya su hegemonía de los sábados. Eso sí, estas dos décimas de déficit frente a Norris deberían hacer reflexionar a Frédéric Vasseur, porque el ritmo de carrera del MCL38 se antoja a la par que el de Ferrari. Ante este panorama, con un triunfo adjudicado de antemano, la única preocupación de Carlos el domingo será sostener el pulso a Checo y Lando.
Desde el el inicio, Alonso se mostró de lo más inspirado, llegando a colarse en la cabeza de la Q1 entre los Red Bull (1:29.254), a 38 centésimas de Verstappen. Para valorar ese crono con total merecimiento, sólo hubo que esperar unos minutos, cuando Lance Stroll, 77 centésimas más lento que su compañero, se quedaba fuera de la mejora. Con una plaza vacante, Esteban Ocon dio un pequeño respiro a Alpine, con un pase que iba a celebrar como si de una victoria se tratara.
La superioridad de Mad Max en las simulaciones a una vuelta se cifraba en algo más de tres décimas sobre Ferrari. En la Q1, Sainz pudo ahorrarse un juego de blandos, al igual que los Red Bull, los Mercedes, Alonso y Piastri. La velocidad del McLaren, especialmente en el primer sector, quedaba patente también en poder del australiano, víctima de un unsafe release de George Russell posteriormente investigado por los comisarios.
Mercedes, sin opciones
El único momento de debilidad (o relajación) del RB-20 iba a llegar durante la Q2, cuando la progresión de Verstappen se estancó de manera notoria (1:28.740). El líder del Mundial volaba en las curvas rápidas, aunque sólo pudo aventajar en 12 milésimas a Pérez, más inspirado de lo habitual en este mítico trazado.
Mercedes, por el contrario, sufría mucho más de la cuenta para mantener el ritmo de cabeza. Su primer crono de Q2 les dejaba a algo más de un segundo, así que Lewis Hamilton debió reunir lo mejor de su pilotaje para ascender a la tercera plaza (1:28.887). Las Flechas de Plata no encuentran modo de rendir en las curvas de alta velocidad, como la 200R o la 130R.
El heptacampeón tampoco igualará este año el récord de seis victorias de Michael Schumacher en el GP de Japón. Sin embargo, las gradas de Suzuka siguen mantiendo viva la llama de sus tiempos de gloria. Aunque el genuino calor de los hinchas se deposite en la minúscula figura de Yuki Tsunoda, que salvó el honor local colándose en la Q3. Había que ver la cara de disgusto de Daniel Ricciardo, apartado por su compañero en Racing Bulls por 45 milésimas.
A tres vueltas para la meta, Lando Norris se impacientó ante Oscar Piastri en la recta de meta de Montreal. Fue un error absurdo, calamitoso. Uno más para su leyenda negra, pero de tal gravedad que puede hacerle perder el título. Con los nervios rotos, el británico golpeó por detrás a su compañero en McLaren cuando ambos luchaban por la cuarta plaza. "Ha sido mi culpa, una estupidez por mi parte", admitió por radio, antes de bajar del coche y desfilar a pie hacia el garaje. Un instante decisivo para el Mundial 2025, el que para siempre se recordará en esta carrera apasionante, resuelta con triunfo de George Russell, acompañado en el podio de Max Verstappen y Andrea Kimi Antonelli.
Vio Russell la bandera a cuadros por detrás del safety car, ordenado para retirar las piezas del alerón delantero de Norris. Un deslucido desenlace para su irreprochable carrera. Tampoco fueron de recibo las investigaciones de la FIA a siete coches durante la citada ralentización. El GP de Canadá, con cuatro pilotos enredados por la victoria y el podio durante las últimas vueltas, no merecía eso. Al menos, Piastri pudo suspirar de alivio con los 10 puntos de su cuarto puesto, con los que fortalece su liderato en el Mundial.
Durante más de una hora, los McLaren parecieron fuera de combate, pero su último relevo con los duros puso todo patas arriba. Russell controlaba a Verstappen, pero Antonelli se antojaba presa fácil para Piastri y Norris. Cuando el podio parecía a la mano, Norris la pifió y el italiano, a los 18 años y 10 meses, pudo descorchar el champán para delirio de Toto Wolff, jefe de las Flechas de Plata.
Nervios de Piastri en la salida
Las citadas anotaciones de los comisarios pusieron en tela de juicio la décima plaza de Carlos Sainz, de menos a más en el circuito Gilles Villeneuve. No así la séptima de Fernando Alonso, capaz de sujetarse cerca de los Ferrari. Charles Leclerc, quinto en la meta, también acabó bajo la lupa de la FIA, así que mejor no hacerse muchas ilusiones en Maranello.
Inopinadamente, Verstappen se contuvo en la salida, sin entrar en el cuerpo a cuerpo ante Russell. Los nervios, en cambio, atenazaron a Piastri, que intentó un exterior por la curva 2 ante Mad Max que le hizo perder la posición frente a Andrea Kimi Antonelli. Por detrás, Nico Hulkenberg repitió lo visto en Barcelona, recuperando un par de posiciones al mismo ritmo que las perdía Alex Albon.
Esa excursión del británico por la hierba de la curva 9 suponía un buen augurio para Alonso, porque Williams suponía la mejor piedra de toque para evaluar el nivel de su Aston Martin. Como el resto de favoritos, salvo Norris y Leclerc, el asturiano había optado de inicio por un juego de medios usados. Las previsiones de Pirelli apuntaban a una estrategia de dos paradas, aunque antes habría que comprobar el nivel de degradación.
Bandera a cuadros para Russell y Verstappen en Montreal.EFE
En la vuelta 11, Alonso debió ceder su sitio ante Norris y dos giros más tarde Red Bull inició el turno de pit-stops, apostando por los duros para Verstappen. De inmediato replicó Mercedes con Russell, así que por delante parecía definido el plan a dos paradas. McLaren, obligada por las urgencias, ya había cantado a Piastri el plan B. Pretendía estirar al máximo su primer relevo, pero el líder del Mundial tuvo que reaccionar al intento de undercut de Lewis Hamilton.
El graining venía mermando el ritmo de Alonso, notoriamente más lento que Hulkenberg. Quiso refrescar antes el asturiano, pero sus ingenieros sólo se decidieron en la vuelta 17. El objetivo realista para Aston Martin se cifraba en un octavo puesto en la meta, por detrás de Norris y Leclerc. Apostaban ambos por la inversa, coqueteando con la estrategia de mayor riesgo, la de un solo paso por boxes.
"¿Por qué me habéis llamado? Os dije que los neumáticos estaban bien", lamentó Leclerc por radio, consciente de que tendía que cumplir un último relevo de 40 vueltas. Desde ese momento debería mimar las gomas para cumplir con los plazos. Quien no quiso saber nada de esas cautelas fue Alonso. "Estamos en carrera, no en unos test", dijo cuando le sugerían abordar con precaución las curvas 3 y 8.
Los dados de Red Bull
En el tren de cola, Sainz debía dejar a un lado su desencanto y aplicarse con la profesionalidad de siempre. Apelando al coraje se quitó de encima a Gabriel Bortoleto con una arriesgada maniobra en la curva 10. Antes ya se había librado de Oliver Bearman, pero la zona de puntos seguía muy lejos. Casi a la desesperada, Williams optó por un plan de parada única para Carlos.
Habría más vida para los neumáticos cuando los coches, con menos gasolina en el tanque, pesaran menos. A esa esperanza debían aferrarse Norris y Leclerc, mientras Russell comandaba la carrera con calculada tranquilidad, casi ajeno a la jugada de Red Bull. En la vuelta 38, Red Bull detuvo a su campeón, tirando los dados para la triple parada.
A 19 vueltas para la meta, con el octavo puesto en la mano, Alonso cumplió con el segundo pit-stop. Por entonces, Aston Martin debía asumir los 10 segundos de sanción a Lance Stroll por una maniobra ilegal ante Pierre Gasly. No había muchas más noticias por detrás, más allá de las banderas amarillas cuando Albon dejó aparcado su monoplaza en la escapatoria de la curva 10. Sainz, a la estela de Esteban Ocon, aún podía soñar con los puntos. Su anhelo pudo cumplirse, aunque habrá que esperar el veredicto final de la FIA.
Lo hizo fácil en una carrera insulsa, otra más. Oscar Piastri ganó en Jeddah su tercera carrera del año para convertirse en el nuevo líder del Mundial. Sólo tuvo que luchar en la primera curva ante Max Verstappen, pero nadie debe cuestionar sus méritos, ni su habilidad para optimizar la potencia del McLaren. En la actual F1, marcada por un desesperante paso a ritmo de procesión, el australiano se muestra efectivo e implacable. Lando Norris debería tomar buena nota.
El safety car, omnipresente desde 2021 en Jeddah, sólo se hizo esperar cuatro curvas, cuando Pierre Gasly presionó en exceso a Yuki Tsunoda, llevándose por delante las aspiraciones de ambos. En el Corniche Circuit, de salida, hay que soltar pronto el embrague, medir cada centímetro antes de abordar el primer vértice y confiar en el buen juicio de los comisarios. Verstappen, que partía desde la pole, no cumplió la premisa inicial y el asunto se le fue enmarañando.
Había ganado ventaja por fuera y no devolvió la posición, así que le impusieron cinco segundos de castigo, que cumpliría durante su primer pit-stop. Antes de llegar a esa parada, por supuesto, el espectáculo se redujo a su mínima expresión. Nadie exprimía sus neumáticos medios, ni forzaba la marcha, salvo Norris, que se dejó enredar por los jueguecitos de Lewis Hamilton. Desde la décima plaza de la parrilla, su objetivo era el podio, pero en esa lucha por la sexta posición perdió Lando un tiempo precioso.
Primer podio de Ferrari
Tal y como predijo en la previa, Verstappen podía sostener un fuerte ritmo con los medios. Desde el viernes, Red Bull decía no tener datos fiables del neumático duro, pero pronto descubrieron que no iban a dar la talla ante Piastri. Ferrari sí lograba defenderse mejor con Charles Leclerc, que ya había estirado 30 vueltas su primer relevo con los medios. Norris aún pudo aguantar cinco giros más, suspirando por otro safety car que le otorgase una baza ganadora.
No hubo tal, por lo que Piastri se puso en cabeza sin mayores contratiempos. A Norris sólo le quedaba una postrera cabalgada ante Leclerc, en busca del podio. Venía de sobrepasar, sin ningún problema a Andrea Kimi Antonelli y George Russell, pero las prestaciones del Ferrari iban más allá que las de Mercedes. Aún pudo dar gracias a la benevolencia de los comisarios, que no penalizaron a Lando cuando pisó la línea blanca a su salida de boxes. Nada podría hacer ya para frustrar el primer podio de Leclerc. Un objetivo de mínimos en Maranello.
En la quinta cita del Mundial, Williams se confirmó al fin como el quinto coche. Poco importa que Carlos Sainz, octavo, cediese 25 segundos en la meta ante Hamilton. El madrileño nunca quiso oponer resistencia, consciente de sus limitaciones. Y ni siquiera una mala parada en boxes impidió un particular doblete, por delante de Alex Albon.
Hamilton, por delante de Sainz, el domingo en Jeddah.AP
Fernando Alonso batalló con un espíritu encomiable, primero con los Racing Bulls y Oliver Bearman, más tarde frente a Jack Doohan y Gabriel Bortoleto para recuperar el terreno perdido. Pese a su decente rendimiento en el primer sector, el AMR25 nada podía oponer en cuanto a velocidad punta a su paso por las rectas. Una sanción de 10 segundos a Liam Lawson dio ciertas esperanzas al asturiano, que tuvo que sobreponerse a un terrible susto llegando a la curva 1. De forma inexplicable, Bortoleto le negaba el espacio y bastante hizo Fernando esquivando el muro.